𝐈𝐧𝐟𝐞𝐫𝐧𝐮𝐦

Dante's inferno

1. Limbo

Automáticamente el ascensor paró en el primer nivel.
El lugar pasó de ser un cuarto oscuro a ser un lugar completamente iluminado por alguna luz de color azul oscura con toques amarillos.

— No te acerques a las almas en pena, o de lo contrario te quedarás aquí con ellas.

— ¿Qué es un alma en pena?. — Pregunte mientras una sombra con cadenas pasaba frene a nosotros.

— Un alma en pena, es aquella que cuando estuvo viva no la bautizaron o simplemente se encuentra en algún tipo de coma o transe, por lo que le es imposible llegar al reino de Dios o al infierno.

La mujer tomó mi mano y comenzó a caminar entre la multitud, algunas sombras cargaban con cadenas mientras que otras solo tenían los ojos cerrados o simplemente no tenían ojos.

— Los que tienen cadenas no pueden entrar al reino de los cielos y los que no tienen ojos esta en un transe. — Apretó mi mano causando que por instinto la mirara, haciendo que me diera cuenta que algunas cicatrices sobresalían de su piel como tatuajes.

Caminamos durante un largo rato, cuando sin darnos cuenta nos encontramos en el centro de toda la multitud, en donde miles de monedas de oro y cosas brillantes se encontraban, por instinto caminé hacia un cáliz de oro, y sin pensarlo lo toqué.

Un grito desgarrador hizo que saliera de mi transe, haciendo que me diera cuenta de lo que había hecho. La mano del hombre cornudo hizo que me sobresaltara, y su expresión hizo que me asustara.

— ¿Sabes lo que acabas de hacer?. — Negué rápidamente con la cabeza. — Acabas de tocar uno de los pecados de un alma en pena, ahora debemos correr o de lo contrario te quedarás con ellas en el limbo.

Comencé a correr rápidamente, mire hacia  atrás para ver como algunas de las sombras se comenzaban a tomar una forma de un moustro alado.
Vi desde lejos el ascensor y traté de llegar lo más rápido que mis piernas me dejaran.
Entre sin mirar atrás al ascensor, junto a mí entraron las extrañas personas (¿Debía de llamarlas personas, extraños o moustros? Luego les preguntaré).

— Presiona el segundo botón niño. — Rápidamente toque el segundo botón, y cuando las puertas del elevador se cerraron una llamas comenzaron a salir de las puertas.

— ¿Qué era aquella cosa?.

— Cuando las almas son perturbadas en el Limbo, se agrupan haciendo que se conviertan en algún demonio, pero al parecer se convirtieron en la mascota de Asmondeo.

¿Demonios?
Tal vez había escuchado mal pero él había dicho algo de demonios, aunque después de lo qué pasó es algo más comprensible.

— Ahora no entraremos al segundo nivel pero lo veremos desde aquí adentro, ni siquiera para alguien de nuestro grado es seguro meterse en uno de los infiernos de Dante.

— ¿Infierno de Dante? Como el libro, Dante escribió sobre nueve infiernos, entonces estos son los infiernos.

— ¿De dónde crees que saco Dante la inspiración para su libro?

— Así que ustedes son...

— Sssh, llegamos al segundo infierno.