Quinta Parte.

708 117 43
                                    

Narra Elyas

Regresé a Teruel cansado y un poco fastidiado. A pesar de estar tres días con mis amigos en lugares que realmente amaba, me sentía solo.

Un tanto agotado, dejé mis maletas en el salón mientras iba a mi habitación. Me puse mi pijama y me dejé caer en la cama, abracé mi almohada y me quedé dormido profundamente.

Desperté y él estaba a mi lado. Acostado boca abajo, veía su espalda subir y bajar a causa de su respiración profunda.

Observaba su linda cara, me encantaba todo de él. Con delicadeza pasé mi dedo índice por su mejilla haciendo que se despierte.

- Buenos días, chiqui - dijo con su voz ronca mientras que me daba un pico.

- Hola, Samu - sonreí y le di otro beso, pero esta vez un beso profundo.

El sonido de mi alarma me despertó de repente. La apagué un poco fastidiado por haber interrumpido mi sueño. Aunque admito que si no lo hubiera hecho, probablemente se me haría muy difícil tener cerca a Sam y no contener las ganas de besarlo. Salí de la cama y me di una ducha rápida.

Tenía el día libre por delante, ya que había vuelto dos días antes de lo programado.
Tomé mi móvil y recordé que Lex cumplía años, así que lo llamé al móvil y le deseé un feliz cumpleaños y me disculpe por no poder estar en Barcelona para celebrar con él.

Al finalizar la llamada, me dispuse a ver una película.

Cuando esta acabó, eran las once menos cuarto. Me sentía muy raro. Me sentía solo.

Al poco rato, una llamada de Vegetta interrumpía mis pensamientos sin sentido.

- Elyas, compañero, ¿qué haces? -

- Nada, estaba pensando en Lexosi - eso, de cierta forma, había sonado raro - en su cumple, realmente  - reí nervioso.

- Tío, tengo una idea: ya sé que ya no estás en Canarias así que te propongo pagarte el pasaje a Barcelona, eh - me sorprendí ante su propuesta.

- No puedo aceptar eso, si voy lo pago yo -

- Uff, una lástima, ya está pagado, sales en una hora - no me dejó decir otra cosa porque me colgó.

Casi al instante, me llegó un mensaje con un código en el que se veía que mi pasaje a Barcelona estaba pagado.

Cierta emoción invadió mi abdomen, las famosas mariposas en el estómago.

No sabía cómo comenzar la preparación de mi maleta, así que tomé la que me llevé a Canarias, saque las cosas que no necesitaría y comencé a poner ropa limpia.

(...)
Me encontraba ya en el camión que en llevaría directamente a Barcelona. El nerviosismo se hizo presente en mi estómago una vez más.

Para que el viaje se me hiciera menos pesado, me puse a ver una película en mi móvil. Pero mientras la película transcurría un mensaje de Samuel interrumpió mi entretenimiento.

Llegarás al hotel en el que me hospedo yo, en un momento te mando la dirección. El cuarto está a mi nombre, es el mismo cuarto en el que estoy.
Serás la sorpresa de Lexosi así que te presentaras a la disco que fueron hace unos días.

Los nervios me volvieron a atacar. Me quedaría en la misma habitación que Samuel.

El resto de viaje fue muy rápido, entre que me vi una película y que me puse a escuchar música.

Al poco tiempo me encontraba en la central de autobuses de Barcelona, tomando un Uber hacía el hotel en el que me hospedaría.

Cuando llegue a mi destino, bajé del Uber, pagué y me adentré en aquel enorme hotel.

En la recepción, un chico alto y moreno me recibió.

- Buenas, caballero. ¿En qué puedo ayudarlo? - era muy lindo y amable.

- Vengo por un hospedaje... - dije sin sentido - habitación a nombre de Samuel De Luque - él sonrió.

- Por el momento el señor De Luque no se encuentra y necesito autorización de él mismo - bufé un poco frustrado y me alejé. Me senté en un sillón y llame a De Luque.

- Dime, guapo - me sonroje.

- No me dejan entrar a la habitación, Samuel - estaba cansado y lo único que quería era acostarme y dormir un rato.

- Dale mi número de hospedaje, te lo mando en cuanto colguemos, así te dejará entrar -

- Vale - colgué y al poco rato me llegó el número de hospedaje.

Me volví a acercar con aquel chico, di el número y ahora sí me dejaron entrar en la habitación.

Había dos camas individuales. En una de ella ya había cosas, por lo que supuse que ahí dormía Sam.
Puse la maleta en la otra cama y por un lado me acosté yo. Sin darme cuenta, me quedé profundamente dormido.

Una llamada entró a mi móvil haciendo que me despertara. Era Arsilex.

- Dime - dije con la voz ronca.

- ¿Dormías? Lo siento - susurro un poco.

- Ni te preocupes, ¿qué pasa? ¿Por qué susurras? -

- Estamos en casa de Lexosi preparándonos para ir a la disco. Samuel acaba de salir para el hotel, nos veremos allá. Así que vete alistando -

- Vale, nos vemos allá - corte la llamada y me levanté de la cama para ir a darme una ducha, pero antes de eso me puse a elegir la ropa que me llevaría al festejo de Lexosi.

Me di un ducha caliente y un poco larga. Mientras me duchaba, escuche la puerta abrirse y cerrarse, seguramente era Samuel. Lo comprobé cuando llamó a la puerta del baño y me confirmó que era él.

Salí de la ducha y me puse la toalla enrollada en la cintura, mientras que con otra toalla me secaba la cara y el torso.

No lo había pensado, pero tendría que salir por mi ropa y Vegetta estaba ahí fuera. Me puse nervioso.

- ¿Samuel? ¿Podrías pasarme mi ropa? - grité desde el baño.

- No puedo ahora, estoy programando unas cosas, pero sal. No pasa nada -

- Agh, por favor, tío. Me da pena - ya no recibí respuesta, así que tuve que armarme de valor y salir del baño.

Abrí la puerta y salí de ahí con la cara colorada. Vegetta yacía en su cama con el portatil en su torso, pero viéndome fijamente. Me dio vergüenza y caminé como si no me importara.

Tomé mis cosas de la cama y regresé al baño a vestirme.

Después de ese incómodo momento que sufrí, nos encontrábamos en el auto que había rentado Samuel, con rumbo donde los chicos.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Un Planeta Llamado Nosotros - ElygettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora