—¿Quién soy? —pregunto marcando con el látigo su hermoso trasero.
—Eres mi ama —dice arrodillado cómo todo un perrito.
—¿Y tú quién eres?
—Soy tú sumiso, ama.
Sonrío cómo una desquiciada, me encanta la idea de dominarlo. Este traje me hará ganar el premio y seremos el centro de atención, todos verán que puedo dominar un jefe tanto como me plazca.
—Bien, ahora podemos irnos a la fiesta —murmuro y levanta su mirada.
—¿No pretenderás sacarme del hotel gateando?
Le doy con el latigazo y se queja.
—Debes decir "ama" Y no, no te permito que me lleves la contraria. Hoy es día de Halloween y se vale cualquier cosa. Vamos.
—Si ama.
Estoy consciente que todos nos miran, que estoy casi desnuda, llevo un top de cuero muy corto, un short de cuero que muestra mis nalgas, botas altas y sostengo a Abdel con una correa de perros, sé que Abdel está haciendo el ridículo junto conmigo, pero no me importa. Llegamos hasta su auto y el chofer abre la puerta frunciendo el ceño, todos nos miran algunos se rien otros se muestran horrorizados.
...
Entre la neblina de la fiesta, llegamos, Abdel seguía gateando y Alisa nos ves muy sorprendida juntos a los demás.
Y viene hacía nosotros.—¡Oh Dios mío! ¡Eres una loca! — exclama y me río.
—Es que soy la puta Ama. A mi nadie me ganará en disfraz — digo y se ríe—. Estás fogosa.
—Tu estás follable — dice y se agacha para mirar a Abdel —. Hola Abdel.
—¡Guao Cuao! —ladra.
—¿Eres un sumiso no un perro!— le digo y Alisa se ríe.
—Ah verdad. Hola Alesha.
—¿Por qué te dejaste disfrazar así? — le pregunta y él me mira a mi.
—Ella está loca pero me gusta mucho —murmura y me sonrojo y él hace lo mismo—. Me siento libre y feliz con ella.
Y así nadie entiende porque me he enamorado de este hombre. Es único y perfecto.
—Tú deberías prestarmelo —me dice Alisa.
—¡Es mío perra! —advierto desafiante y me acerco a su oído derecho —: Okay, te lo presto, pero cuando tú te hayas decidido por tus cuatros baby's , y quién se quede contigo deberá estar conmigo una noche. —frunce el ceño.
—¿De verdad?
—Para eso estamos las amigas —le pasó mi meñique y lo uno con ella.
—Amiga para todo, por siempre.
Y reimos con complicidad.
—Vaya Vaya, miren a quien tienen como sumiso —exclamó Erick burlándose de Abdel.
Erick está vestido de mariachi.
—Prefiero ser sumiso a tener un disfraz como el tuyo —respondió Abdel levantándose y mostrando su hermoso cuerpo. Todo mío.
—¡Ja! Yo al menos tengo un traje decente, no como otros —murmuró el idiota
—¡Oh mira quién llegó, Erick, tu amiga! —gritó Alisa señalando la entrada en donde estaba un transexual y Erick borró su sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Enseñame a ser tuyo (Libro 3)
RomantizmGaby creía que la vida era un juego en donde ella podía divertirse con solo subirse en una montaña rusa de emociones. Su manera de ser tan directa siempre le traía más de un problema, y pensó que su relación era perfecta junto a Michael, sin embar...