Un Planeta Llamado Nosotros - Elygetta

Decimosexta Parte.

Narra la escritora

Elyas pasó su mano por la nuca. Se le notaba frustrado.

- ¿Sabes lo que hiciste? - asintió Samuel con orgullo - ¿y por qué estás tan calmado? - se encogió de hombros - ¡Samuel, por Dios, di algo! - puso sus manos en los hombros del mayor.

- Me gustas - Elyas se sonrojó. Se alejó un poco de Samuel y comenzó a caminar.

- No, Samuel - frunció el ceño.

- No, ¿qué? - se acerque a el menor - Me gustas mucho - Elyas seguía caminando de un lado para otro negando en voz alta - ¿Quieres detenerte? - lo tomó por las muñecas dejándolo a centímetros.

- ¿Por qué no lo dijiste antes? -

- Porque preferiría hacerlo de esta forma - y lo besó.

(...)
Salieron del apartamento del mayor en sielnacio. Había besado a Elyas. Otra vez. Se sentía un chaval de dieciséis experimentando el amor por primera vez.

- ¿Qué pasa? - preguntó Elyas.

- Nada - le dedicó una sonrisa - solo estoy muy feliz - el menor se sonrojó y siguió caminando.

- No es necesario que me acompañes - se detuvo frente a Samuel.

- Lo sé, pero quiero hacerlo - sonrió una vez más.

- Vale - siguieron caminando por la acera.

Estaba nervioso, sudando. Mantenía sus manos en los bolsillos de la sudadera.

- Lo de Willy y Silvia... -

- Todo es cierto... Hay ciertas cosas que omitimos, verdad. Pero es por privacidad de ambos - Elyas asintió mientras seguían caminando.

- Es aquí - Elyas se detuvo frente a una pequeña cabaña.

- Vale... No está tan lejos... ¿Cuánto tiempo te quedarás? - preguntó con cierta tristeza.

- Pues pasaré vacaciones con mi prima y, no sé, tal vez esté considerando en venirme a Andorra unos dos ó tres años - una sonrisa se pintó en Samuel.

- ¿En serio? - los ojos le brillaban como niño al cual le habían regalado un caramelo.

- Sí... Claro, es una opción, tengo que ver dónde me quedaría y... -

- Podrías quedarte en la habitación que tenía Willy en nuestro apartamento - Samuel lo interrumpió.

- Amm... ¿Gracias?, pero quisiera algo cercano a la civilización - el mayor torció el labio mientras bajaba la cabeza - de igual manera, te lo agradezco - el moreno le dedicó una sonrisa.

- Está bien, pero reconsidéralo. No cualquiera tiene la oportunidad de venirse a vivir conmigo - Elyas asintió con la cabeza y sonriendo.

Se despidieron en la entrada del lugar. Aunque el menor ofreció a Samuel pasar y saludar a Elisabeth, éste se negó ya que tenía cosas que hacer.

(...)
Las semanas pasaron rápidas y ambos sabían que había algo inconcluso en lo que se había dicho. Ambos sabían que se amaban, pero había una pequeña incomodidad que no los dejaba continuar. Era frustrante para aquel par.

Como lo dijo, Silvia publicó cualquier contenido de Samuel con su ex amado y, aunque Elyas estaba totalmente enterado de que las cosas ya habían pasado, su corazón se partía en dos cada que veía una foto de Samuel con Guillermo. Deseaba con todas sus fuerzas estar así con el mayor, poder hacerlo feliz a su manera.

Mientras tanto, Samuel estaba totalmente destrozado. Su familia le echaba en cara una vez más que YouTube no dejaba nada bueno y que era un imbécil al dejar a Silvia por un chico. A pesar de que intentó hablar con sus padres, ellos simplemente se cerraron a las ideas de su único hijo.

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