Brant POV.
Había pasado un poco más de un mes desde que llegamos a Ámsterdam.
Quisiera decir que fue divertido, y relajante. Pero sería una total mentira.
Ya no estábamos de viaje.
Ya no estábamos de vacaciones.
Estábamos en nuestra nueva vida.
Y sí, nos tomó un mes poner todo en orden.
Teníamos que adaptarnos a prácticamente todo.
Desde la zona horaria y el clima, hasta el ritmo de vida de los habitantes en este lugar.
Una de las cosas más complejas para Daniel fue acostumbrarse a un nuevo nombre: Dylan Evans.
Y claro, al mío: Carter Brown.
Todos los trámites que hicimos fueron ya con esas personalidades, y digamos que no fue su parte favorita.
El resto, claro, lo disfrutamos.
Aunque fue estresante y complicado, lo disfrutamos.
Y estábamos felices.
Hoy puedo decir plenamente que estamos totalmente instalados en Ámsterdam.
Tenemos uno bonito departamento justo frente al canal de Herengracht. Por supuesto, había elegido la mejor zona para vivir.
También habíamos comprado coches nuevos, Daniel cambió algunos muebles de la casa, y adquirió nuevos. Con lo cual le da un aire mucho más hogareño. Y muy cálido. Entrar a ese lugar te hace sentir como en familia. Justo como sucede con las casas en México. En su cultura.
Se sienten cálidas, agradables y familiares.
Así se sentía nuestro departamento.
Ya habíamos explorado la ciudad, no como turistas, sino con fines de reconocer el terreno.
De identificar algunos de nuestros principales destinos.
Y por destinos me refiero a centros comerciales, gimnasios, tiendas de autoservicio y restaurantes.
Aunque Daniel surtió y rellenó cada espacio de la cocina.
"Estoy acostumbrado a comer en casa" me había dicho.
Y yo estaba feliz con eso.
Verlo cocinar era una de mis actividades favoritas del día. Seguido de comer lo que prepara.
Apenas hace una semana nos recostamos sobre la cama, al final del día, respiramos profundamente y dijimos "Por fin".
De ahí en adelante todo había sido mucho mejor.
Pero aun seguíamos adaptándonos.
-Ya investigué lo de la especialización –me dice mientras termina de preparar los Pancakes.
-¿En serio? –le pregunto-. ¿Qué te informaron?
-Las clases comienzan dentro de una semana, y harán todo lo posible por permitirme el acceso.
-Podemos hablar con la Directora –sugiero-. Quizá un incentivo agilice el proceso.
Me fulmina con la mirada mientras se sienta en la mesa con la charola de Pancakes.
-Quedó de informarme hoy –continúa-. Si me aceptan tengo que comprar todos los útiles.
-Te aceptarán –le aseguro.
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Romance"Si hubiera una manera de cambiar la historia.... de hacer que las cosas sucedan de manera diferente... no lo haría. Ha sido difícil. Si. Y probablemente lo será aún mas. Pero Daniel es feliz. Y yo soy feliz. Y es lo que importa." Brant Dought.