El Canal de Natsu Y Lucy. - Nalu.

¿Cooperación?

Narra Natsu D.

Han pasado meses, no se exactamente cuántos meses en realidad desde que entramos en la competencia de YouTube. Y la verdad si está cañón, Lushy y yo hemos empezado a hacer blogs hablando de temas y otros hablando de anime, y hasta ahorita llevamos como 620 k subscriptores, No sé porque a tanta gente le gusta nuestras pendejadas, pero luego me pongo a pensar y digo "A quién no le gustaría ver nuestras pendejadas, somos lo máximo ¡Estoy encendido!"

Dejando eso de lado me encontraba en el Sorihemsa comprando pan porque mi mami chula me mandó ya que no había en la casa, pero no de cualquier pan, NOOHOHOH. El pan Bimbollo porque es el mejor pan para comer ouyes (No, Bimbollo no me pagó para decir eso). Pasaba por los pasillos en busca de ese pan celestial cuando por fin encontré el único paquete a la venta.

¡Hoy es mi día de suerte! Estaba por agarrar el paquete hasta que otra mano se atrevió a agarrarlo también.

— ¡Oye tú, yo lo vi primero! — dirigí mi mirada hacia la cosa que se atrevió a gritarme encontrándome con unos ojos caídos de color negro azulado y un peluquín negro.

— !Oye yo te conozco! — exclamó señalándome. — ¡Eres el del anuncio de comida de bebé!

Inmediatamente un tic me empezó dar en el ojo izquierdo, ese maldito comercial de comida de bebé que mi mamá me hizo hacer fue mi perdición. Les explico mi tragedia querido lectores.
Cuando era una Guagua peloncita mi mamá decidió que era demasiado guapo como para no salir en televisión así que me metió en un comercial de comida para bebe.

¿Ven a ese niño pelón? Pues si, soy yo. Lo sé soy una cosa bella. Oh! Ahora que recuerdo estaba apunto de agarrarme a putazos con este vato que me quiere quitar mi pan.

— ¡Que te valga! Ahora, me voy a llevar este pan, ojos caídos. — le dije frunciendo el ceño jalando el paquete hacia mi.

— ¡Oye, a quien le dices "ojos caídos", afeminado!

— ¿¡Que dijiste stripper?! ¡¡ Y Ponte ropa que estás contaminado mis ojitos de macho !!

— ¿¡Pero cuando?! — y al revisar donde carajos quedó su ropa soltó el paquete así que corrí como el alma que lleva el diablo hacia la caja.

— ¡Oye idiota, devuelveme eso!

Escuche que al idiota ese gritar que le devolviera mi preciado pan por lo que aumente mis pisadas, casi creo que estaba volando, sentía que estaba escapando de la chancla que me lanza mi madre cuando hago algo estúpido. Doble a la derecha entrando al pasillo de los dulces, y cuando sentí que ya había pasado el peligro me detuve y solte un suspiro.

— Al fin solos bebe. — le dije al pan que estaba entre mis brazos mientras sonreía con picardía hasta que sentí un dolor pulsante en mi cabeza y mi cara caer duro contra el suelo.