Aldea de Sunagakure
Los ojos verdes de Sakura observaron con atención su alrededor, todas las casas parecían estar hechas de arena y las personas vestían ropas que cubrían sus cuerpos de la arena.
En definitiva era diferente a Konoha, donde el clima era más húmedo y además la gente actuaba diferente. Desde que entró noto una fuerte mirada sobre ella, no se extrañaba por ello, sabía que muchas aldeas eran cerradas y no aceptaban a los extranjeros con gusto.
— Oka-chan— dijo Sakura ganándose la atención de Shizune.
—¿Qué pasa, cariño?— pregunto Shizune—. ¿Tienes sed?
la pelirrosa negó con la cabeza, y estiró sus brazos, ante esto Shizune entendió el mensaje, habían caminado mucho tiempo y seguramente Sakura quería descansar.
Cargo a su hija en brazos y se aseguró de acomodarla, no quería que su hija estuviera incómoda.
— ¿Porqué estamos aquí?— pregunto Sakura, desde que habían salido de Konoha sus madres habían evitado decirle el motivo de su llegada a esa aldea.
— Tenemos que revisar a un niño, su padre nos contrato para eso, cerecito.— dijo Shizune, le hubiera gustado dejar a Sakura con Mikoto e Itachi, pero el viaje duraría mínimo un mes y Sakura no solía estar separada tanto tiempo de ellas—. Solo es eso.
—¿Oka-san va a ganar mucho dinero está vez? — pregunto Sakura — ¿Hay casinos aquí?
— Sí y gracias al cielo no, espera...— dijo Shizune — ¿Tsunade te ha estado enseñando a apostar?
La pequeña negó con la cabeza, no le gustaba la idea de mentir. Pero no quería que sus madres se pelearán.
— Que alivió— dijo la pelinegra y comenzó a caminar.
Tsunade estaba al frente, hablando con dos ninjas de la aldea que los transportarian a la casa del Kazekage.
— ¿Ha tratado con alguien como Gaara-sama?
La rubia arqueo una ceja, conocía de que Gaara, él hijo menor del actual Kazekage y Jinchūriki del Shukaku, pero a sus ojos no era diferente de Naruto.
— Digamos que con alguien similar — respondió Tsunade y luego miro a Shizune y Sakura— Iremos a nuestro hotel y luego a la casa del Kazekage.
— Nuestro señor prefiere hospedarlas en su hogar — dijo él ninja y Tsunade frunció el ceño — Su familia está a salvo.
— Está bien, ¡Shizune, Sakura! — grito Tsunade y las dos fueron hasta ella.
Dio un suspiro, esto le costaría mucho.
...
Sakura tuvo que cubrir su nariz con un pañuelo, pues el olor que desprendía él niño pelirrojo que su madre trataba llegaba hasta su habitación, su mamá Shizune parecía no estar afectada, pero de vez en cuando se acercaba a ella y olía su cabello.
— ¿Porqué tiene un olor tan fuerte?— pregunto Sakura.
— Es un Alfa y está algo enfermo — dijo Shizune — ¿Su aroma te desagrada?
La niña no supo cómo responder esa pregunta, el aroma era fuerte y la aturdia, pero no le disgusta. Aunque es diferente al aroma que desprenden Sasuke y Naruto, que puede ser envolvente y hasta cierto punto adictivo.
— No me desagrada, pero es fuerte, parece como los arranques que tienen Sasu-chan y Naru-niichan — dijo Sakura— cuando alguien se acerca a Hina-neechan y a mí su aroma se vuelve así de fuerte.
Shizune asintió, luego hablaría con Itachi sobre el control hormonal de los niños,
también con Tsunade sobre su hospedaje en esa casa.
— Quiero estar con Sasuke — dijo cuando el olor se volvió más fuerte y se recostó en la cama — Quiero volver a Konoha.
Shizune miró con atención a Sakura, sus mejillas habían enrojecidos y comenzó a moverse en la cama.
Sakura no entendía, su cuerpo parecía comenzar a molestarse por el aroma del niño pelirrojo y anhelaba la tranquilidad que Sasuke le brindaba.
Quería estar en Konoha, al lado de Sasuke y el resto de suyos.
Se retorció y pataleo, Shizune trato de calmarla, pero no pudo evitar soltar un chillido tan fuerte que estremeció a todos.
Sus ojos se volvieron de un color rojo, y su temperatura comenzó a aumentar.
...
Sasuke dio un grito, al instante Itachi y Hinata fueron con él.
— Sasuke, ¿Qué tienes? — pregunto preocupado Itachi.
— Necesito estar con Sakura.
Continuará...
