Actualidad - Jueves 25/10/2018
Voy a la cafetería y de lejos identifico a las chicas. Me acerco a ellas con cautela y me siento. Las tres me miran raro pero Sarah la que más.
—¿Qué os pasa hoy a todos? —pregunto sin poder aguantar más—. Me mira todo el mundo como si me hubiera salido una segunda cabeza. Que solo he estado enferma.
—Pero no recuerdas algunas cosas, eso es raro —dice Samantha.
—Solo son algunas lagunas. Te diste un golpe en la cabeza y el médico dijo que sería normal —explica Sarah.
—¿El médico? ¿Estuve ingresada en el hospital? —pregunto extrañada—. ¿Cuándo?
—La noche del baile te encontramos desmayada en el suelo. La verdad es que, aparte de eso, no nos quiso decir nada más... ni tu madre tampoco. Pero te acompañamos al hospital con la ambulancia que te recogió y sabemos que estuviste un par de días ingresada.
—¿Por qué yo no sabía eso? —pregunta Sam ofendida.
—Ni yo —replica Natalie.
—Lo siento, pensaba que lo sabíais.
—Gracias por ayudarme Sarah, eres una gran amiga —le digo con una sonrisa sincera. Probablemente mi primerasonrisa real del día. Sarah me la devuelve pero esta es un poco extraña como si me ocultara algo más. ¿Es que sí sabe que es lo que me pasa y no quiere decírmelo? ¿Tengo una enfermedad grave o algo así?
—Y tu madre no nos dejó verte ningún día. Nos decía que ya no vivías allí, ¿te lo puedes creer? ¿Qué clase de madre tienes? —replica Sam.
No respondo a eso. Frunzo el ceño. ¿Qué no vivía allí? Este día está siendo el más raro de toda mi vida.
Después de la comida en la cafetería y las últimas horas de clase por fin nos vamos para casa. Necesito pensar y entender qué me está pasando. Qué me ha pasado. ¿De verdad he estado ingresada en un hospital? Voy a tener que hablar con mi madre de todo esto.
Salgo con rapidez del edificio buscando el frío del otoño que me ayude a despejar mi mente y observo a Aaron y a Victor subiéndose en el coche. Victor me mira desde la ventana del copiloto y mi corazón empieza a acelerarse descontroladamente y eso me pone nerviosa. Ni siquiera lo conozco, o no me acuerdo de él. ¿Por qué no me acuerdo de él? Sarah tiene razón, tengo algunas lagunas pero no me gustan nada.
Cojo mi móvil y busco en google "lagunas por enfermedad". Después de ver algunas páginas con solo definiciones de pérdida de memoria encuentro una interesante sobre las posibles causas como por ejemplo el Alzhéimer o Párkinson, entre otras; pero dudo mucho que tenga algo así, estas enfermedades suelen tenerlas las personas mayores. Pero veo algunas opciones que me hacen tragar con dificultad: tumor cerebral, traumatismo o conmoción craneal, insuficiencia de oxigeno en el cerebro... cualquiera de estas podría ser, al fin y al cabo me encontraron desmayada en el suelo sin saber lo que me pasó.
—Hola chica —me saluda Tom asustándome—. ¿Te apetece tomar algo por el centro?
—La verdad es que estoy muy cansada, me iré para casa pero gracias por el ofrecimiento Tom. —Guardo con rapidez y nerviosismo el móvil para que no lo vea. Tom frunce un poco el ceño pero no dice nada al respecto.
—Tranquila, te acerco a casa entonces.
—No hace falta en serio. Estoy bien, no quiero molestar.
—No es molestia. Venga vamos —me anima pero yo no me muevo—. Somos amigos ¿no?
—Sí, somos amigos —digo aunque al decir eso me siento rara. Como si tuviera que recordar algo de él también.
—Pues vamos —me dice cogiéndome del hombro y llevándome hacia su coche. Yo sonrío y me dejo llevar.
—Está bien. Gracias —le digo sinceramente.
Tiene razón, somos amigos. No sé por qué estoy tan paranoica con todo. Me subo de copiloto en su coche y él intenta darme conversación pero solo puedo pensar en una cosa.
—¿Qué pasó exactamente la noche del baile? —le pregunto observándolo fijamente.
—¿Qué quieres decir? —pregunta tragando saliva. Una gota de sudor le cae de la frente y se ha puesto blanco de repente. Eso es raro.
—¿Qué me pasó?
—No lo sé, creo que... no lo sé... te encontramos desmayada en el suelo y llamamos a una ambulancia. Los médicos no quisieron decirnos nada.
—¿Crees que me pasa algo grave?
—¿Por qué lo preguntas?
—He estado inconsciente hasta ahora y no recuerdo muchas cosas. No recuerdo la noche del baile.
—No te preocupes, quizás son efectos secundarios del golpe; caerse al suelo desmayada seguro que tiene alguna consecuencia. Pero estoy seguro de que pronto recuperaras la memoria.
—Eso espero —susurro.
Tom no dice nada más. Yo lo observo y una sensación extraña permanece en mí pero no sabría cómo explicarlo. En ese momento me doy cuenta que este no es el camino hacia mi casa y mis nervios aumentan.
—¿Dónde vas?
—A tu casa, pero hay una calle cortada y tengo que dar toda la vuelta.
Mi intranquilidad no desaparece del todo, ni siquiera cuando estamos llegando a mi casa, y no sé por qué. Odio esta sensación.
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2. Sin Recuerdos (Saga «La Única»)
Werewolf«Supervivencia» Nora no recuerda nada de las dos últimas semanas y eso la está volviendo loca. Sus amigos le han dicho que ha estado enferma pero no se lo acaba de creer del todo. Tiene algunos déjà vu que no sabe si son reales o falsos y una pesad...