Capítulo 4: Sentimientos Parte 2: Odio

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Hao caminaba tranquilamente, con los ojos cerrados, y muy sonriente, derramaba miel por los poros de su piel, se sentía muy feliz, y no alcanzaba a comprender o más bien no quería comprender, el daño que le había causado a su hermano, llego muy temprano, tocó el timbre y se abrió aquella puerta, mostrando una figura que le causó mucho regocijo el solo admirarla.

-Buenos días muñeca, como estas?

-Tú? Que haces aquí?

-Solo pasaba a verte, es eso algo malo?

-No lo creo, quieres entrar? Aún no estoy lista.

-De acuerdo.

Hao entro a casa de Anna y pudo notar que vivía sola, no sabía cómo ni por qué, solo le interesaba pasar un momento al lado de su ángel.

-Cómo estás?

Preguntaba Anna mientras rosaba suavemente la mano de Hao, por lo que el muchacho se puso rojo y se estremeció solo de sentir su mano junto a la de ella.

-B-bien, y tú? Que tal amaneciste?

-Mejor que ayer.

Anna lo vio y sonrió tiernamente, eso le gustaba mucho, lo hacía sentir que él era el motivo de tan bella sonrisa, Hao contesto con una sonrisa que igualmente hizo que Anna temblara de emoción, de pronto Anna desvió su atención hacia el baño.

-Hey Tamao, apresúrate que llegamos tarde.

Llamaba a otra persona mientras ella se ponía los zapatos.

-S-si señorita Anna. Salió una chica delgada de cabellos rosados, que hizo que Hao alzara una de sus cejas.

-Tamao? Tamao Tamamura?

 -S-sí soy yo, te conozco?

-No es nadie, andando Tamao, tú por delante, y no quiero que voltees o te las veras conmigo.

-E-está bien señorita Anna.

Hao se sorprendió por la reacción de Anna, que sin pensar del todo en lo que hacía tomo a Hao por el brazo y este metió su mano en el bolsillo de su pantalón, y se fueron caminando riendo y hablando, sonriéndose el uno al otro de vez en cuando, sin darse cuenta que Manta los veía por detrás, pues ese era el camino que debía tomar también el pequeño para ir a la escuela.

-Buenos días Anna, hola Hao.

Saludo el pequeño mientras les sonreía ampliamente, haciendo que estos dos se soltaran inmediatamente sonrojados y muy nerviosos.

-Es un lindo día no creen?

Dijo Manta adelantándose y sonriendo ampliamente.

-Los veré en la escuela muchachos.

Los dos jóvenes se miraron y sonrieron tiernamente mientras seguían caminando algo sonrojados, de pronto Hao tomo la mano de Anna muy fuertemente y ella le correspondió, bajando la cabeza algo nerviosa, y sin pensarlo Hao jalo a Anna en otra dirección, perdiéndose de la vista de Tamao.

-Qué haces?

-Ya lo veras.

Se llevó a la chica hasta un paraje hermoso, todo era de color verde, había un pequeño lago justo en medio de todo ese césped, Hao corto una flor roja y la puso en la oreja de Anna, pasaron parte de la mañana en ese lugar, no fueron a clases y dejaron a Tamao perdida por la ciudad, Anna la buscaría después con su poder.

-No es hermoso?

-Ya lo creo, no sabía que hubiera un lugar así en esta ciudad.

-Lo sé, a mí también me sorprendió cuando lo encontré, no había traído a nadie aquí, es un lugar especial para mí, me ayuda a pensar, vengo a este lugar desde que tengo cinco años.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora