seis: no me toques

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Una vez más, me di cuenta que Kim Taehyung estaba esperándome impaciente en la entrada de la escuela, pero antes de que me viera, me di la vuelta. Saldría por la puerta trasera o esperaría que se fuera luego de no verme salir. No necesitaba que él viniera a verme a recoger como si no tuviera nada qué hacer.

Él no había comprado su pasaje a París, tal como él había dicho hacía unos días cuando iba a la agencia de viajes, así que se había dicho que quería pasar un poco más de tiempo en su pueblo natal y conociendo más a la esposa de su hermano y su hija como una razón para quedarse. Era una excusa totalmente idiota de su parte, pero mamá no había dicho nada, es más le ofreció quedarse todo el tiempo posible. Inclusive se ofreció a llevarle para que se compre más ropa, pues había traído poca.

Esa mañana se había ofrecido a llevarme a la escuela una vez más, pero esta vez con una burla en mi rostro dije que muchas  personas me empezaban a preguntar por él y no quería que me perturben. Taehyung, que parecía querer refutar ese hecho, terminó asintiendo cuando continué la información al decir que yo era una persona bastante reservada y no me gustaban esas cosas, así que se lo terminé pidiendo de favor con tanta hipocresía. Estando mi madre presente allí, Taehyung no tuvo opción de dejarme ir, no obstante se ofreció a recogerme de vez en cuando, llegando a ese trato de que si yo iba a la escuela sola, él me podría recoger cuando quisiera.

Hoy era ese día, desgraciadamente.

Me dirigí hacia la parte posterior de la escuela en silencio, donde pude observar cerca de las gradas a Jung Hoseok, sus dos amigos idiotas y sorpresivamente a Jeon Jungkook. Me sorprendió que él se juntara con esos tres. De repente comprendí que tal vez les calló para llamar mi atención, tal como muchos querían al parecer.

Me atreví a meter mi mano en mi mochila y con suerte lo primero que encontré fue un lápiz. Lo apreté fuertemente ocultándolo en la manga de mi suéter apesar que no era frío ese día. Era un suéter demasiado delgado así que estaba cómoda.

Park Jimin,  o así creía que se llamaba, le indicó a Jung Hoseok sobre mi presencia, haciendo que este bajara de las gradas tan rápido como un correcaminos y posicionándose en mi delante.

—Hey, Kim—. Soltó Hoseok, interrumpiendo mi camino. Le miré al rostro directamente por primera vez en mi vida, lo que le sorprendió a él, pues empezó a alardear de eso con sus amigos que no dejaban de examinar mi cuerpo. Parecían unos malditos depredadores sexuales. —¿Por qué tan solita? ¿A caso has pensado sobre mi oferta de hace unos días?

Traté de hacerme a un lado, pero él lo impidió. Le divertía el papel lamentable que estaba haciendo en mi delante.  Volví a hacerme a un lado y él me siguió. Dios, iba a perder la paciencia con este imbécil.

—Vamos, Kim, solo una vez más, la vamos a pasar bien.

Él insistió.

Un chico pálido, amigo de Hoseok, dijo un comentario. —Tía no te hagas de rogar. Sé feliz de que al menos alguien está interesado en quitarte la virginidad, rarita.

Se burló de mí, pero ni siquiera giré a mirarle. Me daba igual lo que pensaban. Intenté una vez más, pero Hoseok no me dejó marchar.

—Supongo que no respondes porque no eres virgen ¿verdad? ¿A caso lo perdiste con tu tío?

—¿Qué mierda acabas de decir? —. Abrí la boca por primera vez frente a ellos, tanto que logré ver un signo de sorpresa en todos por mi voz, porque sí, nunca me habían escuchado hablar. Siempre que me pedían intervenir, me quedaba callada. En las exposiciones, ponía mi texto en Google Translator, el cual hablaría por mí con la función de voz automática. Nunca nadie escuchaba mi voz hasta ese momento.

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