diecinueve.

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Sus gafas recaían sobre su gran nariz y parecía que podrían caer de aquel pico afilado en cualquier momento.

Sus ojos azules escaneaban con todo desdén nuestros semblantes, y parecía que no tenía la mínima idea de qué hacer conmigo.

-Señor director,aquí tiene.- dijo la asistenta de secretaría abriendo la puerta con una mano y sujetando a Cedric Last con la otra. Tras esta acción cerró la puerta y Cedric se deslizó por la silla color marrón de un tejido algo gastado. 

Colocó su gorro y tras un silencio algo incómodo se dignó a hablar.

-Valley, no sé qué estoy haciendo aquí, así que con su permiso me marcharé.

-Last, no te muevas de la silla.

Cedric calló y se limitó a mirarse las manos y después a comerse las uñas. 

-No sé qué hacer con vosotros. Tendría que expulsaros del centro por propagación de violencia.- cogió un lápiz situado en su bote negro de redes.- pero no llevamos ni un trimestre y sería algo arriesgado. ¡La junta va a matarme! ¡Pensarán que no sé cómo manejar un centro!.- se levantó de su sillón de cuero y se acercó a la persiana.- ¡Todo es un desastre! Las notas, las excursiones, el comedor, el material, la mayoría de los profesores...¡Y ni hablar del alumnado! 

Parecía algo histérico. Quise decir algo pero decidí que era mejor no hacerlo.

-¡Y llegáis vosotros y os pegáis delante del inspector! ¡Olé vuestros cojones, que ganas!

Miré a Cedric de reojo y vi que continuaba mordiéndose las uñas, ya hasta le salía sangre del dedo índice.

-¿Entonces qué hará?- me limité a preguntar con algo de cobardía.

Hubo otro silencio incómodo que duró unos minutos hasta que por fin mi pregunta fue respondida. Ya comenzaba a sentirme ignorado.

Parecía que al director Valley se le había encendido la bombilla y repentinamente se dio la vuelta.

-Haréis servicios extras para el centro.

Estaba a punto de exponer mi pregunta cuando recalcó:

-Sin cobrar.

Genial. Y todo porque a este patán se le ocurrió pegar a Julie y yo la defendí.

-Empezaréis al terminar las clases. Os pasáis por el cuarto de limpieza y cogeréis lo necesario. Recorreréis cada clase, cada silla, cada rastro de tiza y como no esté totalmente limpio tomaré medidas más graves. Ahora id a clase.

Me levanté de la silla después de Cedric y antes de cerrar la puerta escuché que el director Valley hablaba por teléfono:

-Ahora limpiarán todo y sin cobrar, Miranda. Podré deshacerme del servicio de limpieza hasta nuevo aviso. Más dinero para el centro. Más para ti y para mí.


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