Capítulo 2

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Despertó sintiéndose cansado e inmediatamente inspeccionó el lugar donde yacía una cama y un buró junto a ella, dos puertas, una cadena sujeta a su tobillo derecho y en su brazo un aguja que le inyectaba un suero a saber de que.

Deliberadamente retiró de un jalón la aguja y lento se levantó dirigiéndose a una de las puertas que lo condujo a un baño con paquetes de papel higiénico y barras de jabón, solo eso y nada más.

-Vaya, despertaste- no reconoció la voz pero aun así salió a su encuentro -Te traje de comer- añadió dejando un plato de algo que parecía pasta y un vaso de agua

-¿Quién eres?

-¿No me reconoces?- no lo hizo, no tenía idea de quién era -¡Cierto! Es porque no tengo mi chamarra negra y la capucha puesta

Con lo que dijo supo de quién se trataba -Tu...- era el extraño cliente que siempre se ubicaba en la mesa nueve con su enorme chamarra y su computadora portátil

-Bingo- sonrió como si fuera un chiste

-¿Qué quieres?- pero no respondió -¡Hey!- lo llamó al notar como caminaba a lo que parecía ser la salida de la habitación -¡Espera! ¡¿Dónde está Rin?!- necesitaba saber que estaba bien

-¿Matsuoka?- se notaba bastante calmado -No creo que debas preocuparte por él más bien deberías preocuparte de ti mismo. Come- ordenó

Pero exasperado por su serenidad tomó el platillo y se lo arrojó estrellándolo en su pecho -¡¿Dónde está Rin?!

Notó como suspiro para después hablar mirando el desastre que hizo -No es bueno tirar la comida- sin poder defenderse lo tlaqueo a la cama bruscamente -No vuelvas a desperdiciarla- tenía una fuerza descomunal pues el agarre que ejercía en sus muñecas le estaban cortando la circulación -No quiero lastimarte así que portate bien Haru-chan- una vez más ahí estaba esa serena sonrisa -te traeré más cuando sea la hora de la comida, por ahora descansa- sin añadir nada se retiró, Haru sabía que estaba en peligro.

Nuevamente solo intentó quitar el grillete del tobillo pero no pudo, también intentó llegar a la puerta por donde salio el tipo pero se percató que la cadena no era tan larga y sin nada más por hacer espero a que el tipo se apareciera en el umbral de la puerta

-Te traje de comer- no respondió y volvió a depositar el plato de pasta y un nuevo vaso de agua -Come

-¿Quieres dinero?- pues probablemente planeaba obtenerlo de su familia a cambio de el pero tampoco respondió -¡Oye te estoy hablando!

-Te escuche, pero son tonterías que no vale la pena contestar.

Se sintió furioso y nuevamente tomo el plato de pasta para arrojarselo sin importarle la acción que ocasionaría en el otro -¡¿Qué quieres y que hiciste con Rin?!- más sin embargo no hubo efecto

-Si no quieres, no comas pero no tienes porque tirarla. Te veo después.

Eso se repitió dos días seguidos, Haru insistía en saber sobre el paradero del pelirrojo y sobre la razón del porque lo tenía ahí agrediéndolo pero no obtenía nada y para el cuarto día desistió. Comió la pasta que estaba insípida y bebió el agua de un solo trago 

-¡Oh! ¡Comiste!- al sentir su presencia se incorporó en la cama observando como colocaba su pasta y agua en el buró

-¿Solo sabes cocinar pasta?

-Si ¿Te gusta?

-No, sabe horrible- siempre fue sincero con sus palabras por lo que en una situación así tampoco se mediría pero a pesar del mal sabor comenzó a comer

-¿Hoy no preguntarás por Matsuoka?

-No tiene caso, tu no me dirás nada.

Y tenía razón -Te veo después.

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