Emily se negó a responder las interrogantes que le plantearon sus hijos mientras se empeñaba en conducir como una psiquiátrica a través de la ruta que daba a la ciudad. Los pequeños no entendían su urgencia y exorbitante preocupación. Los había sacado de la cama como un rayo enloquecido y exigido que abordasen el coche a toda marcha.
- ¿Le ha pasado algo a mamá?- Preguntó Danny de repente.
Emily hizo lo que pudo por tragarse el prieto nudo en la garganta y aguantarse el llanto. No tenía respuesta para eso. Esperaba no tenerla. Quería con todas sus fuerzas que el mensaje fuese solo una broma. Que Ali se hallara en la oficina, investigando sin dormir como inevitablemente hacía a diario.
Dejó a los niños en la casa de Spencer y se marchó en dirección al cementerio sin esperar ayuda ni nada semejante.
Aparcó de forma torcida a unos metros del parque y se bajó de un salto, corriendo sin dirección predeterminada. Atisbó entre las innumerables lápidas una pequeña y débil luz blanquecina. Aceleró en ese sentido, identificando la linterna cuando estaba a pocos pasos, depositada la misma sobre el cúmulo de tierra donde yacía la lápida que había visto en la foto.
Desesperada, comenzó a excavar con las manos de forma impetuosa, derramando lágrimas de angustia y rezando en todos los idiomas conocidos.
Llevaba unos segundos removiendo la tierra cuando comenzó a percibir movimiento en la misma. Era leve; como si algo estuviese intentando salir desde abajo. Se asustó horriblemente y trabajó con más ímpetu.
Entonces dio con algo sólido; la parte superior de una cabeza embarrada con una inconfundible melena rubia.
- ¡ALI!- sollozó, esforzándose al extremo.
Pronto consiguió descubrir su rostro y la oyó toser. No se detuvo, sin embargo, hasta que pudo dejar sus hombros y buena parte de sus antebrazos por fuera de la tierra. Ya no le quedaba aire ni energía cuando tomó a su esposa por debajo de los brazos y la ayudó a salir por completo de su tumba, descubriendo que tenía las manos y los pies atados.
Alison se separó de ella para arrodillarse y vomitar varias veces. Emily tuvo que recostarse y jadear reiteradas ocasiones para reponerse y conseguir hablar, sintiendo, en medio de la acción, que se le alojaba un resquemor en la garganta.
- Ali... Por Dios...- Dijo sin fuerzas, incorporándose para encerrarla en el protector y vehemente agarre de sus brazos.
- Em...- Lloró Alison, apretándose contra ella-. Ay, Em... pensé que moriría. Estaba tan segura...
- Ángel...- Emily desató sus extremidades y volvió a abrazarla, intentando calmar los temblores de ella y también los suyos. No se sentía capaz de soltarla. Se había alojado en la boca de su estómago la inexorable e irreal sensación de que, si se apartaba aunque fuera unos segundos, alguien podría volver a intentar arrebatársela-. Joder, pensé que te perdería. Ésta vez en serio lo pensé.
Alison apretó el rostro contra su cuello, sintiendo los guijarros del barro rasparle la piel. Ambas estaban embadurnadas de pies a cabeza, si bien una más que la otra, por razones obvias.
- Tenemos que largarnos de aquí- Murmuró Emily.
- Tienes razón. Podrían seguir en los alrededores...
- ¿Podrían...?- La morena frunció el ceño-. Ali, ¿era más de uno?
- Dos al menos.
Emily permaneció en silencio por unos segundos. Luego se puso de pie y la ayudó a hacer lo mismo para luego dirigirla al auto.
- No me refiero a ellos, aunque tienes razón- le dijo mientras caminaban-. Hablo de irnos de aquí, de la ciudad.
Alison no respondió en seguida. Esperó a subirse al auto junto a ella y se abrochó el cinturón mientras Emily encendía el motor. Su estado mental en ese momento no era el mejor en el que hubiese podido encontrarse. El shock de haber sido enterrada viva seguía entorpeciéndola, y no conseguía centrarse en un solo pensamiento claro.
- ¿Volver a huir?- preguntó en tanto el coche se ponía en movimiento.
Emily suspiró y se pasó una mano por el cabello.
- Hacía mucho que no sentía ésta clase de miedo paralizante- la miró de costado-. La clase de miedo que viví hace años, cuando la situación, Paige o el maldito estado hicieron que me viese obligada a imaginar mi vida sin ti.- Se mordió el labio con fuerza y se le saltaron las lágrimas una vez más. Alison apoyó una mano en su brazo y acarició su piel sucia de polvo oscuro-. Eso fue hace mucho, Ali. Ahora las cosas son diferentes. Tenemos hijos, y una vida entera juntas- se rió de forma cínica-. Éramos tan felices... ¿Por qué ésta mierda nos sigue pasando?- apretó el volante-. ¿Es que nunca acabará?
Alison guardó silencio otra vez. No tenía una respuesta para la pregunta que ahora, tanto como cuando eran más jóvenes, no habían dejado de hacerse.
En el celular de Emily había varias llamadas perdidas de Spencer y de Toby, y algunas tantas más en el de Alison. Esta segunda, por muy conmocionada que siguiera estando, se aseguró de avisarle a su amiga que todo estaba bien; que podía decirle a los niños que sus madres estaban sanas y salvas, pero que necesitaba que se quedara con ellos un rato más en tanto iban al hospital debido al golpe que había recibido en la parte posterior de la cabeza.
Emily se encargó de envolver la cabeza de su esposa con su sudadera antes de ingresar en la sala de emergencias. Le preocupaba el hecho de que la herida siguiera sangrando sobre la tela gris del jersey.
Las atendieron sin demoras, y una hora después, descartada una posible concusión, Alison se encontraba en la camilla, con una vía en la muñeca y una venda alrededor de la cabeza. Emily estaba sentada a su lado, pasándole algunas toallas húmedas por la piel cubierta de suciedad. Su expresión inescrutable apenas había mutado en aquel transcurso.
- Quizás tengas razón- comentó la rubia. Emily la miró-. Lo más sabio sería largarse de aquí cuanto antes- resopló y desvió los ojos-. No hay ningún motivo para seguir exponiendo a los niños a ésta clase de situación. Hablaré con mi jefe mañana.
La morena se detuvo un momento, dejando sus consternados irises oscuros clavados en el envés del codo de la otra mujer.
- Es lo mejor- dijo de una forma que dejaba en claro que su cabeza estaba a kilómetros de distancia de aquel hospital.
Alison tomó su mano y la apretó, ocasionando que volviera a mirarla.
- ¿Te asusta dejar atrás todo lo que hemos construido?
Emily caviló un instante.
- Ya lo perdimos, Ali- dijo-. Nos alejamos de Rosewood para apartar a nuestros hijos de los peligros que nosotras pasamos, y resulta que nos siguieron hasta aquí. No podemos quedarnos, por más firmes que sean las raíces que hemos asentado.
Alison asintió.
- Y... ¿qué tal si nos siguen a donde vayamos?- Emily bajó la mirada-. Si el pasado nos persiguió hasta este lugar, entonces...
- No será así.
- ¿Por qué no?
- Porque nosotras los encontraremos primero.
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Emison- ¿Podrás con la oscuridad?- Parte 2
Fanfiction"... He pasado demasiado tiempo huyendo de mi oscuridad, Ali. Hoy en día, si de casualidad volviese a encontrarla, la abrazaría como si se tratase de una vieja amiga..." - Segunda parte de ¿Podrás con la oscuridad? -