Sexta Parte.

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Narra Elyas

El viaje a la discoteca era un poco incómodo por el silencio que había. No sabía cómo sacar conversación.

- ¿Sabes? No te lo dije, pero terminé con Silvia - me tomó por sorpresa su confesión, pero he de admitir que una parte de mi se sintió feliz por eso.

- Lo siento - fije mi mirada en mis piernas.

- No hay nada que lamentar. Esta salida me hará demasiado bien - volteé a verlo un tanto confundido.

- Vale... - sonreí nervioso.

- ¿Qué tal te fue en Canarias? -

- Bastante bien, gracias. Estuve unos días con Massi - le reste importancia para luego poner la mirada en la carretera.

- Qué bueno... Yo conocí a tu prima -

- ¡Ah! Sí me dijo que estaría unos días en Barcelona - tomé mi celular y comencé a revisar Twitter.

- ¿Por qué nunca presentaste a tu prima? - preguntó.

- Realmente quería hacerlo, pero es una persona muy ocupada y conociendo a Lexosi y a Herny son capaces de intentar algo con ella y... La verdad yo no quiero eso - Samuel tragó saliva y siguió conduciendo - ¿Qué pasa? -

- Nada, nada - suspiro y tocó un semáforo en rojo.

- Pasa algo, ¿qué es? - me volvió a ver.

- Es que... No creo que a Herny le guste tu prima - dijo confiado.

- ¿Ah, no? Yo lo conozco, soy su mentor - soltó una pequeña risa.

- Ya... Pero seguramente no sabes su tipo - fruncí el ceño y me crucé de brazos, volteando mi vista a la autopista.

Ambos nos quedamos callados, dejando que el silencio invadiera totalmente el auto. Casi enseguida, el semáforo cambió y Samuel arrancó el auto.

Yo seguía con el ceño fruncido, me molestaba un poco que Samuel hablara más con Herny. Me molestaba porque sabía que Herny era gay y él me había confesado que le gustaba alguien de nuestro grupo. Aunque me mencionó quién, algo en el fondo me decía que también quería a Sam.

- Muy pensativo, ¿te molestaste? - puso su mano en mi pierna.

- Sí y, por favor, retira tu mano de mi pierna. Me pones muy nervioso - Samuel, con una mirada divertida, comenzó a subir su mano por mi pierna. Me tense cuando empecé a sentir su mano.

- ¿Te pongo nervioso? ¿Por qué te pongo nervioso, pequeño Elyas? - me miro divertido.

- ¡Samuel, para! - golpee su mano mientras reía nervioso y la quitó rápidamente carcajeándose - No lo hagas más... - baje la mirada.

- Vale, tío... No tenías porqué pegarme - volví a verlo para después bajar la mirada.

- Samuel... ¿Puedo contarte algo sin que se lo cuentes a alguien? - le iba a decir.

- Claro, Elyas, sabes que puede confiar en mí - puso su mano en mi hombro.

- Escucha... Soy... A mí no me gustan las chicas - solté sin más. Él sólo se limitó a verme sorprendido - Por favor, no me dejes de hablar, yo quiero ser tu amigo y... - me interrumpió.

- Elyas... No tienes nada qué decir... Yo soy bisexual, tuve mis aventurillas con chicos cuando era más joven - me dio una sonrisa tranquilizadora.

- No sabía eso... - ambos quedamos en silencio hasta llegar a la discoteca.

- Además, tus preferencias nunca podrían arruinar nuestra amistad - asentí y bajamos del auto.

Ingresamos en aquel lugar, donde nada más pasar la puerta, olía a alcohol y sudor.

- Vamos, quedamos en estar en aquel sitio - seguí por detrás a Samuel.

Caminamos entre la gente y de repente vi a los chicos, Lexosi tenía un paño en los ojos, parecía que estaban jugando. Saludé a los chicos que, al parecer, ya sabían que iría.

- Bueno Lex, último - Jesús le dio un chupito con un licor trasparente - ¿Qué es? - Lexosi bebió el contenido del chupito y dijo el nombre de aquel líquido.

- ¡Exacto! Ahora, tu premio - Herny quitó el pañuelo de sus ojos y Samuel me puso delante de Lexosi.

- ¡Sorpresa! - dijeron todos al unísono.

- ¡Elyas! - Lexosi se levantó y me dio un abrazo - Gracias por venir - fue un abrazo tierno.

- Dale las gracias a ellos - apunté a los chicos - prometo no volver a perderme ningún cumpleaños - le sonreí y volvió a envolverme en sus brazos.

Pasamos la noches disfrutando de todos, ya no me sentía cansado y una sonrisa se había formado en mis labios desde que llegamos a la discoteca.

Me había tomado una cerveza a petición de Lex, además de que conociendo a los chicos, probablemente se pondrían hasta el tope.

A mitad de la noche llegó Fargan y se puso a hablar con unas chicas que había cerca de nuestro privado.

- Muchas gracias por venir, Elyas - se acercó Lexosi a mí.

- No es nada - le sonreí.

Ambos nos quedamos sentados en el sofá mientras veíamos a los chicos bailar, bueno yo veía a Samuel.

- Te gusta, eh - afirmó, yo me sonroje enseguida.

- No - negué rápidamente.

- ¡Ay, Elyas! Te le quedas viendo de manera fija, te brillan los ojitos... Así como me pasa con Arsilex - me sorprendí.

- ¿Te gusta Arsilex? - el asintió.

- Sí, pero a él le gusta Herny, y a Herny le gusta Arsilex, por eso no hago nada - volteó a verme y me sonrió - mientras él sea feliz - puse mi mano en su espalda y di unas palmaditas.

- Pues sí, me gusta Samuel, casi desde que lo conocí - admití.

- Aprovecha que está soltero - me guiñó el ojo, se levantó y se fue a bailar con los chicos.

Me quedé pensando. Realmente quería decirle a Samuel que me gustaba y que quería estar con él lo más rápido posible, pero tenía miedo de que me rechazara o de que pensara que me estaba aprovechando de él. Además, si me había costado decirle lo de mi orientación, me costará todavía más el decirle que lo quería.

Seguí pensando durante unos minutos más y tenía una decisión. No me iba a importar nada y lo haré por mi bien.

Me levanté del sofá y comencé a buscarlo, pero cuando lo encontré no podía creer lo que estaba viendo.

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Un Planeta Llamado Nosotros - ElygettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora