Capítulo 6

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/Narra Hipo/

  Al día siguiente de haber escuchado lo que Bocón dijo acerca de los dragones que no vuelan, Astrid y yo fuimos a la cala con algunas cosas en la mano. Ella, al ser la hija del jefe, tenía algunos privilegios, los cuales usamos para conseguir alimento para la dragona. Yo, en cambio, soy alguien muy problemático debido a mis intenciones de ayudar y forma de crear desastres accidentales pero soy alguien que aprende con facilidad muchas cosas en poco tiempo. Aprendí a ser herrero a los cinco, y aprendí a sanar cualquier herida por lo que me considero un médico aprendiz, por todas las veces que tuve que ir a lo de Gothi debido a lo mucho que me golpeaban. Al ir constantemente logré aprender cómo sanar ciertos tipos de heridas y cómo hacer las pomadas que ayudan a sellar heridas.

  Los dos, junto con nuestras cosas, fuimos al lugar a la hora establecida y allí, Los dos tratamos de acercarnos a ella. Astrid arrojó la canasta de peces y la dragona olió hasta que se alteró al ve una anguila, rápidamente me acerqué y aún más y arrojé a la anguila lejos.

  Una vez calmada, traté de colocarle el ungüento en el ala que tenía lastimada, que era el ala izquierda y tenía una herida que no era muy grave pero era muy peligrosa si no se trataba a tiempo. Al parecer el ungüento la lastimó un poco porque comenzó a gruñir y a alterarse. Una vez calmada, volvió a comer y nos despidió con unos gorgojeos.

  En la clase de hoy tuvimos que enfrentar a un Cremallerus y formamos equipo de dos. Astrid tuvo que hacer equipo con Brutilda, Brutacio con Patán y yo hice equipo con Patapez.

  Astrid y Brutilda pelearon contra los otros dos y eso los distrajo del dragón. Los cuatro quedaron "eliminados" en unos segundos. Cuando nos encontramos con el Cremallerus, este arrojo su gas venenoso haciendo huir a mi compañero. Cuando me encontré con la otra cabeza, intenté arrojar el agua pero no soy precisamente fuerte y el resultado fue demasiado predecible.

/Narra Astrid/

  Desde que tengo memoria, y desde que ví a Hipo por primera vez, entendí y supe que él no era el típico vikingo guerrero que se puede ver fácilmente en mi aldea. Todos lo vikingos son fuertes, tienen cuerpos anchos y son muy gruñones.

  Hipo es diferente a los demás. Él es muy delgado y no es muy fuerte, pero supe que sus padres han estado con él desde el momento en que nació. Siempre se preocupaban por él y nunca dejaron de presionarlo, apoyarlo, entrenarlo y quererlo, nunca se separaron de él. La prueba de eso es que a pesar de que no es ni siquiera más fuerte que Patán o los gemelos, es muy ágil, estratégico y rápido. Me salvó dos veces la vida y tiene una buena reacción de las situaciones que se cruzan en su camino. 

  Él ni era ni muy intimidante ni muy agresivo pero por alguna extraña razón, el dragón comenzó a a alejarse de él. Parecía asustado. Al entrar a su jaula, Hipo cerró su puerta y salió corriendo de allí.

  Lo seguí hasta llegar a su casa, cuando se dió cuenta de que lo seguía, me invitó a entrar. Una vez dentro, los dos hablamos de lo ocurrido. 

Astrid: ¿Qué fue lo que sucedió?

Hipo: ¿Te acuerdas de la anguila que saqué de la comida de la dragona? La tenía oculta en mi chaleco y cuando ese Cremallerus lo notó comenzó a retroceder, le tenía miedo. 

Astrid: *Emocionada* Genial.

Hipo: ¿Ves a lo que me refería a estudiar a los dragones? Quizás esto pueda ayudarnos a neutralizarlos sin necesidad de matarlos.

Astrid: Hipo, tengo que pedirte un favor.

Hipo: ¿Y qué es?

Astrid: Permíteme usar esos trucos en la academia, por favor.

Hipo: *Curioso* ¿Por qué?

Astrid: Mi padre es el jefe de Berk y todos esperan que sea la primera en mi clase, incluso él. Desde que mi mama murió, y las cosas en Berk han ido empeorando, casi no lo veo en casa.

Hipo: ¿Por qué?

Astrid: *Triste* Su trabajo como jefe requiere mucha de su atención y tiempo. No lo culpo. Quiero ser cómo él y quiero que esté orgulloso de mí. Por eso te pido, por favor déjame hacer esto a mí. Quiero que cuando vuelva, vea en la vikinga que me convertí.

Hipo: Él te quiere muchísimo. Todos los días presume lo fuerte y valiente que eres. Si yo fuera su hijo me trataría como si fuera una orden errónea que le dieron en un mal día. Él te quiere mucho.

Astrid: *Lagrimeando* Por favor. Déjame hacer esto.

Hipo: *Suspira* Ok. Pero recuerda que lo de esa dragona es un secreto. Nadie en la academia debe saberlo.

Astrid: Lo sé.

Hipo: Genial.

Astrid: Aunque hay que discutir acerca de un nombre para ella. No podemos seguir llamándola "dragona".

Hipo: Ok, muéstrame que nombres has pensado para ella hasta ahora.

CEATD (Otra Realidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora