– ¿Sabes que nos dirán muchas cosas por esto verdad?
– Lo sé.
– Y sabes que podrías encontrar a alguien más...
Una sonrisa apareció en su rostro, esa sonrisa que era capaz de derretir su corazón y prácticamente doblegar su voluntad.
– Entonces, ¿Estás seguro de esto?– dijo algo insegura, tenía miedo, no quería que él pasará por todo eso, no se lo deseaba a nadie, pero era el precio a pagar por estar juntos.
– Desde luego, además no le veo sentido el estar separados, somos una pareja destinada igual que las demás– dijo seguro de sus palabras– ¿Porqué ellos pueden estar juntos y no nosotros?, el hecho de que seamos de la misma casta nunca nos importó.
...
– ¿Crees que acepte?
Él otro Alfa lo miro. – Claro, solo preparate para sufrir gritos el resto de tu vida.
— No digas eso, Kushina no es tan bulliciosa— dijo Minato.
— Claro y Hiashi es divertido.
—¡Te escuché!
— ¡Muchachos no me ayudan!— dijo desesperando el rubio .
— Alfa tranquilizate, Tu y Kushina se aman de verdad, estamos seguros que aceptara y si no...*mira a Hiashi*
— La haremos entrar en razón.
— Eso espero— dijo Minato un tanto sonrojado y miró el anillo que tenía en la cajita de terciopelo.
...
— ¿En serio tomarás su apellido?
La pelirroja sonrió y miró su anillo, no había podido casarse con Minato de la misma forma en que el resto de pareja de su manada por el hecho de que ambos eran Alfas.
Pero si podía llevar el apellido de su amado por reglas de manada, al final no dejaba de ser la segunda y las leyes de Konoha les permitía a los miembros de una manada tomar el apellido de su Alfa, por eso aunque no había podido volverse la
Sra. Namikaze de la forma en que deseaba aún podía hacerlo a base de esa regla.— No es como lo tenía planeado, pero es mejor que nada.
— Sabes que no es necesario, Minato no te obliga.
— Es algo que quiero, mi clan está extinto y deseo iniciar uno nuevo junto a él.
— ¿Eso te haría feliz?
— El me hace feliz, no es necesario que estemos casados para ser una familia.
....
– Entonces, ¿Qué es lo que tengo?
Mikoto miró a la Omega a su costado, esta mostró una sonrisa ladina y tocó su vientre abultado sintiendo como su bebé se movía de alegría.
– Estás... embarazada.
Kushina parpadeó. – ¿Es e-en serio?
Hana asintió feliz.– Felicidades, serás mamá.
Los ojos de Kushina se llenaron de lágrimas, desde que inicio su relación con Minato deseaban tener un hijo, pero dado que ambos eran Alfas las probabilidades eran 1/100, prácticamente sería un milagro.
Y ahora por fin estaba embarazada del hombre al que amaba con todo su corazón.
– Estoy segura que será el mejor niño del mundo.
...
– El parto deberá realizarse lejos de Konoha, el sello podría debilitarse y por consecuencia el Kyūbi escaparía– dijo la anciana.
– Debemos asegurarnos de que la gente de la aldea no salga lastimada y que el sello no se rompa.
– Entiendo – dijo Minato y Kushina tomo su mano, le dio una sonrisa.
– Todo estará bien, mientras este contenido estaremos bien.
....
“Lo único que deseo es que seas feliz”
Esas fueron las palabras que Kushina le dio a su hijo antes de Morir.
Continuará...