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Capitulo 12 - Apoyo

Brant POV.

Cuando despierto los rayos de sol están entrando por la ventana.

Siento un ligero dolor en todos mis músculos, como si hubiera hecho ejercicio intenso la noche anterior.

Aunque bueno, algo así pasó.

Sonrío de solo recordarlo.

Después de que Daniel terminó de inspeccionar el estudio, y de hacer anotaciones sobre todo lo que necesitaba.

Le di su espacio, aunque lo único que deseaba era tomarlo entre mis brazos y besarlo.

Así que en cuanto terminó, eso fue lo que hice.

La mayor parte del tiempo estoy conteniéndome. Estoy intentando no arrancarle la ropa a cada momento.

Pero ahora no estábamos en el súper, ni en el coche, ni en la calle. Ahora si podía hacerlo.

Así que mientras lo besaba metí mis manos lentamente por su pantalón, acariciando la suave piel de sus glúteos desnudos.

Automáticamente su respiración se entrecorta, y sé que tengo esto ganado.

Me empuja contra la pared, pero yo tenía un mejor lugar hacia dónde ir.

Así que lo sujeto con fuerza, cargo su cuerpo contra el mío, y sin separarnos de los labios comienzo a caminar hasta la habitación.

Nos recuesto rápidamente sobre la cama, y honestamente estoy tan caliente que no puedo esperarme al juego previo.

Así que rápidamente comienzo a desvestirlo.

Le quito la camisa, el pantalón y el bóxer.

Y me pongo de pie.

Apreciando la hermosa vista que tengo frente a mí.

Su piel es tan suave y tersa que incluso puedo sentirla con tan solo mirarlo.

Tiene un hermoso color blanco-rosado. Y su bello corporal hace contraste con su piel.

Es jodidamente hermoso.

Desde sus ojos azules, sus labios rosados y su exquisita nariz, hasta su torso inflado, y sus anchos muslos que lo único que me provocan son arrancarlos a mordidas.

Y por supuesto, su erección.

No encuentro una sola parte de él que no sea perfecta.

Me quito la camisa y desabrocho mi pantalón, arrojando todo al suelo.

Y sin apartar mi mirada de su cuerpo desnudo retiro mi bóxer.

Froto mi mano derecha desde mi pecho, acariciando mi abdomen y llegando a mi miembro, envolviéndolo con mi mano y masajeándolo, mientras aprecio al hermoso hombre recostado sobre la cama.

Después de un largo minuto de disfrutar de la vista, Daniel se sienta en el borde de la cama.

Tomó mi erección entre sus manos y comenzó a besarla.

Juro que la sensación es exquisita cada vez que lo hace.

El calor del interior de su boca es lo más excitante que he experimentado, cambiando con la humedad y los movimientos que hace me lleva al punto de perder conciencia de lo que pasa en el exterior después de nosotros.

Y aunque lo estoy disfrutando mucho, decido que es hora de que el placer sea para ambos.

Así que lo tomé de los hombros y lo recosté sobre la cama nuevamente, acoplando mi cuerpo al suyo, dejando caer mi peso sobre el de él.