Capítulo 10: Dex aprende a surfear (Parte 3)

51 4 3
                                    

Por respuesta la mano de Dexter se entrelazó con la suya y ambos se dirigieron a pedir una partida de volley a los otros muchachos, que aceptaron de inmediato. Fue bueno distraerse con eso, quemando energías y frustraciones saltando y pegándole a la pelota. Era otra de las muchas cosas que tenían en común: ambos necesitaban apartar sus frustraciones con actividades físicas. También resultó que eran demasiado buenos y sus compañeros se aburrieron pronto de perder.

Surfearon un poco más. Los australianos le enseñaron al baterista a dominar ciertos trucos con la tabla que no le fue complicado aprender, todo dentro de la base que Mitch le explicó. Entonces fue que adoró el agua de mar, las olas y simplemente todo lo vasto que era. Mientras los demás seguían surfeando algo lejos de él, Dexter se había quedado sentado a horcajadas en la tabla, mirando a lo lejos con una expresión fascinada en lo que el sol bajaba lentamente.

—Es hermoso —susurró. Le hacía olvidar todos sus problemas... aunque sólo poseía uno, e iba a tener que enfrentarlo pronto.

Mitch miró entonces a Dexter, su silueta tocada por los rayos del sol y suspiró. Hacía dos semanas no tenía idea de quién era y ahora quería cambiar toda su vida por él. ¿Sería mucho? ¿Se había vuelto loco? No sabía qué hacer, pero sí estaba seguro de que no podía seguir diciéndole que sí y luego que no. Si tomaba una decisión, tenía que estar seguro de ella y no retractarse.

Lo único de lo que estaba seguro en ese momento era que quería aprovechar ese día, así que nadó hacia Dexter, volviendo a tomarle la mano. —Ya empezaron las fogatas —le sonrió.

Nadaron para devolverse a la arena y tomar las prendas de ropa que dejaron tiradas al iniciar la jornada. Comenzaba a estar más fresco, aunque seguía siendo un clima agradable, típico de playa en verano. Habían varios grupos de personas y no encontraron nada mejor que ir de la mano para todos lados, presentándose mutuamente como pareja aunque la realidad fuera a caerles como un balde de agua fría al otro día, pero qué rayos. Podían bailar toda la noche, embriagarse y simular todo lo que quisieran, porque nadie les reclamaría.

Debió pensar que sería más difícil estar lejos de Dexter luego de probar un día siendo su novio. Era maravilloso y mientras más lo hacían, decía de forma más orgullosa que era su pareja. Incluso algunas veces usó los apodos de Dexter, llamándolo como "boo", "cariño" y hasta "pastelillo", más avanzada la noche.

Cuando comenzaron las rondas de alcohol, Mitch aceptó tan sólo un vaso de vodka con jugo de naranja, aún testarudo de mantenerse sobrio para poder recordar todo lo que sucediera. Dexter estaba mucho más metido en la fiesta y bebió un poco más, pasándole el brazo por la cintura a Mitch para bailar con él.

—¡Hey, ellos no saben que estamos saliendo, vamos a contarles! —le dijo a Dexter, riendo al ver gente nueva.

Disfrutaron de la fiesta todo cuanto pudieron, haciendo más contactos ("amigos", como los consideraba genuinamente Dexter) y bailando entre ellos, sonriendo grande cada vez que podía decir "este es mi novio" o "deja que le pregunte a mi novio". Sonaba bonito y estaban con suficientes personas alrededor como para poder concentrarse en lo agradable que era en lugar de que no sería así para el día siguiente.

Estaban siendo demasiado cursis incluso para sí mismos, a ratos reían fuerte para contrastar. El problema fue cuando notaron que varias personas se iban. Era tarde.

Mitch pensó que ese era el momento, tenía que hacerlo; quería que la noche terminara de una forma en particular y aunque Dexter le hizo varias indirectas, quería ser... directo, juntar todo el valor que tuviera, que le hubiera dado el alcohol, para pedirle a Dexter que durmieran juntos, de la forma que fuera. Le daba igual si no tenían sexo, sólo quería pasar la noche con él y...

La banda: El inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora