I. Como Del Cielo Hasta Mi Tierra.

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Ras

Cada noche que pasa es un infierno. Veo como la soledad me golpea como si se tratase de una piedra cayendo sobre un fino cristal. ¿Que pasará cuando ese cristal ya no pueda más? Me llamo Ras. Tengo dieciséis años y mi vida es un círculo vicioso de mentiras ¿Que vida no tiene oscuras mentiras?

Llevo tres años intentando decir a mis padres que soy gay. Que las chicas no me gustan. Que todo esto me puede y que daría lo que fuera para que me comprendieran. Pero, como seguro que sabréis, aún no he sido capaz de decírselo a nadie. (Quizá ese sea el motivo de mi virginidad)
Pero, por alguna razón que no logro conocer, mi corazón y yo tenemos miedo a que el mundo se entere de mi orientación sexual.

Me apeo del autobús y llego al barrio donde se supone que hoy había una fiesta. Para mi sorpresa el silencio domina todo el lugar. La calle es fría y húmeda, hace que los pelos de punta, es una sensación extraña.
Aunque el lugar no me transmite mucha confianza sigo paso a paso, midiendo cada respiración.

Cuando el desfase y la peste alcohol me llega a los sentidos deduzco que ya he llegado. Ahora ya es tiempo de divertirse, vamos Ras, tu puedes.

- ¡Vamos Ras, ven. Baila joder! - Grita Dana.

- ¡Ya voy! Espera que me sirva una copa ¿no?

Sin pensarlo da un grito y me da un chupito de algo asqueroso.

Carraspeo y ella parece divertirse de mi pobre inexperiencia con el Alcohol. Hoy he decidido dejar todo atrás. Los problemas. Estudios y demás. Hoy voy a pasármelo bien.

Estamos en el jardín de una de las chicas que ahora no me apetece recordar. El sonido (que se ha convertido en ruido) zumba por todo el lugar y hace vibrar todo el espacio. Yo bailo eufórico dejándome llevar por las olas que me causan la embriagadez y las notas musicales.
Baila Ras , Baila.

Ya no recuerdo más. Solo se que estoy en mi cama. Con unas sábanas blancas cubriendo mi torso semi-musculado. Echo aliento en mi mano para ver a que huelo y el olor a sustancia alcohólica se introduce en mis fosas nasales.

¿Que ha pasado? ¿Tanto bebí? Un dolor extraño se apodera de mi estómago. Supongo que esto es a lo que llaman "resaca"

Me levanto mareado y me dirijo a ducharme, afeitarme y prepararme para la escuela.

En una hora ya he desayunado, duchado, lavado los dientes, vestido, y he echo mi cuarto. Me dirijo a la escuela resentido. Ya que el sueño hace tanta mella en mi que si me quedase quiero podría dormirme de pie.

Oigo un estruendo y caigo de bruces al suelo. Unos papeles salen volando por encima mía y un gritito se abre paso hasta mi oído.
El dolor se empieza a extender por mis codos. Ha dolido mucho, la verdad, pero reprimo un grito.

Hago caso omiso y me levanto a regañadientes.

Una vez de pie mi mirada se cruza con unos ojos de color carbón tan profundos que podría dibujarlos y no acabaría nunca. Es un chico de mi edad, lleva una camiseta a rayas rojas y se puede apreciar su pelo marrón por debajo del gorro negro que lleva puesto.

- Perdona. ¿Estás bien? - me dice el chico. Su voz es suave y cariñosa, no había oído nada igual en mi vida.

- Si, no, digo. Si. No pasa nada - estoy muy nervioso por que no aparta la mirada.
Me siento un imbécil, aquí estoy, plantado frente a este chico y sin articular palabras coherentes

- Cogeré los papeles y....

- Te ayudo si quieres - le interrumpo

Esas palabras han salido disparadas de mi boca sin querer. ¿De dónde he sacado las agallas?

- genial - dice con una sonrisa que deja ver unos colmillos afilados y blancos. Muy blancos.

- ¿Como te llamas? - digo temblando

- Me llamo Max.
Max... Max...
Su nombre es Max

No Tengas MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora