Decimotercera Parte.

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Narra Elyas

Su voz quebrada rompió mi corazón. Juré no hacerle daño, juré serle fiel, juré no romperle el corazón y lo hice.
Sin voltear a verlo, escuché como se iba de ahí corriendo.

- ¡Eres un imbécil! - me atreví a decirle un tanto furioso.

- Yo... Ah... Lo siento, Elyas - seguí a Valle hasta el auto. Me sentía un estúpido. Yo no tenía intenciones con Samuel. Lo estaba superando.

- ¿Podemos hablarlo? - rogué un tanto esperanzado.

- ¿Qué quieres hablar? ¿De que aun lo quieres? - su voz se quebraba conforme hablaba.

- Ya no lo quiero, cariño. Él me besó... Ni siquiera le seguí el beso - bajé la mirada.

- Yo sabía que era tu segunda opción. Alguien con quien "quitarse las ganas", pero merezco algo de respeto, Elyas - subió al auto.

- Tú eres mi novio ahora y sé que mereces respeto total, pero no es mi culpa que él me haya besado - suspiró frustrado.

- Lo pudiste haber retirado de ti, al menos - y se marchó.

Grité su nombre desgarrándome la garganta. Pero dolía más haberle roto su corazón. Todo estaba yendo bien con Valle.

- ¡Eres un estúpido de mierda, De Luque! - grité desde fuera de la casa de Herny y salí corriendo. Corrí con toda la resistencia que me dieron mis piernas. Corrí pensando que podría escapar de esa situación.

Lloraba por idiota, por haber fastidiado la bonita relación que tenía... Lloraba por Samuel.

Me dejé caer de rodillas en el césped mientras gritaba, desgarrándome la garganta; llorando desconsoladamente.

- ¿Puedo ayudarte? - la voz de Herny hizo que volteara a verlo.

- Yo no hice nada malo... Yo quería estar bien con todos, pero lo único que he hecho es destruirlos... - posé la mirada en el césped.

- No lo has hecho, Elyas. Todo va a estar bien, ¿vale? - negué con la cabeza.

- No, Herny... Valle me odia y Samuel... Ah, Samuel... - suspiré cansado.

- Venga, vamos - me ayudó a levantarme y subimos al auto.

No soporté estar con Samuel en la misma casa y no quería regresar al hotel donde nos hospedábamos por miedo a que Valle se encontrará ahí.

- ¿Qué hacemos? - preguntó Herny estando de piloto en el auto.

- Me quiero ir, Herny. Lejos de aquí. Correr hacía algún lugar muy muy lejano - sentía las lágrimas bajar por mis mejillas.

- No digas eso, Elyas. Bien sabes que hay personas a las das mucho apoyo para seguir adelante - me sonrió con sinceridad.

- Lo sé, Herny, pero a veces siento que ni yo mismo puedo con mi carga - suspiré - Puede parecer estúpido, pero es verdad eso que dicen que solo los tontos se enamoran -

Mi compañero no dijo nada, fijó la mirada al frente y sostuvo fuertemente el volante.

- Las cosas con así - asentí y le pedí que me llevara al hotel con la excusa de que quería descansar; sin embargo, era una mentira para poder regresar a Teruel sin que se opusieran.

(...)
Regresé a Teruel sin despedirme de Valle, sin despedirme de los noobs. Simplemente desaparecí. Incluso llegué a pensar a irme a Canarias con Massi y Pancri, pero sería molestarlos demasiado.

- Hola pequeña - saludé a Minette, cuando la vi saltar de la mesilla al sofá.

Dejé las cosas en el salón y caminé hacia mi habitación, y me dejé caer en la cama. Una nostalgia me invadió y comencé a sollozar como niño pequeño mientras abrazaba mi almohada. Y entonces me quedé dormido.


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Un Planeta Llamado Nosotros - ElygettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora