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Once: Dominada

Esa noche tuve pesadillas. Soñé que Taehyung había matado a mi madre luego de confesarle que él había matado a mi padre, que no había sido un accidente tal como todos decían y creían. Luego me había  arrastrado por toda la sala, halando de mi cabello y a su vez gritando que le había decepcionado y  que no era tal como mi padre había venido diciendo sobre mí antes de que muriera. Al colocarme sobre los escalones, me había apuntado con la escopeta de mi padre y me había disparado sin dudar.

Me había levantado sudando ante el sonido del disparo sonando aún dentro de mi cabeza. Ni siquiera en mis sueños podía estar tranquila. Tenía miedo y no podía hacer nada para calmar mis temores.

No podía hacer absolutamente nada más que fingir hasta saber qué hacer con precisión. Debía deshacerme de Taehyung sin que él lo notara ni lo viera venir, pero estaba hablando de un psicópata, que posiblemente ya estaría pensando que yo ya pensaba en algún plan.

Bajar su guardia sería difícil de lograr.

A la mañana siguiente luego de haberme enterado de la muerte de la señora Yang, me senté al lado de Taehyung en la hora del desayuno, tomando su mano sigilosamente bajo la mesa. Él comía esta vez con su mano izquierda sin dificultad mientras yo me mantuve comiendo "tranquila" con la derecha. Mi madre parecía tener resaca, así que se excusó pronto ya que prefería seguir durmiendo.

No tuve otra alternativa que asentir y fingir que nada iba mal. Cuando ella se marchó, Taehyung se limpió la boca y dijo que me apresurara para ir a la escuela, pues él me llevaría. No me rehusé para nada, si lo hacía me iría mal. Así que tomando mis cosas, me levanté de su lado.

Taehyung, quién se había vestido con una camisa azul marino, se colocó los lentes de sol tan similares a los de mi padre. En ese momento, el momento de realización llegó. Si él mató a la señora Yang, y posiblemente a la tía Songlu, ¿Qué me indicaba que él no podría haber matado a mi padre y hacer que su auto se lanzara al precipicio?  En Incheon se encontraba el aeropuerto internacional... Si Taehyung había venido de Italia, supuestamente, era definitivo que mi padre iría a recogerle.

Él había matado a mi padre, a su hermano mayor...

Tragué en seco y solo decidí sentarme en el copiloto. Si era verdad que él había matado a mi padre, me encargaría de que él pagara caro,  además de todo lo que me estaba "obligando" a hacer. La cuestión principal era ¿Por qué les había matado a los tres? ¿Qué es lo que sabían de Taehyung que los demás no? Parecía como si Taehyung tratara de deshacerse de la gente que conocía su pasado oscuro, pero si él me lo decía ¿No me terminaría matando también? ¿Es por eso que quería conocerme a fondo, para cerciorarse de que no supiera? Temí más sobre mi madre, de repente, pues si mi madre en el fondo sabía algo más del pasado de Taehyung y este le descubría,  ella corría peligro.

Así que solo necesitaba calmar a Taehyung por el momento. Necesitaba ser más astuta que él.

Taehyung subió al piloto y me miró. Él estaba sonriendo sinceramente después de muchos días en los que solo  fingía. Esta vez su sonrisa sí era natural al punto que lograba  hasta verse bien.

—Tenemos que buscar una forma para quedarnos a solas, Inna. No puedo tocarte en la calle porque la gente hablaría y en casa tu madre podría sospechar. — dijo, suavemente, buscando mi mano una vez más, a escondidas en el centro del cambio de mano del auto.

Tenía una idea, así que me giré a mirarle tratando de no sonar emocionada, es más, algo temerosa de él. —Casería, las clases de casería que te iba a dar ¿Estaría bien esa solución, Taehyung?

Desprecié el tono en cómo me escuché, pues sonaba a tan mojigata, pero no tuve opción que aguantar mi autodesprecio. Él ladeó la cabeza, con una sonrisa que se ampliaba cada vez más.