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Nueve: Dime la verdad...

Llevaba muchas horas tratando de comunicarme con tía Songlu, pero no contestó nunca. Quería ir al hotel en el que ella me había dicho que se hospedaría, pero inevitablemente mi madre se había puesto a beber vino en demasía desde hacía un par de horas y  temía que algo raro pasara si me iba. Taehyung le acompañaba a beber vino, también, y no podía dejar de escuchar sus risas desde la sala. A raro me refería que algo entre ellos pasara, sí, hablaba de sexo o algún beso.

El número que usted ha marcado no se encuent...

Colgué una vez más y suspiré. La risa de mi madre me indicó que su estado de ebriedad ya era demasiado, así que me levanté para decirle que se fuera a dormir ya. Sé que ella estaba enojada conmigo por lo que había pasado durante la cena y mi "mal comportamiento". En la mañana apenas me había mirado y solo dijo que me preparara el desayuno mientras que a Taehyung le había hecho un desayuno americano perfecto. Ella era realmente me sacaba de quicio, pero no significaba que no me importaba en este momento cómo se encontraba.

No obstante, escuché que el timbre sonó, deteniéndome a medio camino para ir hacia la entrada. Por haber estado concentrada en mi madre y mi intención de llegar a ella, no me fijé que habían estacionado un auto frente a nuestra casa, y no me di cuenta hasta que las luces de la patrulla iluminaba un poco el día tan nublado.

Tragué en seco y sentí tensarme de repente.

—Buenas tardes, señorita Kim. Soy el alguacil Kim Namjoon. ¿Se encuentra la señora Kim SooAh? Quisiera hacerle un par de preguntas

Me coloqué en posición firme y asentí, casi de inmediato le dije:—Sí, pero creo que no se encuentra en buenas condiciones para una visita. —

La risa de mi madre se escuchó repentinamente, haciéndome sonreír incómoda. El alguacil me miró extraño, así que me di media vuelta para que aguardara y fuera a ver a mi madre, pues en definitiva el alguacil iba a insistir por mi madre.  Cuando logré asomarme por la sala de estar, donde mi madre tocaba sin descaro a Taehyung por el brazo, carraspeé. Mi madre en definitiva se molestó por interrumpirle.

—¿Qué sucede, Inna?. —Taehyung preguntó y no dudé en señar la entrada aunque él no la viera.

—La policía está acá y quieren hablar con mamá. — dije tan rápido. Mi respiración fallaba por alguna razón. ¿Y si era una mala noticia? Aunque el alguacil dijo que quería hacerle un par de preguntas a mamá, no significaba que su visita fuera agradable. ¿Desde cuándo la visita de la policía lo sería? Mi madre frunció el ceño y se acomodó el vestido, para ir hacia la entrada sin decir nada. Taehyung le siguió, sin ninguna expresión en el rostro, y yo también, poco después, les seguí.

Al llegar ahí, el alguacil Kim, saludó a mi madre de la mano. —Buenas tardes, señora Kim.

—Buenas tardes, alguacil ¿En qué le puedo ayudar? —. Mi mamá colocó una voz seria, fingiendo su estado alcohólico, aunque podía asegurar que el olor que emanaba su cuerpo y sus ojos podrían indicar toda la verdad.

—La familia de Yang Ohmi me ha llamado diciendo que no saben de su paradero desde hace dos semanas. —

Abrí la boca ante esa información. Hacía dos semanas justamente ella se había marchado. Se había marchado el mismo  día del funeral.

Mi madre se cruzó de brazos. —¿En serio?— dijo ella un tanto sorprendida.—La señora Yang no trabaja para nosotros desde hace dos semanas, desde el día desde el funeral de mi esposo. Fue el último día que la vi. Ella tomó sus cosas y se marchó. Tenía entendido que viajaría a Daegu para pasar tiempo con su familia.

El alguacil Kim apuntó algo en su libreta. Efectivamente era así, la señora Yang se había marchado ese día y saber que ahora no daban con ella me tenía preocupada. Taehyung pasó su brazo por mi hombro, que hizo que lo mirara. Fue un tacto suave, como si le preocupara que estuviera mal ante la desaparición obvia de la señora Yang.