Prólogo

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—Se arrepentirá

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—Se arrepentirá... ¡No tiene idea de lo que le espera! —su primera batalla fue un fracaso total que únicamente le originó olas gigantescas de rabia y venganza, sedienta de una o mil oportunidades más hasta poder vencer a esa maldita persona que la detuvo.
Duusu revoloteaba a su lado mirándola con cavilación en medio de la oscuridad del cuarto, sus ojos púrpura brillante fue la única luz que alumbraba el lugar y así claramente podía notar la respiración agitada de su portadora a la par de oprimir su pecho con fuerza, repitiendo una y otra vez la misma grosería.

—¿Te sientes bien, Marinette? —cuestionó esa voz chillona proveniente de su achicada boca.
De momento notó un leve destello del broche que portaba en su saco, como un pequeño corto circuito recorriendo todo el Miraculous de pavo real.

—Lo voy a vencer. No descansaré hasta encontrar dónde se esconde. —ignoró la pregunta de su kwami haciendo un gran esfuerzo para poder hablar. El dolor en el cuerpo la consumía con tan sólo un movimiento.
—Se arrepentirá de portar ese absurdo Miraculous. —pudo alarmarla con anteriores palabras. El tono de voz que empleó para jurar aquello no fue nada lindo para sus oídos e internamente suplicaba que nada de eso llegara a ocurrir o su amigo Nooro también sufriría las consecuencias.

Mediante jadeos y quejidos por fin se levantó del gélido piso para disponerse a caminar hacia su ventana y observar con detenimiento las enormes nubes que amenazaban con una infernal tormenta.

Sonrió. Por un instante se sintió importante al ver los relámpagos incandescentes.

—Me está buscando. —no borró su armónico gesto de su rostro ni un segundo.
Suspiró cuando el primer trueno invadió sus tímpanos, que para ella significaba el inicio de una nueva guerra.
Música para sus oídos.
—Nos veremos pronto, mariposita.


Un grito de desesperación se escapó de su boca provocando un aturdido eco entre la estructura sólida de su guarida.

—¡Tienes que encontrarla, Tormentosa! ¡Termina con ella y quítale su Miraculous! —ordenó a gritos a la pobre chica del clima que ya había buscando por cada rincón de París gracias a las pequeñas lluvias y tornados que originó.

—¡Es imposible, Hawk Moth, ya debió haberse transformado! —originó un nuevo y enorme relámpago que en cuestión de segundos iluminó toda la ciudad por completo. —Podría distinguir su disfraz en cualquier lugar. —Moth masajeó el puente de su nariz y se resignó ante la idea de seguir presionando a su seguidora.

—Manten la vigilancia toda la noche. Puede aparecer en cualquier momento. —el intento de tranquilidad le dió el chance de resignarse y confirmar que para nada ella  se atrevería a aparecer después de perder su primera batalla.
—Alas oscuras, ¡Caigan! —el brillante rayo púrpura recorrió su cuerpo entero, dejando atrás su elegante disfraz morado y su máscara para abrir paso a un joven adorable y de apariencia solitaria.

—¿Qué hará ahora, Adrien? —cuestionó el tímido Nooro con mirada de sumisión ante su portador.

—Tengo que encontrarla y acabar con ella. No puedo permitir que le siga haciendo daño a mi ciudad. —contestó el Agreste con su voz temblorosa, dejando ver el miedo que corría con impaciencia por sus venas; pero no podría retractarse nunca. Ella es una amenaza de la que debe deshacerse.

—¿Quiere decir que no seguirá en busca de los Miraculous? ¿Akumatizando gente inocente?

—Si hago eso es para el bien de todos. —su kwami conocía perfectamente el primer plan que gobernó su cabeza cuando apenas se declaró portador de su Miraculous (a parte de la orden que aquél anciano le dió), sin embargo, los akumas hacían que la víctima acabara con el “enemigo” de una forma no muy compasiva, aunque bueno, es admisible que la inseguridad de Paris cada vez disminuía, pero eso no quita la idea de que muchas de esas criminales personas murieron gracias a sus akumas. Ese no era un sinónimo correcto de justicia. —Pero eso no impedirá que obtenga las joyas de Ladybug y Chat Noir. —sus planes solían ser confusos y demasiado complejos, pero era su dueño y no tenía opción mas que ayudarlo a cumplir su misión.

—No quiero desanimarlo, Adrien, pero insisto que será bastante difícil encontrar esos Miraculous, ¡Se perdieron hace mucho tiempo! Y no he tenido señal de Tikki y Plaga. —contradijo el pequeño al sentir lástima de su portador.

—¿Si están desactivados, entonces por qué mi enemigo se empeña tanto en atacar con esos sentimounstruos? En todo el día no dejó de liberar amok's. —gruñó decepcionado de no poder dar con el paradero de esa extraña super heroína, o más bien villana que no lo dejó descansar ni un rato.

—No lo sé, no puedo comunicarme con Duusu hasta su compleaños. —su rostro se entristeció tras escuchar aquello, llegando a la conclusión de que sería bastante difícil acabarla si no se daba prisa.

Inhaló y exhaló con profundidad, anhelando estár en su cama mientras dejaba todo al cargo de Tormentosa, pero por mas que quisiera no podía estár incomunicado y sólo descansaría un momento hasta que él y su kwami recuperen energía.

Obviamente no pasaría toda la eternidad transformado en Hawk Moth, sin embargo, a Adrien no le preocupó eso en lo absoluto y mejor dedicó su tiempo libre para deducir una sóla cosa...

¿Quién sería aquella villana?

























✳✳✳

Amok: es la pluma que Mayura desprende de su abanico para hechizar a sus víctimas (nombre original en la serie)

Mayura y Hawk Moth son personajes que amo y me intrigan demasiado, por ello quise darle un giro a la historia para que Marinette y Adrien fueran los portadores de dichos Miraculous.
Me encanta que los protagonistas tengan toques de maldad, se nota?

ACLARACIÓN: Los Miraculous de Mayura, Hawk Moth, Ladybug y Chat Noir son los únicos que existen. Ya entenderán por qué.

Espero que ámen ésta historia tanto como yo lo hago.

Dangerously [Peligrosamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora