Cuarenta y tres

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El viaje fue largo, pero gracias a Dios que no lo sentí. El hermano de mi madre nos recibió en el aeropuerto, para llevarnos a la casa. Realmente estaba cansada, así que me quedé dormida en el recorrido a casa. 

—Dice tu madre que te levantes—

Froté mis ojos y tenía a Javiera frente a mí, me di cuenta que todos ya no estaban en el carro. Ella se retiró y yo bajé rápidamente de este. Cerré la puerta y me acomodé la ropa, tomé algo de aire y entré. Realmente la casa era hermosa ¿Cuánto tiempo paso desde la última vez que estuve aquí? ¿Tres años? O tal vez más.

—Tus demás primos están en el patio. Tu madre y tus demás tíos conversaremos—

Dijo uno de mis tíos, sonreí y me dirigí hacia el tremendo patio. Y estaba en lo cierto, Dios míos ¿Desde cuándo la familia Anderson se hizo tan grande? Mi móvil sonó y me di cuenta que era un mensaje, pero no me salía el número del cual lo enviaban. Lo abrí y decía lo siguiente.

>> Sal, te tengo una sorpresa <<

¿Sorpresa? ¿Quién rayos lo envió? Rápidamente lo respondí y a los segundos otro mensaje llegó. Debió ser del mismo destinario, ya que me aparecía ‘Privado’ en la pantalla.

>> La sorpresa  <<

Okay, esto me tenía más que confundida, me dirigí hacía la puerta de salida. Mis familiares me vieron y sonrieron, les devolví el mismo gesto. Me asomé por la puerta y no vi a nadie, mi móvil vibró y leí el mensaje que acababa de llegar.

>> Vamos _____, sal un poco más. No muerdo querida <<

Me acerqué a la acera y vi a ambos lados de la calle, pero no vi a nadie, absolutamente nadie. Me di media vuelta, de seguro era una broma de alguien de mis ‘tantos’ primos.

—Hey—gritaron—

—¿Pero qué haces tú aquí? —

Pregunté desconcertada, él sonrió. No entendía cómo llegó. ¿Acaso nos siguió? ¿Pero qué demente es? ¿Por Dios en que está pensando? Basta _____ mejor pregúntaselo, si mejor.

—¿Creíste que te dejaría tan fácil? —Rio—

—¿Cómo llegaste? ¿Tu madre sabe que estas en Londres? —

—No, le robé la tarjeta de crédito y… Además ni notará que no estoy en casa—sonrió—

—Emm… Bien, que tengas un buen recorrido y conozcas más Londres—sonreí—

—No te hagas la chistosita, tú y yo tenemos algo pendiente. A sí que corre pide permiso por que llegaras tarde—Sonrió maliciosamente ¿Qué estaba tramando? —

*

—¿Cómo conseguiste este auto? —

—Lo rente. —respondió serio—

—Oh, bien ¿Y adonde vamos? —

—A divertirnos—

¿Divertirme? ¿En esta situación? No creo que sea posible. Mi familia triste por lo de mi abuelo y yo… ¿Divirtiéndome? No lo creo. Eso es imposible.

—Llévame de nuevo a mi casa, no pienso salir contigo. —aclaré—

—Entonces regresarás caminando, porque no pienso regresar. —sonrió ¡Mi.er.da!

*

—Javiera ¿viste a ____?—preguntó—

—Salió—respondió—

—¿Pero adonde? ¿Con quién? ¡Son las diez de la noche! —

Dijo nerviosa, su hija nunca le hizo eso. Nunca salió de casa sin permiso y más, estando en Londres. Cualquier cosa podría pasarle, mejor sería que se calmara y que no pensara en eso. ¡No podía!

*

—¿Estas tratando de emborracharme? —

Reí como estúpida, aunque… lo estaba logrando. Él sonrió de lado y pidió dos cervezas, al barman. Para ser exactos Justin me trajo a una discoteca, la cual… no recuerdo el nombre. ¡No sabía ni en donde estaba!

—Se podría decir—contestó—

—¿Quieres bailar? —

Me estiró la mano, un joven. Tenía un aspecto de unos veinte años, era simpático, no podía negarlo. Vestía una camisa la cual se ajustaba a su cuerpo. Y unos jeans, ¡Por Dios! Esos jeans le quedaban de maravilla. Me mordí el labio inferior y giré a ver a Justin quien quería matarlo con la mirada. ¡Esto no era bueno!

¿Amor o Obsesión? Justin Bieber {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora