Luego de que Taehyung haya dicho eso, pedí sin dudar que detuviera el auto. Él estaba enfermo. ¿Cómo mierda podría haberme dicho eso? Prácticamente grité para que se detuviera y casi un minuto después desde que dijera eso y ni siquiera dijera que era broma estacionó a un lado del camino. Me bajé de allí, escuchando a Taehyung diciéndome que aguardara.
-Vete a la mierda, Taehyung. - le grité fuerte por primera vez. Ni siquiera me atrevería a mirarle el rostro por haberle subido la voz y hablado así, pero no me iba a detener. Estaba cojeando una vez más y me dolían las rodillas, pero no me volvería a subir a ese auto con alguien que no me veía como la hija de su hermano. Taehyung solo siguió llamando por mi nombre a la distancia y cada vez se hacía más lejana su voz conforme me iba alejando.
-Inna, por favor sube. No hagas que yo te suba.
Ignoré su voz apesar que ahora me estaba siguiendo en su auto. Él sol había desaparecido mientras había empezado a caminar y rogar internamente que no sea por la razón que creía. Era primavera y Gwacheon era muy conocida por sus lluvias en esa época. Si empezaba a llover ese día, realmente sería mi día de mala suerte. Escuché que el auto de Taehyung se detuvo y supe que él se había hartado de mí. Rogué internamente, también, que me dejara en paz, pero pronto sentí que su mano me atrapó con fuerza desde un poco más arriba del codo. Fue tan fuerte su agarre que por poco siento que me lo arranca.
-Déjame en paz.
-Te he dicho que subas al maldito auto, Inna. No me hagas perder la paciencia, porque no me vas querer conocer enojado.- Su voz amenazadora me causó terror y era obvio que no quería conocer ese lado. Nadie, ni siquiera mi padre cuando se enojaba, me causaba tanto miedo, para que en sólo unos cuantos días Taehyung me causara este tremendo terror. Aún así, con miedo, yo no pensaba subir a su auto. Temía algo peor si subía. -Inna...
-No, Taehyung. ¿No me puedes dejar respirar?- le cuestioné asustada, pero firme. Le miré a los ojos tratando que vea que realmente su presencia me tenía perturbada. Más, no pareció entender porque apretó mi brazo.
-No, sube ahora al auto. -
Iba a refutar una vez más, pero él empezó a traerme hacia al auto mientras me empecé a quejar y por poco llorar. Quería a mi padre. Papá nunca dejaría que alguien de la familia me tratara así. Él abrió la puerta del copiloto y me empujó. Podría aprovechar en escapar cuando él se diera la vuelta, pero el desgraciado era astuto, porque se aproximó tanto a mí que pasó su cuerpo por el costado, llegando al piloto y atrayendo la puerta, una vez sentado allí, para cerrarla. En ningún momento me dejó moverme porque su cuerpo lo impidió.
El sonido de un trueno resonó en el ambiente haciéndome sentir más tensa. La lluvia se venía y Taehyung parecía saberlo, porque miró hacia el cielo y acercándose a mí, poco después es, tomó de la parte posterior de mi cuello. Cuando pensé que me trataría mal, no lo hizo, solo acarició mi cuello suavemente bajo mi cabello y me miraba a los ojos.
-Yo no te haré nada, Inna. No tienes qué temer y perdón por decir que me pareces guapa y eres mi tipo prácticamente, pero tal como dije, desgraciadamente eres mi sobrina y nada puede cambiar eso. No te veré ni intentaré verte como algo más ¿Entiendes?
No le creía ni mierda. Había dicho frescamente sus preferencias hacia mí y tendría sentido porqué querría conocerme más, ¿Y ahora decía que no intentaría nada más? Es como si un lobo hambriento le dijera a un conejo: no te voy a comer, soy vegano. ¿Me creía estúpida o qué? Por supuesto que no le iba a creer.
-Aléjate
Le dije, asustada, y él asintió. Se alejó de mí y volvió a mirar mis rodillas. Mi vestido celeste claro se había manchado con sangre por haber estado caminando y empezaba a dolerme el pie. No obstante, él no dijo nada y empezó a andar.
ESTÁS LEYENDO
Like that + Kth ✔️
Misterio / SuspensoEn el día del funeral de su padre, Kim Inna conoce a Kim Taehyung, su tio del cual desconocía su existencia hasta ese entonces. Envuelta por el misterio, se da cuenta que las cosas no concuerdan con el hecho de su extraña aparición. La curiosidad po...