once.

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No es la primera vez que llego al instituto tarde. Al contrario,el día que llegue temprano a clase,acabará el mundo.Estoy segurísimo de ello.

Pero lo peor no es llegar cuarto de hora tarde a clase-como me pasó el otro día- sino que es peor llegar tres cuartos de hora tarde por dejar a Benji en el colegio nuevo.Hay que tener cojones. 

Y mientras voy corriendo con la bolsa nueva de libros-de otro supermercado de la esquina-,mientras parece que voy medio gilipollas y mientras me resbalo en un charco manchando así mi ropa,mis zapatos y echando a perder la poca dignidad que me quedaba ahí,me choco con una chica.

-Ah.

-Eh.Lo siento.-digo levantándola del suelo.Su mano está fría y me mira con miedo.

-Nada.-dice en un pequeño susurro que,de no ser porque estaba cerca,no lo habría escuchado.

Emprende el camino contrario al instituto. Me pareció verla ayer por clase,en uno de los muchísimos sitios del final,donde me siento yo. Pero ella no está cerca. No sé ni su nombre. Nada.¿Porqué va en dirección contraria al instituto? ¿Le habrá pasado algo? ¡¿Se puede saber porqué mierda soy tan cotilla?! ¡Qué me importará a mi lo que le pase a esa!

Oh Michael si tú sólo supieras.

Continué caminando ignorando ese susurro que el viento -o mi mente destrozada-me dijo.

LLegué a la escuela. Y bueno,las risas/burlas/comentarios que recibí acerca de mi apariencia mojada completamente de barro no fueron tan malas comparados a el ridiculo que hice a la Señorita Monroe delante de toda la clase para que no me expulsara por mala conducta.

-¡Michael,llevamos apenas dos días de curso y ya vas llegando tarde! ¡Y ni hablar de como susurras por la bajini y de lo distraido que estas mientras explico! ¡No le sacas provecho a estar aquí!

-Pero Miranda...-Oh mierda,a otra por la que llamo mal.-Señorita Monroe.-me corregí.

-Michael...dame una buena razón para que no te expulse de clase.

Fácil señorita Monroe,mire esta carita angelical.

-Mmm...realmente...me comportaré mejor,se lo prometo.

-Tengo una razón mejor que esa.Señorita Monroe,tenemos que burlarnos de alguien y quién mejor que este patán. -dijo el tal Cedric,el de ayer por la mañana que me empujó junto al moreno. La clase estalló en risas.

-Cedric Last,al pasillo.

-No quiero.

-Al pasillo.

-Miranda,todos sabemos que sin mí en su clase no hay nada guay.

-Cedric...

-Además,usted sabe que no hay nadie mejor que yo para mirarle las tetas mientras corrije. Sin mí no se sentiría amada por alguien.

La clase se dividió:unos riéndose y otros boquiabiertos hacia tal comentario.

-¡Last,a jefatura con el director,ahora!.-chilló Monroe.

Cedric salió de clase y el ambiente se tensó.

Hoy no me sentía tan sólo.

Miré a mi asiento al lado y Clea no se encontraba. 

Tiempo después bajé al recreo y me senté en una mesa.

Clea apareció a mi lado.

-¿Donde has estado estas horas?

-En clase.

-No estabas.

-Sí.

-No conmigo.

-Si estaba a tu lado,Mike.

-No te he visto.

-Sólo me ves cuando te da la gana.-dijo y se marchó.

No entendía nada.

Anomalías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora