Epifanía

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Epifanía: Momento de sorpresiva revelación

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Epifanía: Momento de sorpresiva revelación.


Su pupila se contrajo al hacer contacto con el hilo de luz que entraba por la ventana. Poco a poco sus ojos se abrieron hasta quedar completamente despiertos y sentarse en el mismo lugar dando paso a un bostezo mientras estiraba los músculos de los brazos.
Todavía estaba somnolienta, pero ya no había tiempo para seguir acostada... Nuevo día, nueva batalla.

Aunque, un pequeño obstáculo le limitó seguir con su objetivo: estaba desnuda, ni siquiera traía puesto su sostén y la sábana blanca era lo único que rodeaba su cuerpo.
Miró a todos lados desconcertada como si tuviera una clase de amnesia al no recordar exactamente lo que pasó la noche anterior, al menos no poder digerir mas o menos una idea de aquello, hasta que sus ojos se situaron en él, metido en el sueño profundo todavía, su cabello dorado cubriendo casi la mitad de los párpados... Era increíble que siguiera siendo tan guapo aún despeinado.
La sábana lo cubría a la cintura, dejando a la vista los bíceps que le sentaban perfectamente a ese cuerpo irresistible, ¿Por qué demonios todo en Adrien Agreste era perfecto?

Sonrió. No fue su primera vez, pero sí la primera en disfrutar, en sentirse feliz al entregarse a un tipo como él. Agachó su cabeza hasta la altura del joven y depositó un tierno beso en sus labios; todo éste enredo parecía el famoso cuento de hadas “La bella durmiente” por su puesto, Adrien era la princesa.

Se levantó de la cama con el afán de vestirse e ir a preparar algo de desayuno para los dos, pero no sin antes revisar el periódico que cada día llegaba al buzón de la mansión, necesitaba tener noticias de los superhéroes y a posteriori idealizar un plan.

Abrió el enorme portón para salir hacia donde se situaba el buzón, Adrien no tenía personal para hacerse cargo de éste y del teléfono visual, así que necesariamente abría de fijarse por sí misma en una nueva caja metálica que constaba de abrir y cerrarla manualmente a diferencia del antiguo digitalizado.
Se quedó un buen rato entretenida en la portada; al parecer sí habían nuevas de Ladybug y Chat Noir, debía ser astuta y tenerlos bien vigilados.

—Hola. —una voz femenina se robó la atención de la azabache. Ésta la miró con rareza, nunca antes la vió.

—Ah, hola. —respondió extrañada.

Dangerously [Peligrosamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora