Capítulo XXII
Los siguientes días siguieron pasaron para Anarella en forma de una densa neblina. Y una semana pasó antes de que se les permitiese percatarse de esa realidad que tanto le asustaba. Si Duncan estaba yendo por ella, al saber lo que había hecho Patrick al obligarla a regresar a Londres, sentía miedo a aquello que había evitado una vez.
Esta vez Duncan no le perdonaría absolutamente nada a Patrick.
Y no se equivocaba en ello.
— Señor O'Rourke... ¿Está seguro de lo que le han dicho sobre el paradero de mi nieta?
— Sí, por lo que le ruego que espere por mí, señora Egan, iré a buscarla... Y le juro que regresaré con ella.— le dijo Duncan con firmeza. Aquella noticia de lo sucedido le había llegado a sus manos como un balde de agua fría.
— Su primo nunca ha soportado que ella tenga mi sangre también... Odia todo lo que sea proveniente de esta tierra.
— No es necesario que me lo afirmé. Realmente lo sé... Por desgracia lo conozco desde que estudiábamos juntos. Y tengo por ello un asunto pendiente con él, por ello...
— ¿Por eso se ha llevado a mi nieta?
— Posiblemente... Pero le juro que traeré sana y salva a Anarella... Y le enseñaré finalmente a él que puede conseguir al meterse con un irlandés...
Anarella miró hacía la ventana de su asiento, en aquel carruaje que Patrick había alquilado al llegar a Inglaterra. Algo no andaba bien cuando el cochero se giró hacia otra dirección, en vez de la que debía tomar hacia la propiedad de los Rowling.
—¿Hacia dónde demonios me has llevado, Patrick?— le preguntó molesta a su primo—. Este camino no nos lleva a Londres...
— Es un simple atajo...
— ¿Un simple atajo?— le miró con incredulidad.
—Sí... Y es mejor que no hagas más preguntas, sino quieres que le indique al cochero que siga tomando más atajos.
La rabia que podía expresar su mirada fue la respuesta que podía darle mientras ella guardaba silencio.
— Alégrate de regresar a Inglaterra... Y de que hayas tenido un placentero viaje...
— ¿Qué pretende a tenerme en contra de mi voluntad?
— ¿Qué cree?... Ya te lo he dicho...
— No conseguirá nada... Te lo advierto. Yo no mentiré en frente de mi tío, como lo has hecho tú...
— Estoy preocupado por el bienestar de mi querida prima... ¿Crees que estoy mintiendo en eso?— dijo con frialdad y prepotencia, mientras se burlaba en su presencia.
—No te saldrás con la tuya...
— Deberías...— se rió con sarcasmo.
— ¡Eres un ser detestable, Patrick!...
—Quiero que me escuches, porque solo diré esto una vez— la miró fijamente—. Todo lo que he planeado, se llevara a cabo, quieras ayudarme o no... Me encargaré personalmente de ver que sea así... Jamás debiste interceder y evitar ese duelo. Quería darle el gusto de creer que podía matarme... Pero no soy ningún tonto. Y no descansaré hasta que logré borrar a su querido señor O'Rourke de la faz de la tierra.
—¡No lo permitiré!
— Es algo que es inevitable para ti, primita... Y es mejor que cooperes y pienses también en el bebé...— dijo con una mirada fría y malévola.
Solo Dios sabía todo aquello que pensaba hacer él. Y el peligro que corría ella.
Aquel hombre solo había querido amenazarla por gusto, sabiendo que la distancia de donde la tenía secuestrada a aquel lugar a donde pretendía llevársela para llevar su plan, requerían un viaje de tres días. Si aquel viaje no sufría ninguna interrupción alguna.
La llamada de lo desconocido. Estaba allí, a su alrededor, en su interior. La llamada de saber que sucedería con ella era una inquietud apremiante, mientras volvía a quedarse en silencio, al saber que no ganaría nada. No podía ignorar aquella sensación de vacío y soledad que se albergaba en su corazón.
Cerró los ojos, al escuchar el sonido de las ruedas de aquel carruaje, mientras el sol se escondía. Alejándola a ella, un día más, de aquella libertad que añoraba. No quería pensar más en las palabras de su primo... No, no podía soportar más aquello. Pero debía guardarse aquellas ganas de llorar.
Sentía que un inmenso infierno se abría de repente en frente de ella. Junto a un profundo abismo donde se caían cada pedacitos de su ser. Su mundo se estaba llenando de oscuridad. En silencio, en aislamiento. Ella lo sentía al ver aquella actitud egoísta.
No quería perder las esperanzas. ¿Cómo sería posible evitar lo que buscaba Patrick en realidad?
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Corazón de Témpano (Editada)
Historical FictionAnarella Rowling es una inglesa con raices irlandesa que ha regresado a la tierra que una vez le perteneció a sus abuelos maternos, cumpliendo una promesa que hizo de niña. Duncan O'Rourke, hijo de un noble irlandes, se ha encerrado en sus tierra...