Él tan solo negó y tomó mi rostro con ambas manos para juntar nuestras narices. Me dedicó una sonrisa y dio un corto beso en mis labios. Su dedo índice acarició mi mejilla para luego abrazarme ¿Qué pasaba con él? ¿Por qué estaba… tan cariñoso?
—Basta, basta… —
Dije alejándome de él.
—_____...—
—¿Madisson podrías esperarme en mi cuarto? Subo en cinco minutos—sonreí—
—Hay _____ si quieres tiempo con tu novio, solo tienes que decírmelo—
Respondió desinteresada, ella subió a la segunda planta. Al menos no era una nena de ocho años que debía de cuidar.
—Si quieres puedes tomar mi IPod—
—Bien…—respondió—
—¿Quién es?—
—Que te importa. Ahora vete—
—¿Quieres ver una película?—
—¿Qué?—
Pregunté desconcertada. Acababa de decirle que se vaya ¿Y el propone ver una película?
—¿Terror o Romántica?—
—Ninguna—
—Entonces será Terror—sonrió—Así podré abrazarte más—
Él quitó la mochila que traía en la espalda y de ella sacó una película. Tenía todo planeado, él la colocó y se sentó en el sofá, dio unas palmadas al lado, quería que me sentara allí. Pero no, no lo haría.
—No me hagas pararme e ir por ti—
—¿Qué es lo que quieres?—
—Ver una película... contigo—
—¿Por qué?—
—Porque eres mía—
—Te equivocas—
—Si tu no estas enamorada de mí, si no pierdes la cabeza cuando te beso, entonces podrás corregirme y decirme que estoy equivocado—
Susurró mientras se acercaba a mí, su voz era realmente seductora, se posicionó en frente mío mientras tomaba mi rostro con una mano y me sonreía. Mierda, Bieber.
—Ven…—
Indicó mientras tomaba mi mano para jalarme hacia el mueble. Estaba realmente desinteresada por la película que había puesto. No me gustaban las de terror y mucho menos quería verla, con él.
—¿Sabes que si mi padre te ve que, te mata?—
—No me importa.—
—Pues a mí sí… quiero que te vayas—
—¿Entonces aún te importo?—
—¿Si te digo la verdad te largas?—
—Puede ser un trato justo—
—No, no me importas ahora vete—
—Dijimos la verdad, _____. Ahora me quedaré—
—¡NO! —me quejé—Esa es la verdad—
—Bien… si no lo dirás tender que obligarte a decirlo—
—¿De que hablas?—
Pregunté desconcertada.
—Mírame a los ojos—
Ordenó ¿A dónde más quería que viera? Era obvio que debía verle a los ojos. Él se fue inclinando más hacia mí, okay. Lo acepto estaba nerviosa.
—Dime que ya no me amas—
Susurró cerca de mis labios. Él rosaba su nariz con la mía. Podía oler su aliento mentolado. Me sentía atrapada, atrapada por su mirada y también ya que no tenía salida por que él me tenía acorralada. Tan solo corte aquella conexión de miradas, sentí la mano de Justin en mi rostro, haciendo que lo mirara de nuevo.
—Dímelo, ____—
Ordenó. Inhale profundamente y su aroma, aquel perfume que vuelve loca a cualquiera entró por mis fosas nasales.
—No puedo…—
