cincuenta y ocho

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Estaba asustada. Estaba a punto de ser violada y no podía hacer nada. Por qué él pendejo me amarro. ¡Matías! ¿Dónde mierda estas? Sentí su pecho desnudo en mí. Estaba helado, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero. Su mano tocó mi pierna y la recorrió hasta llegar mi trasero. Beso cada pecho, para luego desabrochar mi brasear. 

—Déjame ir, por favor—sollocé—

—Si coperas, será más… fácil—respondió—

—AUXILIO. AYUDENME—

Grité entre lágrimas. Pero el solo gruñó para luego golpearme. Lágrimas sin control inundaron mis ojos. Me tomó del cuello. Haciéndolo hacia un lado, para luego besarlo. Sus labios, tocaron mis pezones y sentía como tomaba uno en su mano. ¡No!

—DÉJAME IR—

Lloré. Pero el no hizo caso alguno. Tomó mi rostro con ambas manos y besó mi frente. Susurró algo, realmente no llegué a escuchar que fue, giré mi rostro rápidamente y mordí su mano. 

—ERES UNA MALDITA PERRA—

Él grito, para luego maldecir y golpearme nuevamente. No podía hacer más. Estaba amarrada, cada vez que gritaba recibía una bofetada. Solo quería estar con mis padres ahora.
.

—Suéltame, por favor… te lo suplico—lloré—

—CALLATE O TE MATO—

—No, por favor—

Lloré, tenía miedo.

—Suéltame, y juro no decir quién eres—

Propuse, con la voz entre cortada. No quería ser violada, no quería.

—Por favor no lo hagas—

—¡POR UN DEMONIO CALLATE! —me golpeó—

—Au—

Me quejé entre lágrimas. ¿Quién era? No podía verle el rostro. Todo estaba oscuro, y para mi suerte los parpados se me cerraban. ¿Qué está pasando? La vista se tornaba más borrosa de lo que ya estaba.

—La droga ya debería de estar haciendo efecto—gruño—

—¿Dro… Droga? Qué…

—Si, ____. Duerme. Recordaras esto, para siempre—

Pude escuchar como quitaba su correa y el pantalón. Bajó lentamente mis bragas y un dolor interno se apoderó de mí. No tenía las fuerzas para gritar, y para tratar de soltarme. No sé qué me dio en aquella bebida, pero sea lo que sea, estaba haciendo efecto en mí.

—TU ERES MIA ¿OISTE? NUNCA MAS ME DEJARAS. NUNCA. NADIE ME SEPARA DE TI—

¿Suya? No sabía ni quien era. Él dolor cada vez se desvanecía. Los parpados me pesaban. Lo último que recuerdo fueron esa últimas tres palabras ‘TU ERES MIA’ y Él… en mí.

//*//


Para cuando desperté, ya no estaba amarrada. Me levanté y me encontraba desnuda. Lagrimas sin control salieron de mi ojos. ¡Aun no olvido que fui violada! Me vestí, entre llantos y empecé a gritar. Tomé la almohada y me desahogue con ella. Subí la cremallera de mi vestido y arreglé mi cabello. Debía encontrar a Javiera.

Abrí la puerta y la música aún seguía. Había bastante gente. Pero no podía caminar, perdía el equilibrio. Traté de apoyarme con las paredes. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? ¿Una hora? ¿Dos?

—¡____!—

Gritó Javiera, mientras corría hacia mí. Yo solo la abracé fuertemente y lloré en su hombro. Ella me observó extrañada y secó mis lágrimas.

—¿Qué te pasó? —

Preguntó al verme. No estaba bien que digamos, aún estaba mareada. Tenía el maquillaje corrido y golpes en todo mi cuerpo. Era como si me hubieran agarrado como saco de box.

—Me Violaron, Javiera. Me violaron—
Dije, ella quedó perpleja. Al escuchar eso. A lo lejos divisé una ambulancia. ¿Que fue lo que pasó?

—¿Y Matías? Él debía de regresar, por su culpa entraron y me violaron—dije molesta, ella solo negó—

—Matías, está inconsciente, ____. Lo golpearon y lo dejaron tirado en el pasillo. —

¿Qué? ¿Acaso aquel chico le hizo esto a Matías? Él dijo ‘Regreso en un minuto’ ¿Y si lo golpeó justo cuando salía del cuarto? ¡Dios!

¿Amor o Obsesión? Justin Bieber {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora