La última dosis.

1.2K 46 48
                                    

Cómo llegué a esto no lo sé, el placer es tan grande, que mi cuerpo simplemente no puede dejar de convulsionar, la satisfacción es tan absorta que como tal, me nubla el juicio.

No doy crédito a lo que hago, ni el por qué lo permito. ¿Placer? Si, por supuesto que he tenido infinidad de días y noches llenas de placer.
¿Satisfacción? He desbordado en ella. No se si esto entra en la lujuria o en la promiscuidad, pero se siente tan bien.

El hecho de estar atado de manos, ya me exige cierto asombro, cierta malicia que me es interesante.
Estar vendado de los ojos, aviva mi deseo de curiosidad, pone mis sentidos a mil y la percepción es infinita.
La tela que hay debajo de mi piel es suave, fresca, lo que provoca más ímpetu en mis sentidos.

Querer cerrar mis piernas es imposible, un objeto metálico me lo impide, por lo que al ser tocado, es imposible rechazar, lo que bien sé que deseo.

Está entre mis piernas, tocando mi cuerpo, mis muslos, se pasea poco a poco, dejando caricias que me hacen estremecer, sus labios recorrer mis costados haciéndome perder la razón, jalo mis manos, pero un dolor se encaja en mis muñecas, por las ataduras que llevo.

No soy capaz de controlar la situación, ni la respuesta de mi cuerpo, ni de aminorar mis deseos, porque muy dentro mío, estoy absorto con lo que está pasando.

Chupa mi miembro, suave, despacio, lo lame de extremo a extremo, mi cuerpo reacciona gimiendo, gozando, balanceándose, disfrutando a placer.
Estoy perdido en la alegría que siento. Es tormentoso sentir tanta satisfacción, creer que ya no puedo más, cuando el lubricante entra en mi, un dedo que me penetra a profundidad, girando y excavando en mi interior, deja de chuparme el miembro y se frustra mi secreción.

La sabana roza mi cuerpo, es tanto el placer en toda la piel, que creo que me volveré loco, mis piernas no dejan de moverse, acompaso los movimientos que hace su dedo, quiero correrme, quiero gritar de placer, esto se vuelve tormentoso al tocar la delicadeza de mi ser una y otra vez, su lengua juega con mi perineo, estoy a punto de llegar.

En mi abrumada cabeza busco el cómo llegué aquí, recuerdo estar tomando en la barra de un bar, un whisky uno tras otro, sin preocuparme por nada, estaba harto de todo y de nada, me sentía agobiado y mi única idea fue salir a tomar, así que entre al primer bar que tenía buena pinta, dos, tres se acercaron a mi, a todos los rechace, venía a tomar, a nada más, pero uno alto y musculoso no se fue por más que le deje en claro que no tenía ninguna intención de entablar siquiera conversación con él.

Lo segundo que recuerdo es que el barman y él hablaban, no sé de qué, me excusé para ir al baño, pero mis movimientos ya eran torpes y lentos, me sujetaba de la pared para llegar al baño, todo me daba vueltas, y las imágenes eran borrosas, hice mis necesidades, puse un poco de agua en el cabello, según yo, me recompuse, volví a la barra y el barman me ofreció otro whisky, no lo quería aceptar, ya estaba pasado de copas, me dijo; "Este va por cuenta de la casa, después te pido un taxi" le sonreí apenado y me bebí el vaso de jalón.

Lo tercero que recuerdo es despertar y estar aquí en esta cama volviéndome loco de placer.
Soy penetrado duramente, gimo sonoramente, los movimientos no se ralentizan por el contrario, sube el vigor, es incómodo tener las piernas tan arriba por causa de la barra separadora, aunque el placer se sigue acentuando.

Sale de mi y me gira, obligándome a poner en cuatro, la cama se mueve, sé que se ha levantado para poder penetrarme más a fondo. Es delicioso el vaivén que juega mi cuerpo, sus manos firmes en mi cadera, me hacen estar más deseoso, llevamos mucho tiempo cogiendo, el sudor es mucho, la garganta seca por jadear, todo es tan agotador.

Me gira nuevamente, me quita la barra espaciadora, por lo que mis piernas las siento débiles, estoy cansado, vuelve a penetrarme, toma mi miembro y lo bombea incrementando los movimientos, acumulando mi placer al máximo, sin dejar mi miembro, me quita el antifaz, no abro los ojos, sigo aferrándome al placer, sus jadeos y su tono de voz no me es familiar, abro poco a poco los ojos pues el placer no me lo permite como quisiera, giro mi cabeza a la derecha y veo a alguien conocido pasar detrás de un biombo, mi orgasmo se acumula pero no termino.

Cierro y abro los ojos lentamente, el alcohol sigue en mi cuerpo y creo que algo más.

-Abre los ojos mi ángel.

Abro los ojos, pesadamente, la penetración es intensa, al igual que en mi miembro.

-Da...ddy....

Me corro escandalosamente, mi cuerpo convulsiona, los escalofríos, mi mandíbula está tensa, mi entrada se contrae reiteradas veces, no soy consciente ni de dónde estoy.

Abro bien los ojos y veo a mi amo junto a mi, con un semblante molesto sin duda alguna, pero su mirada me indica reproche, tristeza y decepción.

-Eres un excelente amante cariño.

Una voz se cuela entre mis piernas, volteó temeroso y veo a un hombre saliendo de mi cuerpo, se peina el pelo hacia atrás, vistiéndose, jadeando y sudando.

Volteó angustiado a ver a mi amo, niego con la cabeza reiteradas veces.

-Sin duda, llegué muy tarde, o tal vez muy temprano, dependiendo de cómo quieras verlo.

- No Daddy....

El nerviosismo se vuelve terror, veo nuevamente al hombre aquel y una vez que está vestido sale del cuarto donde estamos.

Mi amo se acerca y desata mis manos, las acaricia y me suelta, yo bajo mis manos sin evitar una muestra de dolor al hacerlo, sin duda mucho tiempo las he tenido arriba, me incorporo lo más rápido que puedo.

-Daddy....
-Y así es como termina todo ¿no mi ángel?

No, no puede ser. Mi amo se levanta de la cama y está a punto de salir del cuarto, desgarro mi garganta al gritarle.

-¡¡¡DADDY!!!

El se detiene, he caído de la cama al intentar ir tras él, pues mis piernas no me sostienen, se gira para verme... ambos estamos llorando.

Y esto se acabó!!!! 100/100
No olviden leer los agradecimientos!!!

DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora