Capítulo XVII: Consejo de Dumbledore

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Fred y George se quedaron de piedra. El mismo director de Hogwarts estaba en la puerta, esperándolos uego de haber estado en el bosque prohibido... nuevamente. "Ahora sí que nos van a explusar", pensó George.

- Señores Weasley, es mejor que vayan directamente con madame Pomfrey a la enfermería - dijo tranquilamente el director.

Fred y George asintieron y fueron hacia la enfermería. Cuando llegaron, madame Pomfrey salió a atenderlos con una bata, y los colocó en camillas que es taban una al lado de la otra. Examinó el pie de Fred y fue a buscar un frasco de líquido azul que le dio a beber. La pócima sabía horrible, pero le calmó inmediatamente el dolor, luego le puso una especie de pomada en las heridas de las manos. A George le frotó el torso con otra pócima y los moratones desaparecieron. Cuando estuvieron mejor, Dumbledore entró a la enfermería y se sentó en una silla entre las camillas de los gemelos.

- Y bien, señores Weasley, qué hacían tan tarde fuera del colegio. Algo que, como deben saber, rompe muchas reglas de este establecimiento.

Fred tragó saliva. Tenía que decir la verdad, no podían inculparlos por lo que otros les habían hecho.

- Nos tendieron una trampa, profesor, yo estaba amarrado en el campo de Quidditch y mi hermano en el bosque prohibido, inconsciente, así que me desaté, lo fui a buscar, me hice la herida en el pie y llegamos acá - dijo Fred casi sin respirar.

- Según entiendo, usted vino al castillo primero - dijo Dumbledore dirigiéndose a Fred.

- Sí, bueno... yo - balbuceó el pelirrojo.

- Pudo haber buscado ayuda en sus profesores más experimentados para que lo ayudaran a encontrar a su hermano.

Fred miró al director. Tenía razón, habría sido más sensato haber pedido ayuda a alguien, incluso a Hagrid, pero no, tenía que ir solo al bosque prohibido.

- Lo siento, señor... yo... - Fred no sabía qué decir. "Solo fui estúpido", pensó.

- Quizás en el tiempo que hubiese tardado encontrado a alguien, me podría haber atacado un hombre lobo o algo - dijo George. Fred le sonrió agradecido.

Dumbledore los miró con un gesto algo paternal, incluso una pequeña sonrisa parecía esconderse tras su barba.

- La valentía, una cualidad que ya había visto en ustedes, pero ahora también me demuestran lealtad y amor, otros atributos desvalorados en estos tiempos, pero que ustedes, queridos gemelos, tienen a flor de piel. No olviden nunca que el amor, más allá de cualquier hechizo, es el que los mantendrá unidos, incluso depués de la muerte.

Fred y George sonrieron ante las miesteriosas palabras de director. Dumbledore se puso de pie.

- Creo que debo volver a mi despacho - dijo Dumbledore caminando hacia la puerta, pero a medio camino se detuvo y se dirigió a los gemelos - señores Weasley, en el futuro, no importa lo mal que se vean las cosas, sigan su instinto antes que a su cerebro, porque muchas veces el instinto es guiado por las más puras intenciones del corazón, mientras que el cerebro puede verse nublado por la vanidad o el miedo. Buenas noches.

Dumbledore se retiró de la enfermería dejando a Fred y a George solos.

- ¿Qué habrá querido decir con todo eso? - preguntó George.

- Por depronto, que no nos va a castigar - respondió Fred, alegre.

Las luces se apagaron y los gemelos se acostaron. Fred apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos.

- Pst, Fred - susuró George.

- Qué pasa.

- Gracias por salvarme, hermano.

Fred sonrió en la oscuridad y poco a poco se sumió en un sueño tranquilo.

A la mañana siguiente, Lee fue a verlos a la enfermería. Los gemelos ya estaban sanos y madame Pomfrey los mandó a que fueran a desayunar al Gran Salón.

- ¿Qué les pasó? - preguntó Lee a los gemelos mientras se servía una generosa porción de cereales con leche.

- Bueno, fui con Angelina hacia los patios - comenzó a decir George y sus orejas se colocaron rojas - y llegamos cerca del sauce boxeador. Angelina me dijo algo de un juego y me pidió que cerrara los ojos y lo hice...

- Esperando un beso - susurró Fred.

- Cállate - dijo George dándole un pequeño empujón con el hombro - la cosa es que cerré los ojos y sentí un golpe en el estómago. Abrí los ojos y ya no estaba Angelina, si no que una tipa de Slytherin y junto a ella, estaba Flint y uno de los alumnos con los que peleamos en el pasillo. En fin, me golpearon un poco más y al final me dieron en la cabeza y no recuerdo nada más hasta que desperté junto a Fred a las afueras del bosque prohibido y vinimos al castillo.

- A mí me amarraron en el campo de Quidditch, me desaté con esos trucos que nos enseñaste, Lee, y vine al castillo a buscar el mapa y fui al bosque a por George - dijo Fred. Por un segundo pensó contar lo del unicornio, pero quizás no era el momento ni lugar.

- Y volvimos - completó George.

- Que gran aventura - dijo Lee - lo bueno es que los dos están bien... Y ahora entiendo por qué Slytherin tenía menos puntos, y escuché que algunos estaban castigados seguramente descubrieron a los que les hicieron eso.

Fred y George se miraron sorprendidos. Así que los de Slytherin tuvieron su merecido. Era una buena noticia para empezar ese día después de todo lo sucedido el día anterior.

El año en que Hogwarts conoció las travesuras (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora