Capítulo 8 - Itzel, crisálida 1ra parte

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El fin de semana había terminado y retomamos nuestras actividades como si nada, un lunes con gusto a rutina amarga y nada mas que eso. Aun así yo seguía pensando en el algodón de azúcar y prácticamente volaba de felicidad. Las clases parecían pan comido, es decir estaba ahí con ella y cruzando nuestras miradas; cómplices de secretos que solo nosotras sabíamos, riendo por lo bajo. Ese día apenas había comenzado y el maestro ya nos había encargado un trabajo grupal y a todo eso también teníamos nuestras prácticas deportivas. Ya casi podía ver que este sería un día muy largo para las dos. Yo tenía mi práctica de taekwondo y si mal no recuerdo Isa tenía las de patinaje.

El tiempo en la escuela transcurrió en cámara lenta a un ritmo hipnótico, casi podía sentir como por momentos me dormía y despertaba 1 hora más tarde. Isa también se veía igual sobre su pupitre, parecía un pequeño gatito luchando por no dejar caer su cabeza frente al sueño. Ahí fue cuando pensé que, quizás no era la única que no había podido dormir bien de la emoción por el día del parque... Y quizás tendría razón pero olvide donde estaba, volando en pensamientos y quedando totalmente absorta. El día de escuela había terminado.

-Itzel: Hey! Isa ¿Haremos el trabajo juntas no?

-Isa: Claro que sí, no podría hacerlo con nadie mas

-Itzel: Eso pensé. Podemos vernos en mi casa, mi padre no estará hoy asique podremos estudiar tranquilas.

-Isa: Genial!

-Itzel: También quería preguntarte si me acompañarías a la tienda ya que me he quedado sin hojas para mi carpeta

-Isa: Claro que sí, te veré después de comer e iremos juntas.

-Itzel: Gracias. Ya me voy, nos vemos más tarde.

La clase de taekwondo fue algo dura esa vez, ¿Habra sido por el fin de semana de flojera? Me hubiese gustado decir que no pero mis moretones decían lo contrario. De todas maneras fue muy revitalizante todo ese ejercicio, solo me preguntaba ¿Cómo le habrá ido a Isa? En fin pude imaginármelo pero preferí que ella me lo cuente cuando la vea. En ese momento lo único que tenía en mente era darme una ducha y comer antes de ir a la tienda. Llegar a casa, saludar a mi perro, ducha y almuerzo; ese era el plan básicamente.

Al llegar mi papa ya se había ido y olvido dejarle comida a mi perro asique tuve que hacerlo yo antes que nada. Aun con el cansancio me tome mi tiempo para saludarlo y hacerle unas caricias, después de todo, quien no lo haría si al llegar se alegraran tanto de solo verte. Ya saben cómo son los perros. Ver su carita y su colita moviéndose de un lado para otro festejando mi llegada es algo que no tiene precio. Le di de comer, me apure para bañarme rápido y fue como revivir siendo otra persona, aunque suene exagerado. Solo faltaba ver la comida para mí, afortunadamente había quedado de la noche anterior asique solo la recalenté y no tuve que perder tiempo cocinando. No será como la recién hecha pero tampoco soy tan pretenciosa, para mi estaba perfecto.

Así después de todo eso, el timbre sonó y era Isa que había llegado con una sonrisa en su rostro como de costumbre y nos dirigimos a la tienda. Quedaba en el centro asique íbamos a aprovechar el viaje para ver otras cosas. Era un día muy lindo, soleado y con una leve brisa veraniega que nos acompañó en nuestro camino. Ella iba del lado de la ventana del transporte, el viento hacia que vuele su cabello y la verdad olía muy rico. Faltaba poco para llegar y la cara de Isa era la de una niña que necesitaba bajarse o hacer un berrinche. Solo pude sonreír levemente intentando que no se convierta en una carcajada. No quería que se dé cuenta de mis ganas de reír pero costaba mucho no hacerlo.

Finalmente habíamos llegado. Esa tienda era muy grande y tenía además muchos libros geniales, siempre que iba me gustaba hojear algunos de ellos y ese día no fue la excepción. Había libros nuevos y antes de pedir lo que habíamos ido a comprar, nos pusimos a verlos. Me encantaba el olor del libro nuevo, el olor de la tinta me causaba una extraña sensación y realmente me gustaba.

A Isa le llamaba mucho la atención los libros con tapas bonitas y la verdad es que eso me parecía tierno, hasta se veía súper concentrada leyéndolos. Era gracioso porque a ella le parecían aburridos los libros que yo le enseñaba pero ambas disfrutábamos el momento a nuestra manera. Incluso cuando tomo uno de ellos e hizo que una gran montaña de libros se desplomara para sorpresa de toda la tienda, dejando solo a una pequeña niña indefensa con su rostro pálido y sus mejillas rojas.

Así es, las dos teníamos gustos diferentes pero a ambas nos gustaba mucho leer. Mientras ella era fácilmente comprada por sus portadas, de mi parte podía decir que sucumbía frente a una buena historia bien contada y entre libros de todo tipo, el olor a tinta y algunas mejillas ruborizadas; recordé preguntarle cómo le fue en su clase de patín...

-Itzel: Hey Isa ¿Qué tal te fue en patinaje?

-Isa: La verdad es que tenía mucho sueño y hambre que me caí muchas veces

-Itzel: Oye pero ¿Te encuentras bien?

-Isa: Si, estoy bien. Solo un poco magullada pero viviré

-Itzel: Esta bien, para la próxima procura...

-Isa: ¡Itzel ven! Mira esto

Así fue como encontramos ese libro. Tenía una hermosa portada color morado, con bordes metálicos y exóticos grabados; parecía un imán atrayéndonos de lo hermoso que era. En su cubierta podía leerse "Me in you" Isa fue la que lo levanto de su estante y pudimos ver que era una especie de agenda o algo así. Según tenía escrito en su primera página, era un libro para compartir entre dos personas, donde cada una escribía cosas bonitas para la otra y luego se intercambiaba. Algo así como un diario compartido.

No estaba convencida de comprarlo pero Isa insistió tan caprichosamente que así lo hicimos e incluso ya parecía tener pensado que escribirme, podía verlo en su mirada, mientras que yo estaba en blanco. Asique no solo pude comprar todo lo que necesitaba para el trabajo y otras cosas, sino que además ahora teníamos este libro.

La verdad que el solo hecho de compartir un libro así no me agradaba. La idea de tener que escribir algún mensaje cursi y esperar que vuelva a mí con algo parecido me incomodaba mucho. Pero Al salir de la tienda Isa parecía muy animada, en sus ojos tenía un brillo que nunca había visto anteriormente. Su emoción era tan grande que hasta del trabajo nos habíamos olvidado. De todas maneras, la primera en llevárselo sería ella ya que en ese momento no sabía que poner, la verdad no se me daban bien esas cosas.

Al volver a casa pude tener un poco de orden mental y nos dispusimos a empezar el trabajo para la escuela aun con Isa distrayéndose a cada segundo con ese tonto libro. Pensaba en terminarlo lo antes posible y al abrir nuestras carpetas pude ver que entre sus notas de la escuela tenía garabatos y dibujitos mezclados... La verdad es que no supe que pensar sobre eso. Empezamos a comparar notas y luego en el medio del trabajo, le dio hambre y me pidió muy enternecidamente algo para comer. Por fortuna tuve unas galletitas de chocolate en mi habitación que estaba guardando para mí pero la situación demandaba un sacrificio. Se las entregue y casi como si fuera un discurso de una persona adulta regañando a un niño, le pedí por favor que se concentrara en lo que hacíamos pero parecía que no me había estado escuchando desde que llegamos. Al ver su carita llena de migajas y sus pequeñas manitos comiendo su galletita, volví a enternecerme y pude darme cuenta que otra vez estábamos distrayéndonos.

Solo nos quedaba el cierre del trabajo, teníamos que llegar a una conclusión final para dejar bien nuestra presentación y esta vez fue un café lo que detuvo el estudio. A esa altura no podía quejarme ni negarme, ella me había ganado en todos su caprichos a lo largo del dia y quizás yo también necesitaba un pequeño descanso.

Mientras el agua hervía y me disponía a preparar el café, pensaba en todo lo que había pasado ese día y no lo había notado pero había estado complaciendo todos sus caprichos y la verdad no me disgustaba para nada. Parecía muy a gusto estando con ella y compartiendo cosas. Aunque dispuse de todo mi esfuerzo por terminar el trabajo lo antes posible, nos divertimos mucho juntas. No era un trabajo difícil pero si era algo que requería de nuestra completa atención y... quizás sí, estaba exagerando un poco pero puedo dar gracias de que lo terminamos.

-Isa: Oye Itzel ¿ya sabes que mensaje bonito me escribirás?

-Itzel: Ya te dije que no lo sé.

Isa -uwu- ItzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora