Capítulo 9: Esos locos Hunt (Parte 1)

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Lionel Hunt era la razón por la que el apellido de esa familia funcionaba como si fuera una tarjeta de crédito platinum ultra plus. Era el rostro visible de un grupo dedicado al éxito como si no existiera nada más por qué vivir, llegando a inspirar el rumor de ser los descendientes del Rey Midas, pues cualquier negocio que tocaran se convertía en oro. Lionel era también un hombre relativamente alto, un poco más que Tarik, de largo cabello rubio atado en una trenza y ojos verdes similares a los de Darren, aunque enmarcados en un rostro severo que demostraba sus años no aceptando mierda de nadie.

Tanto Tarik como Lionel pretendieron que se veían por primera vez. Darren se mantuvo al margen. Llevaban muchos años de esa súbita ruptura en la amistad de su tío y su suegro, quienes dejaron de hablarse de un día para otro.

—Cada vez que te veo estás más grande —admiró Lionel, enfocándose en su sobrino, dándole la espalda a Tarik. —Espero no haber... interrumpido nada importante —agregó y dio una mirada de reojo y disgusto a la tercera persona allí.

—No, tío, por supuesto que no. Nada es más importante que tu visita —sonrió Darren, con algo de timidez. Lionel lograba bajarle todas las defensas con su cariño.

—Entonces no tendrás problema con que conozca a la familia de tu novio hoy. Viajé inmediatamente cuando me escribiste sobre... esto —explicó. Tarik seguía notando el desagrado en sus palabras y tuvo que apretar los labios cuando Lionel se giró a verlo con Darren entre sus brazos. —¿Te ha dado un anillo? ¿Te ha llevado de viaje? Todas esas cosas las discutiremos apropiadamente esta noche. Muchacho, ¿serías tan amable de organizar una cena con tu familia para nosotros? Esta es mi única noche libre.

—Seguro.

Metiendo la mano en su bolsillo para sacar el celular, Tarik salió un momento de la habitación. No había forma de negarse a la petición de Lionel Hunt, por loca que pareciera. Era una mala idea por donde la mirara y no entendía si acaso había hecho las paces con su padre, o pretendía hacerlas ahora o... ¿harían como que nada pasó?

Supuso que la presencia de su madre ayudaría, aunque fuera un poco. Era bastante conciliadora.

¿Realmente tendría que comprarle joyas y viajes a Darren...? —Viejo. El tío de Darren quiere ir a cenar con nosotros hoy.

—Tarik... estaba soñando con Rocky... tengo resaca y... me duele el estómago, cough cough...

—¿Por qué toses si te duele el estómago?

—No sé, ¿funcionó?

—¡No! Papá, necesito ayuda. Sabes que Darren adora a su tío —le recordó en voz baja, alejándose más por el pasillo. —Necesito que limpies, ordenes y vayas de compras. Yo cocino. Y llamaré a mamá.

—Unnnggghhhh. Ya, vale.

Tras intentar con el número de su madre y que ella le contestara por mensaje que estaba en una reunión, comenzó a caminar de vuelta, escribiéndole para pedirle que estuviera con ellos en esa noche. Se detuvo a un par de pasos de la puerta, alcanzando a oír la conversación entre Darren y su tío. Terminaban de hablar sobre la banda y su nuevo trabajo.

—Ya sabes que si necesitas lo que sea, me avisas.

—Lo sé, tío, gracias. Estoy consiguendo mucho con mi trabajo actualmente.

—Es porque llevas en tu sangre la fuerza de los Hunt —le recordó el hombre. Darren se sonrojó leve y sonrió, tomando algo de fuerza para decirle lo importante.

—Tío... —llamó, mirándolo a los ojos. —Tarik es un chico genial, no lo asustes, por favor... —Ambos sabían a lo que se refería con eso y Lionel se rió ligeramente. —Es en serio, tío. Apenas comenzamos a salir, estamos llevándolo con calma, no quiero atosigarlo.

La banda: El inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora