Capítulo 15

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/Narra el autor/
Tormenta estaba aterrada y hacía lo posible para huir de aquel lugar que la asustaba tanto. Hizo lo que pudo pero no podía moverse debido a que estaba encadenada al barco. Los Vikingos solamente se aseguraban de que no escapara y de que sus cadenas siguieran en buen estado.

Algunos Vikingos empezaron a dudar de tan ortodoxo método para navegar, pero debían admitir que era mejor que dejarlo a la suerte.

A medida que avanzaban, el miedo y la duda inundaban el área.

Bocón: Estoico ¿Tienes un plan?

Estoico: Llegar al nido y destruirlo.

Bocón: *Suspiro* Se que estás molesto porque tu hija no mató a su propio dragón y trató de proteger a este, pero eso no es excusa para desquitarse con esta criatura ni con tu pueblo de esta manera.

Las palabras de su amigo realmente lo calmaron. Respiró hondo y calmadamente habló con su amigo hasta que vieron como el dragón se movía de forma rara, como si estuviera siendo controlada. Estoico tomó el timón y dirigió a los demás barcos hacia el nido.

Mientras tanto, los jóvenes se fueron al ruedo, frente a ellos estaba Astrid algo insegura pero firme para seguir el plan.

Patapez: Si tú idea es que te coman, elige al Gronckel.

Uno por uno los chicos se fueron acercando a ella y revelaron sus opiniones acerca de lo que pensaban que iba a ocurrir.

Brutacio: Fuiste lista al elegir el arma más letal del Archipiélago, yo.

Patán: *Empuja a Brutacio* Esto va a estar increíble.

Brutilda: *Empuja a Patán* No se lo que planeas *Coqueta* Pero me encanta.

Hipo: *Empuja a Brutilda* ¿Y? ¿Nerviosa?

Astrid: Algo.

Hipo: *Sarcástico* Nooooo ¿La gran Astrid Haddock está nerviosa? *Serio* Confía en mí.

Luego de esa pequeña "charla" motivacional, Astrid liberó al Pesadilla Monstruosa y tardó un tiempo en calmarlo. Ya tranquilo, lo atrajo hacia afuera y lo iba dirigiendo hacia sus amigos. Patán, asustado, se agachó discretamente para tratar de agarrar un martillo de piedra pero Hipo lo detuvo y le dijo que no lo hiciera. Luego, el castaño empujó hacia delante al Jorgenson y la rubia guió al dragón hacia su amigo. Patán tardo unos segundos en calmarse hasta que por fin pudo posar su mano en el hocico de la bestia. El tacto con aquella piel escamosa y caliente le resultaba algo nuevo y atrayente. Se rió un poco hasta que vio a su amiga alejarse y dirigirse hacia la caja y tomar unas cuerdas.

Patán: *Nervioso* Oye ¿Que haces?

Astrid: Necesitaran algo de dónde sostenerse.

Los demás estaban impactados y voltearon a ver a los demás dragones libres, entre ellos estaban el Gronckel, el Cremallerus y el Alacambiante. Los chicos comenzaron a dirigirse hacia un dragón ya entrenado y trataban de subir en ellos. Curiosamente, Hipo se dirigió hacia una de las puertas que seguían cerradas, esto llamó la atención de su amiga.

Astrid: Emm... Hipo... Tu subirás en el Alacambiante.

Hipo: Ah... Ah no, perdón pero... yo ya tengo un dragón.

Todos: *Sorprendidos* ¡¿Qué?!

El joven Hofferson solo asintió y se dirigió a la puerta del Furia Nocturna y la abrió sin miedo. Una vez abierta completamente, una figura negra se abalanzó hacia él y lo vió fijamente. Los chicos intentaron actuar pero se quedaron atónitos al ver que el dragón lo lamía con ternura. Fue luego de unos segundo que se dieron cuenta de que el dragón no estaba encadenado ni amordazado como les dijo su maestro. La rubia se acercó y apenas pudo formular su pregunta.

Astrid: *Sorprendida* Hipo... ¿Tu...?

Hipo: No eres la única que tiene secretos... Astrid.

Luego de ese comentario, la chica logró distinguir una aleta artificial en la cola del dragón y una silla de montar en su lomo.

Todos se subieron a sus respectivos dragones. Astrid estaba detrás de Hipo sobre el Furia Nocturna y el Alacambiante salió del ruedo y se fue lejos. Los jinetes, sin perder más tiempo, emprendieron el vuelo.

Al mismo tiempo, los vikingos ya habían llegado a su destino e hicieron todas las preparaciones necesarias para por fin combatir contra el nido y su reina. Estoico organizo las formaciones, el plan y el ataque.

Estoico: Sin importar el resultado, esto termina aquí.

CEATD (Otra Realidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora