Capítulo 26

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Steve y Billy casi llegaban a su hogar, pero el instinto de Steve hizo que mirara por la ventana notando que en el bosque, al frente de la carretera, había una canasta con un tipo de sábana cubriéndola encima.

Le pidió a Billy que parara el auto e ir a investigar. Billy creía que solo era una pérdida de tiempo ir a revisar la canasta que posiblemente solo tendría chatarra o nada.

—¿Qué será?– preguntó Steve todavía en el auto mirando aquella canasta.

—Tal vez a caperucita se le cayó.

Billy se rió de su chiste y Steve solo alzó la ceja frunciendo el ceño.

Bajó del auto y fue a mirar enseguida lo que se encontraba en la canasta.

—Steve, ten cuidado– Billy bajó del auto quedándose junto a la puerta.

Valiente.

Steve se acercó de apoco y en silencio, levantando la sábana cuidadosamente.

Quedó sorprendido al notar lo que había.

Por un momento pensó que encontraría basura o desechos de personas, pero jamás creyó que se encontraría con eso.

—Steve ¿Qué es?

Billy seguía al lado de la puerta del auto.

Steve no sabía que hacer, estaba sorprendido y no salían las palabras adecuadas para esa situación.

Billy se acercó junto a Steve y miró la canasta.

—Steve, es...

—Un bebé.

Seguían mirando al bebé, estaban más que sorprendidos y ninguno sabía que decir.

—No lo podemos dejar aquí– respondió Billy aún sorprendido.

Steve sin pensarlo, tomó un papel que se encontraba en el lado derecho del bebé, solo decía que el bebé se llamaba Thomas y tenía 6 meses de nacido.

Thomas se encontraba profundamente dormido y tenía algunos juguetes pequeños alrededor de él.

Ahora solo sabían que Thomas es su nombre y tiene 6 meses.

No tiene papá ni mamá.

No tiene a nadie.

Steve y Billy se miraron apenados, no podían dejar a ese bebé ahí solo con hambre y con frío.

—No lo podemos dejar aquí.

Steve sintió compasión por el bebé, era bello. Tal vez alguien les estaba dando una oportunidad para que al fin su familia estuviera completa.

—Debemos llevarlo– El corazón de Billy era bueno, sabía que debían llevárselo a casa.

Steve lo cargó en sus brazos y entró al auto junto a Thomas.

Billy recogió las cosas que se encontraban en la canasta y las metió en el auto.

Ahora sí, estaban completos.

Como familia, en un nuevo hogar. 


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Al llegar a casa, lo primero que Billy hizo fue llamar a Joyce. Ella siempre sabe lo que se hace en esas situaciones.

—¿Diga?

—Señora Byers, soy yo, Billy.

—Oh, hola Billy ¿Llegaron bien?

—Sí, muy bien.

—Me alegro por ustedes.

—Señora Byers ¿le puedo hacer una pregunta?

—¿Pasa algo, Billy?

—Emmm, sí.

—Dime que pasó, no me preocupes así.

—Encontramos un bebé.

—¿Qué?

—Iba conduciendo por la carretera y en el bosque se encontraba una canasta con un niño dentro.

—Dios mío, dime que se lo llevaron a casa.

—Está aquí con nosotros– miró a Steve en el sofá junto a Thomas.

—¿Y su madre?

—Al parecer no lo podía cuidar y por eso lo dejó allí.

—¿Qué harán con él?

Billy quedó en silencio aún observando a Steve cargando al pequeño Thomas.

Steve estaba fijamente mirando a Thomas, delineando con sus dedos cada contorno de su carita.

—Creo que se quedará aquí... con nosotros...

—¿Estás seguro Billy? sabes que ustedes aún son jóvenes para tener un hijo, además si quieres lo puedes traer aquí y yo lo cuidaré.

—Gracias señora Byers, pero él se quedará aquí con nosotros.

Por otro lado, Steve Creyó que Thomas podría tener algo de hambre y recordó el día que fueron de compras.

Él compró leche por si es que faltaba para cuando Benjamin fuera de visita con sus padres y por suerte también tenían un biberón.

Siempre es bueno tener cosas en caso de emergencia.

I can't fight this feeling [Harringrove]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora