Bastián
Soy un hombre que a simple vista parece tener la vida perfecta. Poveniente de una familia adinerada, atractivo, con la mejor firma de abogados en México que me posiciona como uno de los mejores abogados dentro del derecho penal. El dinero me sobra tanto o más que las mujeres. Pero soy tan humano como cualquier persona, he cometido errores más veces de las que me gustaría aceptar, el pecado es el pan de cada día para mí. No soy una imagen modelo. Si piensas que mi secreto es que nunca duermo con una mujer por mis traumas del pasado estás muy lejos de la verdad. Yo cometí una aberración que le costó a más de una persona.
He cometido muchas, de hecho....
No pensé que pudiera ocurrirme tal cosa. Mi semana había transcurrido con muchos baches y estrés a causa de un caso que me tenía de las bolas, desde hace un año había puesto todo mi empeño en el caso del empresario Alberto Garduño "El Jaguar" dueño de una cadena de centros comerciales dentro de la Ciudad de México, lo que la mayoría desconocía es el hecho de que el "respetable" empresario era nada más y nada menos que el mayor comercializador y distribuidor de drogas en el país. Era el caso más importante a lo largo de mis once años de carrera como abogado. Junto a mi investigador recolectamos muchas pruebas que lo incriminaban. Logré ganar el caso burlándome de la corrupción poniéndolo donde merece, la cárcel. Ese mismo día junto a varios de mis colegas de la firma fuimos a un bar a celebrar una vez más una victoria mía, estaba eufórico.
Tomé uno, dos, tres...diez tragos tal vez, perdí la cuenta. Acepto que fui muy inconsciente al tomar mi auto y decidir manejar, vaya error. Cinco minutos que pasaron en un segundo para mí, pero una eternidad para la familia que destruí.
Después de esa noche estuve en coma durante una semana, fui un hijo de puta que provocó un accidente automovilístico que causó la muerte de una mujer junto a su hija de cinco años. Un abogado respetable que comete delitos, vaya mierda. Asesiné a dos personas saliendo libre de cargos delictivos. Mi padre jamás permitiría que un Huxley pisara la cárcel fui cobarde permitiéndolo; siendo sincero lo pensé mucho y finalmente decidí aceptar su ayuda, me sentía acorralado, no tenía muchas opciones. Conmigo en la cárcel la firma perdería credibilidad y muchas personas quedarían sin trabajo. Abogados, asistentes, secretarias, conserjes, familias que se quedarían sin ese salario. No lo pude permitir.
Después de todo si tenía al menos un poco de consciencia...
Durante una sesión con mi psicólogo el me sugirió realizar un acto de bondad que pudiera cambiar la vida de una persona, algo de lo que yo no jamás acostumbraba hacer, será gratificante, dijo. Tal vez podría aligerar un poco este sentimiento de culpa.
Es por eso por lo que hoy me encuentro en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, frente a Aura la mujer que no solo defenderé, si no que sacaré de este lugar, como una penitencia autoimpuesta. Cueste lo que cueste. Caiga quién caiga.
—¿Quién es usted? Si eres familiar de Daniel se lo digo, se lo merecía. Váyase. —dice irritada y se da la vuelta.
Luce más joven de lo que imaginé parece que es una chiquilla de diecisiete años, pero realmente tiene veinte, lo supe mientras leía su expediente. Puedo percibir que es de carácter fuerte, se ve encolerizada al confundirme con algún familiar del imbécil. Si en algún momento se me hubiera cruzado por la calle jamás pensaría que ella fuera capaz de hacer tal cosa, más bien parece un corderito asustado pese a la fachada que quiere demostrar, es muy bajita a comparación de mi 1.88. Sus facciones son delicadas y su cara es adornada por unos enormes ojos azul celeste y pestañas tan largas que parecen llegara hasta sus cejas y esos labios generosos que son adornados por tres lunares; en el labio superior, debajo y en la comisura del labio inferior. Bonitos. Su largo cabello castaño está tan desordenado que no me sorprendería encontrar algo con vida ahí dentro, pero aún así su belleza me resulta arrebatadoramente impresionante, es preciosa.
Dejo de observarla antes de que se percate de mi escaeo y piense que soy un depravado en potencia, ante todo soy un profesional y no soy ningún aprovechado, la chica bien podría ser mi hermana pequeña o hasta mi hija «¡Concéntrate, Bastián! Me regaño».
—En eso estamos de acuerdo. Me presento formalmente. Soy Bastián Huxley, su próximo abogado si me lo permite.
—¿Es una broma? No hay abogado que quiera tomar mi caso, y aunque fuera cierto no tengo ni un quinto para pagar sus honorarios, dudo mucho que sea abogado de oficio. Así que ya puede marchar—Me mira detenidamente de arriba hacia abajo, que insolente.
—Por supuesto que no soy ningún abogado de oficio—Sonrío de lado—. Usted necesita un defensor legal, y yo de un caso fácil para seguir coleccionando victorias, sencillo. Le aseguro que aquí ganamos los dos. No le cobraré ni un peso, se lo puedo firmar.
—No lo entiendo, ¿Por qué una persona como usted quiere ayudarme? —puedo notar desconfianza y confusión por la manera que me mira fija y acusadoramente.
—No entraré en muchos detalles, confórmese con saber que alguien la va a sacar de este asqueroso lugar. Pero si prefiere estar aquí...—¡No! —chilla.
—Si es cierto lo que dice, haga lo que tenga que hacer. Ya no soporto estar aquí, no puedo. Tengo una hermana Ángela, está sola y me necesita. Se lo suplico—Llora y siento una punzada en el corazón, no sensibilices con el cliente Bastián. No te relaciones, cumple tu objetivo.
—Le seré sincero señorita, no es tan sencillo como le dije en un principio, hay personas muy influyentes que desean que este lugar se convierta en su casa, puedo imaginar que sabe de quienes se trata—asiente—. Pero no me subestime, que aquí no estará ni un mes más—le digo sinceramente mirándola fijamente.
Lo prometo, Aura.
—Sabe, yo estudiaba hasta hace poco leyes y tengo conocimiento del proceso que implica mi caso—comenta—. Permítame que cuando salga de este lugar le pague como usted quiera, no tengo mucho dinero, pero voy a trabajar y pagarle cada centavo. Me refiero a que... —balbucea.
—¿Cómo yo quiera? —Arqueo una ceja.
Voten y comenten, recuerden que soy novata en todo esto. Besitos.
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El tiempo entre nosotros
RomanceLejos de tener una vida perfecta Aura sufre los designios que esta se empeña en hacerla padecer. Para ser una joven de veinte años ha tenido tantas experiencias que haría quebrantar el espíritu de cualquiera, después de toda tormenta llega la calma...