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– ¡¿Qué has dicho?! Como que Yoongi se fue, ¿A dónde?

– N-no lo sé, solo dijo cosas sin sentido y después se marchó.

– ¿Qué clase de cosas? Vamos Hoseok, habla.

– Había dicho algo sobre no seguir viviendo aquí y que necesitaba encontrarse a sí mismo.

Tras ver como el menor desaparecía entre la arboleda decidió regresar a su hogar, y sin saber a quién más recurrir, decidió por contarle todo lo sucedido a su padre.

Poco le importo interrumpir su conversación con el jefe de la obra, abrió de par en par las puertas de la sala de juntas y corrió hasta estar frente a éste.

Miro de regreso a Dal Po, dando una orden de que dejara el lugar, así lo hizo.

– ¿Qué quieres decir con eso?

– Él me dijo también que...yo no era su hermano, que tú y mamá no eran sus padres.

El alfa se mantuvo un instante en su lugar antes de salir del sitio, dejando de lado a su hijo y corriendo en busca de la única persona que sabía aquello.

A pasos largos y subiendo las escaleras principales llegó al inicio del pasillo en la segunda planta de su hogar.

– Oh, cariño... ¿A dónde vas?

Dejo con la palabra en la boca a su esposa, prosiguiendo su camino y escuchando como los pasos de la misma le seguían al ver lo alterado que comenzaba a tornarse.

Cuando estuvo a pocos metros de la habitación se adentró sin siquiera llamar a la puerta e importándole en cómo se encontrase la persona dentro.

– Yu Seok, ¿Qué suce...?

– ¿Fuiste tú?

La anciana se quedó muda. Captó enseguida de que hablaba el alfa.

– JiWon, contéstame –dijo en un tono más serio– ¡Con una mierda! ¿fuiste tú quien le dijo todo a Yoongi?

– Yu Seok ¿Qué pasa? ¿Por qué le hablas así a nana JiWon? –Han Byul había llegado a su lado.

– Contesta.

El mayor seguía mirando fijamente a la mujer postrada en cama y viceversa, todo ante la atenta mirada de su esposa.

– Yu Seok, nana, ¿Qué pasa?

– Vaya, así que nadie sabe más que Hoseok.

– Alguno responda, por favor. ¿Cariño?

– Yoongi, se fue del reino.

Ambas mujeres abrieron sus ojos ante las palabras de éste.

– ¿Cómo que se fue? ¿A dónde? ¡Yu Seok!

– Hoseok acaba de decirme que Yoongi sabe que no somos sus verdaderos padres.

La cara de Han Byul cambio por completo, cubrió su boca con ambas manos dejando salir un suspiro.

– Dime que es mentira Yu Seok, eso no puede ser.

– Claro que puede, alguien se lo dijo –recalcó– Nana ¿Por qué lo hiciste?

– N-no, nana...p-porque se lo dijiste. ¡Nunca lo debía saber!

– Ya basta con ustedes dos, he sido lo más paciente durante todos estos años.

Ambos enmudecieron ante el cambio en la voz de la mujer, sus ojos reflejaban enojo.

– La verdad siempre sale a la luz, ¿enserio creyeron que podrían ocultarle algo tan serio? Los dos fueron demasiados crueles desde un inicio y yo sabía perfectamente que no termina...

– Cállate nana.

– No, Yu Seok. Ellos ya no son unos niños, es momento de que hablen con Hoseok de todo esto.

– De ninguna manera.

– Cariño...

– He dicho que no Han Byul, nadie debe decirle nada, no hasta que encontremos a Yoongi.

– Deja de ser tan egoísta Yu Seok, la verdad te carcomerá poco a poco.

Una risa mezclada con enojo adorno el rostro del mencionado– Claro, por eso se lo dijiste a pesar de que prometiste no decir ninguna palabra.

– ¡No podía quedarme callada más tiempo! Mi niño estuvo preguntando, no podía más con la culpa y tu más que nadie lo sabe.

– Sabes porque tuve que hacer lo que hice años atrás.

– Y no sabes cómo me arrepiento de haber participado en ello, si tan solo tu padre siguiera vivo...

– Lastima, porque mi padre está muerto y desde hace años, se lo merecía, yo siempre fui el elegido para este cargo y no su...

– ¡Ya basta los dos! Dejen de pelear –habló su omega– Lo que en verdad importa es encontrar a Yoongi, está por llover y él se encuentra solo en alguna parte.

La respiración del alfa comenzó a calmarse, peino sus cabellos y suspiró profundamente.

– Byul tiene razón, hablaremos de esto más tarde, mandaré a un grupo de búsqueda de inmediato.

– Iré contigo.

Ambos se dirigieron hasta la planta principal donde el rey convoco a un gran número de guardias, acatando órdenes del mismo y adentrándose de igual manera en el bosque.

El cielo gritó en señal de que una fuerte lluvia azotaría ese día.

. . .

El ocaso comenzaba a crear sombras en todo el bosque, no se encontraba consiente de todo el tiempo transcurrido, lo único que sabía era que se encontraba lo suficientemente lejos del que algún día fue su hogar.

Las manchas de sangre en su ropa, así como en su rostro, se encontraban secas, el crujir de las hojas y ramas bajo sus pisadas lo hacían sentir acompañado.

Un estruendo hizo que girara su cabeza en dirección al cielo, una ráfaga de viento lo abrazo enseguida haciéndolo temblar, cubriéndose con sus brazos en busca de algo de calor.

– No por favor.

Siguió caminando a pasos apresurados en busca de alguna especie de refugio, pero no quería mantener las esperanzas altas.

Tomando en cuenta el tiempo recorrido desde que huyó del pueblo hasta donde se encontraba ahora, era casi imposible que hubiese algún otro pueblo cerca.

Los truenos se escucharon con más intensidad y con ello, pequeñas gotas comenzaron a caer sobre su rostro, los vientos aumentaron al igual que la lluvia.

Comenzó a correr. ¿A dónde? No lo sabía.

Algunas ramas golpeaban su rostro en su huida, pero no le importaba, sus ropas comenzaban a empaparse, la tormenta había comenzado.

Sus botas comenzaban a resbalar al tratar de subir el pequeño monte debido a la hierba mojada.

Continúo corriendo, bajando en diversos arroyos y subiendo caminos rocosos, estaba perdido, se había desviado del camino principal estaba más que seguro.

Su respiración estaba demasiado agitada, estaba por retomar el camino, sin embargo, eso no paso.

Sucedió demasiado rápido, la lluvia hizo que resbalará, cayendo colina abajo y terminando por caer en seco contra el suelo, su cabeza comenzó a punzar debido al golpe recibido.

Su vista la sentía borrosa y sus ojos se cerraron poco a poco hasta que no supo más de sí.








publicación: 26.08.19
corrección: 19.07.24 🍜

El Príncipe de Daegu . yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora