Después de terminar con aquel día, los minutos, horas, días, meses; pasaban demasiado rápido. ¿Las peleas? No terminaron del todo, pero el hacía su intento, y eso lo apreciaba; lo hacía todo por ella. James… no supe más de él después de haberle enviado un mensaje sobre que me internarían, me felicitó y deseo lo mejor para ambas. Estaba repleta de sudor, sentía que me desmayaría, nunca pensé que realmente dar a luz doliera. Un llanto hizo que suspirara, Justin sonreía cada vez que la veía, dice que es igual a mí; no le creo. Shopia así decidí llamarla, una sonrisa iluminó mi rostro; era hermoso verlos juntos. Lágrimas de felicidad recorrieron mis mejillas, los recuerdos se me presentaron como unas imágenes al frente de mis ojos, los gritos, los abrazos, los besos, sus palabras… aquellos ojos mieles no me quitaron la vista de encima, le sonreí. Le vi la cara con una expresión asustada, un sonido hizo que me alarmara, era el electrocardiógrafo, me sentía débil. Mis ojos se cerraban, los abrí nuevamente el corrió a mí, una lágrima recorrió mi mejilla; y la de él. Sabía que ya había terminado aquí, era tiempo de irme. Pero me fui con un hermoso recuerdo, con dos ángeles, sabía que hice todo lo que tenía que hacer, y le di un poco de mí a Justin; él la cuidaría y le daría todo, lo que y yo no podré darle.
