#25 Nora

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Actualidad – Sábado 10 de Noviembre
—Bueno... ¿y ahora qué? —pregunto.

—Ahora a esperar —dice Tom poniéndose de pie—. Iré a buscar un poco de leña, esta noche ha hecho bastante frío, nos irá bien para entrar en calor. 

Vemos como desaparece de la cueva dejándonos solas a las chicas en la cueva. Karlie está ordenando y haciendo recuento de lo que tenemos para comer con la ayuda de Hannah mientras Sarah está recogiendo las mantas y los sacos donde hemos dormido. Yo estoy sentada en un rincón observándolas sin hacer nada. Soy una maleducada pero realmente no puedo moverme. Me siento paralizada sin poder dejar de pensar en qué le he hecho a Victor para que esté tan raro y distante conmigo, sin dejar de pensar en lo que pasará ahora, qué voy a hacer con mi vida ahora, qué va a ser de mí... 

—Tenemos comida para un par de semanas —dice Hannah—, aunque espero que no tengamos que estar aquí tanto tiempo. 

—Mi madre me mata si no vuelvo en un par de días —dice Sarah poniendo una mueca.

—Tenemos que pensar en algo también —susurro yo.

—Encontraremos la solución, ya lo verás —dice Sarah sonriéndome dulcemente. 

Suspiro levantándome. Salgo al exterior de la cueva y camino un poco sin rumbo. El aire fresco me sienta bien pero de camino me encuentro con Tom cargado de leña. 

—¿Dónde vas? —me pregunta.

—No te importa —respondo esquivándolo y siguiendo mi camino. 

—Nora... Espera por favor. 

Noto que me coge del brazo y yo me muevo asustada. Tom levanta los brazos en rendición. La leña que cargaba está más atrás en el suelo. 

—No me toques. 

—No voy a hacerte daño. Solo quiero hablar contigo, me gustaría pedirte perdón. 

—No quiero tu disculpa ni nada que tenga que ver contigo. 

—Nora...

—Ni siquiera digas mi nombre. —Un escalofrío me atraviesa y cojo mis brazos protegiéndome. No sé si del frío o de él—. Tal vez todos estén bien con que estés aquí pero yo no. Todavía puedo sentir el cuchillo que llevabas clavándose en mi cuello, el frío metal rasgándome, la sangre cayendo por mi cuello. Todavía puedo sentir tu mano alrededor de mi cuello ahogándome, dejándome sin aire. Todavía puedo escuchar tu gruñido al convertirte en lobo y el miedo que tuve al encontrarme con tus dientes en mi cara. Casi me matas de tres formas diferentes en menos de 15 minutos Tom. No te acerques a mí o sino...

—¿O sino qué? ¿Me estás amenazando? —pregunta en tono de burla dejándome ver por primera vez el Tom que recuerdo de la noche del baile. 

—No. —Tiemblo. Victor no está aquí conmigo, nadie puede protegerme—. Solo no te acerques a mí.

Salgo corriendo hacia los árboles que hay al fondo y me escondo detrás de uno. Lágrimas como cascadas salen de mis ojos y me arrastro al suelo abrazando mis rodillas. ¿Qué voy a hacer?

2. Sin Recuerdos (Saga «La Única»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora