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Diecisiete: Aunque tenga sexo con psicópata, no significa que me enamoraré.

Tal como esperé, Taehyung no mostró una expresión de molestia, posiblemente porque mi voz no fue reproche, sino preocupación. Él solo observó la foto y luego miró a mis ojos directamente, desconfiado, como si realmente quisiera saber que el hecho que ahora sabía sobre su internamiento en un centro de salud mental ddebería estar tensa o con miedo.

Me atreví a tomarle de la cintura viendo sus ojos. Si me atrevía a dubitar por un segundo, Taehyung me iba a golpear hasta matar. Yo lo haría si fuera él  y me aterraba un poco la idea que también empezaba a pensar como una psicópata.  Quizá mi instinto de supervivencia  me hacía ser así, sigilosa y atenta ante cualquier posible situación. 

—¿De dónde has sacado esta foto, Inna?—. Él me preguntó, bastante extrañado, como si no supiera sobre la existencia de ese lugar.

—La encontré  junto con la póliza en la habitación de mi madre. — Tras terminar mi enunciado él solo miró la fotografía, ignorando la carta que le había puesto también. ¿A caso no iba a reaccionar por el hecho que ahora sabía que estuvo encerrado todo el tiempo?

—Pensé que... Pensé que SooAh no recordaría esto. Tu padre me dijo que le había mentido. —

Bien, no entendía nada.

—No entiendo absolutamente nada, Taehyung.  —Le dije, él me miró al rostro una vez más, y posteriormente  solo me llevó a la cama, donde me hizo sentar en sus piernas tal como si me fuera a cantar una canción antes de dormir y yo fuese una niña de cinco años. Sé que él con anterioridad me había dicho que cuando llegase la noche me contaría toda la verdad, ahora casi al finalizar el atardecer, ya sabía la verdad y solo faltaba que él me explicara las pocas cosas que no entendía.

—Eres extraña, Inna. Debiste haber huído. Eso esperaba que hicieras cuando supieras la verdad. — Oh,  claro él no tenía idea que había estado temblando demasiado al descubrir que estuvo en un centro de salud mental. Supongo que desde que supe que él mató tanto a la señora Yang y luego a tía  Songlu, no hay nada que me sorprendiera.

—Tal vez, pero ya me habías dicho que no estuviste en Europa.

—Nunca dije eso. Te dije que había mentido sobre mi posible enfermedad.

¿Qué? Estaba segura que él había dicho eso también. —¿Ah, sí? Supongo que pensé que en eso también habías mentido cuando confesaste que solo mentiste para quedar bien frente a mamá y tía Songlu,  pero ¿me equivoco ahora?

Él me observó extraño, pero no le dio importancia,  sino que solo acarició mis piernas. Me atreví un poco a abrir las piernas para distraerlo, para ponerlo más débil. Taehyung  echó un vistazo hacia mis piernas casi de inmediato.  Sin embargo  hice que me mirara a los ojos:—Si mi madre sabe esto, Taehyung,   ¿por qué mierda esta fingiendo no saberlo?

Eso hizo que se concentrara en el tema y no en mi malditas piernas.

No dijo nada, haciéndome sospechar lo peor. Tuve que mirarle a los ojos mucho tiempo, tratando de averiguar muchas cosas como si estos me pudieran decir algo o tuvieran boca propia que pudiera soltar los secretos más oscuros de Taehyung, pero perdía el tiempo, él era una maldita tumba. Él al no querer decir algo, cerré mis piernas, y mi voz sonó un poco más grave:—¿Cómo terminaste ahí?

Podía parecer segura, pero me cagaba del miedo.

—Creyeron que maté a Jimin.  —Alcé una ceja ¿creyeron? Lo dudaba, él lo había hecho —. Habíamos estado jugando tranquilos mientras Seokjin hablaba con la niñera que tanto se quería tirar.  Yo había hecho un hueco con anterioridad, no lo suficientemente grande, pero suficiente para que Jimin entrara.