#6 Victor

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Actualidad - Viernes 26/10/2018

—Esto es frustrante —me dice Aaron una vez hemos subido a mi preciosa y por fin arreglada camioneta Marleen—. No sé cómo actuar con ella, no me sale natural.

—Lo sé.

—No, no lo sabes. Nos conocemos desde pequeños Vic, hemos sido prácticamente inseparables y ahora... Ni siquiera puedo invitarla a casa a cenar.

—Esto es una mierda.

—Que me vas a contar... ¿seguro que no podría invitarla a casa? —pregunta dubitativo—. Mis padres no han dicho nada el respecto.

—No lo hagas Aar, sería una situación complicada para todos.

—¿Y qué hago? ¿Qué puedo hacer para no estar raro con ella?

—Creo que el tiempo ayudará... o eso espero —susurro esto último para mí mismo.

El camino en coche desde el instituto es rápido. Entramos en casa sin decirnos nada más, cada uno con sus propios pensamientos pero mientras nos acercamos a la cocina, unos susurros me llaman la atención. Le hago señas a Aaron para que me siga a la cocina sin hacer ruido para podes escuchar mejor. Aaron me mira desconcertado, mis tíos están hablando pero mi piel de gallina me dice que es de algo importante.

—Es como en la profecía —me parece escuchar decir a mi tía.

—¿La profecía?

—Sí... en la que Victor... sucesor y... sacrificar... ¿crees que...se está cumpliendo?

—No lo sé... es muy antigua. Quizás ni siquiera exista en realidad. Sabes cómo son las leyendas en nuestro clan —responde mi tío con voz fuerte y clara esta vez.

—Exactamente por...

—Cariño, ni te preocupes —la corta.

—Está bien.

Aaron y yo nos miramos aturdidos. Subimos con rapidez a mi cuarto antes de que mis tíos se den cuenta de que los hemos escuchado, pero en cuanto cierro la puerta exclamo:

—¿Profecía? ¿De qué están hablando? ¿Y qué es eso de sacrificar?

—No lo sé... nunca lo había escuchado.

—¡Joder! Esto se pone cada vez peor Aaron... yo... no...

Quiero arrancarme los pelos de la frustración. Aaron pone una mano sobre mi hombro para consolarme pero no lo consigue. No entiendo nada. Ya no sé qué se supone que tengo que hacer. Me duele el pecho, la cabeza, todo el cuerpo en realidad; estoy cansado, prácticamente no duermo. Vivo con la preocupación, con la culpa, ¡hay una carga tan pesada en mis hombros! La ira crece dentro de mí día a día y siento que algún día voy a explotar arrasando con todo lo que haya a mi alrededor. Siento que estoy a punto de derrumbarme.

Busco mi móvil con rapidez y saco la fotografía que tengo guardada en la funda protectora, la fotografía de Nora que ella me regaló, y la observo para tranquilizarme. 

—¿Estás bien?

—No Ar, no lo estoy. No sé qué hacer.

—¿Qué quieres decir?

—No sé si puedo vivir toda mi vida sin Nora —digo pasando un dedo por la fotografía como si pudiera acariciarla.

—Vic...

—¿Lo harías tú? —le pregunto mirándolo a los ojos.

—No lo sé... yo... creo que un líder debe sacrificar cosas por el bien de su pueblo.

2. Sin Recuerdos (Saga «La Única»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora