El tiempo entre nosotros

Capítulo siete.

Como aclaración: volví a subir este capítulo porque quería mostrarles, quien para mí es Bastián. Al final del capítulo les inserto algunas fotos del susodicho.

Bastián

Como buen abogado tengo la capacidad de mentir en situaciones pertinentes para usarlo a mi favor, tengo técnicas poco honestas para conseguir lo que quiero. La mentira es un arte que he ido adquiriendo y perfeccionando a lo largo de estos años, soy determinado, tenaz y letal. Siempre voy un paso adelante que los demás. Jamás me importó si siquiera si alguien se me iba entre las patas. 

No me puedo permitir ser un blandengue, no lo concibo. 

No lo acepto.

No encuentro explicación alguna a este sentimiento de remordimiento que emana dentro de mi pecho ¿Por qué ahora? Si nunca me interesó que mis acciones perjudicaran a una persona, lo único que me importaba era salir beneficiado. Me regaño mentalmente no puedo -no debo-hacerlo. Mezclar mis sentimientos no está permitido para mí, es mi propio mandamiento, nunca he sido una persona que se relacione fácilmente con los demás; con los años he aprendido que esa era la única manera de estar en la cima del éxito.

Después del accidente no podía ni siquiera pegar el ojo, pasaron muchas noches de insomnio donde lo único que veía era la cara de esa pequeñita mirándome, preguntándome ¿por qué?

 Hoy por hoy dependía de unas malditas pastillas para poder dormir. Mi madre me sugirió acudir con un psicólogo, en un principio me negué rotundamente, no iba a regalarle mi dinero a un completo desconocido solo por escuchar mis pecados durante una hora. Pero mi mamá fue bastante astuta. Amenazó con decirle a mis socios que no estaba en condiciones para trabajar, seguramente si me evaluaba un profesional me quitarían la licencia temporalmente al comprobar que no estaba en mis cabales como para ser responsable de un caso, así que no tuve otra opción que aceptar ir con un estúpido psicólogo. 

En una de mis sesiones mi terapeuta sugirió que debería realizar un acto de bondad que ayudara al prójimo, como si Bastián Huxley fuera un hermanito de la caridad, já, aunque tenía que intentarlo si quería dejar de venir a este espantoso lugar.

El caso de Aura se volvió bastante popular entre mis colegas, era sabido que nadie quería tomar el caso debido a que la familia demandante es una de las familias más poderosas del país. Decidí tomar el caso para poder tranquilizar un poco mi cargo de consciencia, haría todo por ganar el caso incluyendo comprar al juez por una mayor cantidad de dinero que la familia Camil ofrecía. Por su puesto no le di ni un centavo, la conversación que tuve con el juez fue grabada para así poder tenerlo comiendo de mi mano.

Ahora que he cumplido mi propósito podré retomar las riendas de mi vida nuevamente, tal y como las dejé...

Isabel siempre soñó con formar una gran familia a lado del amor de su vida; Hugh. Ese hombre tan cautivador que logró enamorarla desde la primera vez que se conocieron, a pesar de las diferencias culturales entre un británico y una hermosa mexicana que trabajaba día con día para salir adelante. Al segundo mes de casados con mucha ilusión Isabel, le contó a su esposo que estaban en la espera de su primer hijo concebido de la consumación de su gran amor. Aunque Hugh hubiera preferido esperar un poco más antes de tener la responsabilidad de criar a un hijo debido a la economía, rebosó de felicidad con la noticia y fue lo que lo motivó más a seguir forjándose camino en el mundo empresarial, pese a que el camino no fue sencillo para los dos lograron salir adelante junto a su primogénito, Bastián.

El segundo embarazo de Isabel fue de alto riesgo, algo muy común en un embarazo multiple. A pesar de haber cumplido con los cuidados indicados por el obstetra el parto se complicó mucho, uno de los bebés se había enredado en su cordón umbilical provocando que pudiera asfixiarse a sí mismo. Sálvenlo, les pidió. Pero fue imposible, él primer bebé que salió del vientre de Isabel falleció al minuto de haber llegado al mundo, hubiera podido ser una mujer hermosa, tal como su madre lo era.