Yo como tu dominante haré que me obedezcas.
Todo lo que hagamos será para mi placer y tu placer.
Si no me obedeces habrá consecuencias, pero si lo haces se te premiará.
¿Entendiste?
Frases, imágenes, diálogos y textos.
Con mi sello personal.
Adapta...
Esa mirada medio inocente, pero que esconde una invitación de explosión y furia. A veces tomar un café, es un perfecto momento para vislumbrar un paisaje juntos o simplemente cerrar la puerta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre a la cafetería, el clásico sonido de la campaña anunció mi llegada, varios clientes voltearon a verme, pero tú no, tú te quedaste viendo hacia el ventanal, tomando tu humeante taza entre tus manos, una vez me dijiste que te encantaba ver llover y ahora no me queda duda alguna de ello, dejaste la taza en la mesa y tocaste el vidrio, una gota de agua bajaba rápidamente hacia el quicio, sonreiste, volviste a tocar el vidrio y una nueva gota volvió a bajar, tú pequeña y bella expresión me hizo sonreír a mi también. Me acerqué tranquilamente y deposite mi gabardina en el respaldo de la silla sin hacer mucho ruido y me senté sigilosamente. Después de unos minutos me miraste asombrado, apenado y sonriente. -oh, ¿qué tiempo llevas ahí sentado? -Podría quedarme horas observandote, eres tan bello por dentro y por fuera. - No digas eso -bajaste la mirada avergonzado. -Solo digo la verdad.... aunque con este clima, me gustaría estar frente a la chimenea, abrazados. Tomaste nuevamente la taza humeante pero sin dejar de mirarme, la acercaste a tu boca, tú mirada ya no tenía inocencia, sino lujuria... -...Y si me dominas frente a esa chimenea? Y si me haces tuyo en cuatro, haciéndome gritar hasta que mi garganta se desgarre y después... mucho después me abrazas frente a ella? -...Quieres ser dominado mi ángel? -Siempre.
Me levanté de la mesa, me puse la gabardina nuevamente y me dirigí a la salida, no tuve la necesidad de voltear hacia atrás, la silla rechinó sus pequeños pasos sonaron justo detrás de mi. Ahora el que sonreía, era yo.
