Tametzona: Luz emitida por la luna.
—¡Detente! ¡No sigas haciendo más daños, tu Miraculous no fue creado para ésto! —el pobre anciano hizo todo el esfuerzo para correr y alcanzarla antes de que cometiera otra locura. Ella no quiso escucharlo en ningún momento, no confiaba en él, nunca antes lo había visto y no se tragaba ese cuento de que él era el guardián de los Miraculous, seguro todo se trataba de un invento para arrebatarle su joya.
—¡Yo encontré éste broche, que seas un viejo irresponsable no es mi problema! —resongó ya totalmente decidida a seguir con su objetivo, el cual acababa de comenzar hace apenas una semana. Nunca miraría atrás por mas riesgoso que fuera ser portadora de un Miraculous.
—¡Tienes que escucharme niña, quítate ese broche cuanto antes! —le ordenó aquello por enésima vez. No paraba de insistirle que se retirara la joya para dársela, disque era peligroso y un montón de inventos más.
No, nunca cedería.—¡Aurevoir! —se despidió del anciano después de saltar por la ventana de su departamento, aprovechando las habilidades que su Miraculous le otorgaba.
Cometiste un grandísimo error.
⚫
El joven Agreste tragó saliva al abrir las puertas del guardarropa de su madre; ya tenía mucho tiempo de no entrar en esa habitación donde lo único que había eran recuerdos amargos de sus dos padres y de él.
—Toma, te los regalo. —cojió con ayuda de sus brazos diez vestidos de distintos colores y los colocó encima de la cama para que ella pudiera verlos. Marinette no le devolvió el gesto más deseado, se preguntaba por qué tenía tanta ropa de mujer ahí. —Eran de mi madre. —no hizo falta preguntarle, fue como si Adrien leyera su mente en cuestión de segundos.
La joven tomó del gancho un precioso vestido rosa y lo extendió para verlo mejor; tenía pequeños destellos dorados en cada punto del ropaje, en realidad era hermoso. —Todos los diseñó mi papá para ella. —dijo Adrien con una sonrisa al ver el entusiasmo de Marinette por probarse cada uno.Frente a un espejo, ponía los vestidos sobre su cuerpo como una mujer acostumbra a probarse ropa sin ponérsela (instinto femenino). Había pasado mucho tiempo de no ponerse ese tipo de prendas por cuestiones de “romance” y la baja autoestima que radicaba en ella.
Los ocultos gustos por los colores pastel salieron a escena en cuanto hizo preferencia por la mitad de los vestidos.
—¿Por qué hablas de ellos en pasado? —su pregunta lo dejó absorto. No se daba cuenta de ello e involuntariamente la melancolía se dibujó en su rostro.
Marinette notó su demora en responder y volteó a mirarlo, dándose cuenta que ya se encontraba sentado en la cama con sus ojos viendo hacia el piso, quizá su pregunta lo hizo sentir mal.
ESTÁS LEYENDO
Dangerously [Peligrosamente]
Fiksi Penggemar¿Y si Marinette tuviera el Miraculous de Mayura y Adrien el de Hawk Moth? Aquí no existen los superhéroes ordinarios que conocemos, no habrá Cataclismo ni Lucky Charm que salven el día, simplemente dos desconocidos villanos con distintas personalid...