Algo Oculto

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Aparque en coche y ahí estaba ella sentada en el capo su descapotable rojo esperandome.
Tan despampanante como siempre.
Lucia su melena rubia suelta y traía un short muy tentador.

Baje como una flecha y fui hacia ella con paso firme, como quien esta a punto de comerse a su presa.

Hool..- intento decir Ariel.

No la deje terminar de saludarme porque ya la tenía atrapada entre mis brazos y mis labios devoraban los suyos.

La levante y ella enrredo sus piernas en mi cintura.

No sabes cuánto te necesitaba preciosa- le sonreí.

Yo también a ti Will, te he echado de menos estos días, pero me alegra ver que vuelves completamente tu - dijo - dime necesitaste sangre?

La baje de mis brazos y la mire, dudando que responderle.

No has bebido nada?- se sorprendió- llevas como 4 días sin beber, acaso quieres que te de un descontrol y mates a alguien?

Que? - me sorprendió su reacción tan enfadada- tampoco es para tanto, no me hize nada a nadie y no siento sed.

Vamos- dijo enfadada y arrastrándome dentro del departamento.

Se mordió su muñeca y me la ofrecio.

Bebe- me ordenó.

No- me negué.

Bebé te digo- parecía realmente enfadada y su sangre no paraba de salir.

No quiero demonios, no quiero ser un monstruo- la palabra salio involuntariamente pero vi su expresion, la había ofendido.

Disculpa Ariel no quise decir eso- dije.

Mira Will entiendo que te quieras resistir pero si no bebes llegara un momento en el que te descontrolaras y harás daño a alguien, es eso lo que quieres? - me pregunto.

Obvio que no- dije.

Bebé entonces- y volvió a mostrar su muñeca ensangrentada.

Bebi y joder realmente si tenia sed, me aferré a su muñeca tanto que me tuvo que detener.

Basta- dijo - suficiente por ahora.

Perdona- me limpié los labios de sangre.

Espera- dijo.

Entonces me empezó a besar, pasando su lengua por mis labios.
Absorbiendo todo rastro de sangre.
Me estaba poniendo a cien solo se sentir ese contacto.
Me abalanze sobre ella y mis manos la cogieron por ese firme trasero.
Necesitaba hacerla mía, sentir que solo me pertenecía a mi.

Nos dejamos llevar hasta la habitación le quite ese short tan corto y esa blusa molesta.
Me separé para deleitarme con esa visión de ella en ropa interior.
Era jodidamente sexy.

Me sento en la cama y se posó sobre mi, no dejaba de besarme hasta casi dejarme sin aire.
Mis manos iban desde su trasero, por su espalda hasta su pelo, del cual tiraba hacia atrás para dejar paso a mi lengua para recorrer sus senos y su cuello.
La sentia tan mía y tan ardiente.

Nos despojamos de toda la ropa y la tumbé en la cama, me sentia tan dichoso de tenerla de nuevo allí.

Hicimos el amor como solo nosotros sabíamos hacérnoslo, con mucha pasión y desenfreno pero a la vez era tan cálido.

La bese tantas veces que nuestros labios estaban hinchados.
Me encantaba sentirla gemir por mis embestidas, me encantaba que me clavase sus uñas en mi espalda.
Ese dolor me daba placer.
Nos corrimos en un orgasmo demasiado ruidoso, tanto así que los vecinos golpearon la pared para que no gritaramos tanto .

Un morTal maS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora