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Veintidós: Se acabó. Adiós, Kim Taehyung.

Capítulo final

Caminé arrastrando el arma favorita de Seokjin mientras escuchaba los quejidos de mi madre desde su habitación, posiblemente porque Taehyung la debía estar torturando. 

Escuché el grito de Taehyung llamando mi nombre diciendo que me apurara, pero de hecho me estaba tomando el tiempo para gozar lo que estaba a punto de hacer.

Un rifle podría ocasionar que todos tus órganos se desangraran por dentro. En la cabeza, podría generarte una flor en el cerebro que causaría muerte instantánea, no importa en qué distancia se encontrase. Era un arma sumamente bonita que había mantenido oculta en el despacho de mi padre. Mi madre no quería prácticamente que entre allí por la razón que podría matarme con un solo balazo. Esa era posiblemente la razón principal. 

Así que cuando empujé la puerta con los zapatos que mi padre me había dado por última vez, vi a Taehyung que tenía desde el cuello a mi madre tal como muchas veces me había tenido a mí. El arma estaba en la parte posterior de su pantalón y estaba muy expuesto a que lo pudiera coger y dispararme. 

Empecé a silbar, haciendo que tanto él como mi madre me vieran. Tenía una sonrisa tenebrosa posiblemente mientras alzaba el rifle en dirección a mi madre. Taehyung se veía sorprendido por mi acción.

—¿Qué mierda haces, Inna?

—Silencio, amor, te enseñaré lo que nunca pude hacer: Disparar con un rifle. Te va a encantar ver como mato a alguien. 一Le dije suave para que no baje la guardia. No pensaba acercarme más, si lo hacía mi tiro podría fallar. Mi madre me miró con horror. Ella sabía que iba a morir, pero ¿Cuántas veces no me sentí así al lado de Taehyung? Para ella esta era la primera vez, y desgraciadamente, iba a sufrir. 

—Sosténla fuerte, Taehyung. 

Le pedí. Taehyung no parecía seguro. 

—Confía en mí, Taehyung. 一

Quería ver que él confiaba en mí y seguí apuntando a mi madre a esa distancia. Moví el rifle pidiendo a Taehyung que alejara un poco su cabeza de la de mi madre. Mi madre empezó a suplicarme por ayuda. 一Inna, por favor, no lo hagas.

—¿Ahora sí me ruegas, mujer de mierda?—. Le solté con brutalidad. La odiaba con todas mis fuerzas, pero en el fondo la amaba. Eso era suficiente para no matarla. 

一¡Ya mátala, Inna, me estás poniendo nervioso!一. Me dijo él, y por un momento vi que iba a coger su arma. Solo tenía un segundo. Solo tenía una oportunidad para apuntar su cabeza y disparar, así que respiré hondo. Por el lente amplificante observé cómo Taehyung abrió los ojos y el sonido de una bala de rifle resonó por toda la casa.

Escuché el grito de mi madre ante el pánico y otra vez el pitido en mis oídos me aturdió. Vi que la sangre había bañado la pared y parte de la cama donde mi madre yacía con el cuerpo de Taehyung muerto encima. Le había dado en la parte lateral de la cabeza y posiblemente la bala haya traspasado su cráneo. Lo confirmé cuando me acerqué y con el rifle moví su cabeza. Mi madre estaba llorando en demasiado ante el shock y me vi a mí misma en ella, así tal como una noche anterior yo con Jungkook. 

Moví el cuerpo de Taehyung, inerte y miré a mi madre. 

一No sabes cuánto mierda he tenido que pasar para hacer esto, así que cierra la puta boca antes que yo te mate y haga parecer que esto es un suicidio post asesinato. 

Mis palabras toscas la hicieron callar de golpe mientras tomaba el arma de mi padre que Taehyung había tenido.  Me había convertido en una especie de Taehyung aunque no lo quisiera. Busqué en la ropa de Taehyung las malditas llaves de su auto y su móvil. Debía ahí tener la maldita dirección de donde debía dejar el auto. Él le había dicho a su contacto que los dos iríamos a dejar el auto y tenía una buena excusa para decir que Taehyung no estaba allí: estaba comprando café para no dormirnos en plena madrugada.