El frio entre dos almas.

El trato de dos destinos.

En la oscuridad de la noche, en momentos iluminada por feroces rayos que acompañaban a la furiosa y fría lluvia, el aire empezaba a faltarle en los pulmones de un omega quien era perseguido por un grupo de soldados quienes tenían claras ordenes de capturarle con vida si era posible ya que quien había dado aquella orden lo quería vivo con la única intención de arrebatarle la vida con sus propias manos.

_Captúrenlo con vida, dense prisa no puede estar lejos_ la voz del comandante de aquellos soldados sonó fuertemente y con ello todos se dieron mucha más prisa en completar su misión.

Los omegas casi siempre eran débiles una presa fácil como los consideraban todos aquellos de rango alto, pero esto no se aplicaba con este joven pues no era para nada débil y el solo podía matar a muchos de ellos sin ningún problema en el mundo del cultivo era una exótica criatura y su futuro hubiese sido lleno de luz si en el camino no hubiere tropezado con el mal.

El omega corría tan a prisa que su cara chocaba de lleno con las grandes gotas de agua que caían y las que se mesclaban con el líquido salado y tibio que brotaba de sus ojos, tenía que perderlos pronto o de lo contrario no podría seguir y le atraparían.

Con sus vestimentas empapadas corrió un poco más y luego se detuvo, tomo algo de entre sus ropas y lo lanzó al aire luego siguió corriendo.

Los soldados lo único que vieron antes de que sus ojos empezaran a arder fue una inmensa niebla oscura, y ninguno podía seguir avanzando.

_ Maldición que trucos tan sucios a utilizado esa basura_ uno de los soldados bramaba con gran molestia.

El agitado omega había salido del espeso bosque y la lluvia parecía calmarse cada vez un poco más, de repente vio un carruaje parado en medio de una rustica carretera dos hombres alfas estaban en la parte delantera, el cansado joven no lo pensó más y como vio que estaba a punto de partir se subió rápidamente asegurándose que nadie lo viera.

Cuando entro el asombro reino en la expresión de la persona que estaba dentro pero no había hecho ningún ruido ni alarmado a los dos hombres que estaban ahora conduciendo el carruaje.

Lo que el mojado muchacho vio fue una joven omega vestida de novia se notaba que era de clase alta, ella le miraba con gran asombro, él agitado omega también diviso como el maquillaje de su rostro estaba estropeado ella había estado llorando mucho.

En silencio el omega se le acerco a aquella joven que al parecer no era mucho mayor a él, también se veía que estaba muy asustada y no sabía qué hacer.

Por la lluvia fuerte los dos que estaban afuera no escucharían nada de lo que los dos pudiesen hablar por lo que el joven con mucha delicadeza se acercó a la elegante muchacha.

_ Dime porque lloras _. La joven le miro y pareció decidirse a contestarle.

_ No quiero casarme, pero mi padre me obliga, y si no lo hago matara a mi destino_ la muchacha no sabía por qué, pero le estaba contando lo que le sucedía quizá era que ese omega le inspiraba confianza o el momento de desesperación la hacía querer buscar refugio en cualquiera.

_Tu destino, y a quien te envía tu padre _ el omega preguntaba.

_Si mi destino es un alfa de clase baja a quien amo, pero si no voy con el hombre que mi padre quiere lo matara, porque el hombre al que le perteneceré es muy poderoso alguien del que nadie podría escapar_ la mujer joven temblaba y parecía que nuevamente lagrimas brotarían de sus hinchados ojos.

_..._

_Además, al casarme con ese ser cruel le tendré que dar a un hijo y sabes me han dicho que ese niño estaría destinado a morir_. La mujer por fin derramo su amargura en gruesas lágrimas.