𝐈𝐧𝐟𝐞𝐫𝐧𝐮𝐦

Dante's Inferno pt.2

6. Herejía

Tengo que admitirlo, cada nueva habitación que aparecía frente a nosotros me sorprendía más que la anterior. En este caso el ascensor había aparecido en el centro de la habitación la cual estaba rodeada por un muro gigantesco.

— ¿Donde estamos?.— No se veía absolutamente nada, ni siquiera se oían ruidos.

— Es la Ciudad de Dite, aquí se castiga a todos los herejes.

— Pero no hay nadie.

— Solo mira hacia arriba.

Levante mi vista como él indicó, fue entonces cuando pude ver a tres sombras, todas con alas,  y al parecer estaban buscando algo.

— ¿Qué son?.

— Son las furias, Alecto, Megera y Tisifone, se encargan de castigar a las almas que se encuentran aquí.

— Basta de charlas, tenemos que llegar al próximo círculo.

7. Violencia

El entrar y salir del ascensor se me hacía un poco tedioso, digo, si son demonios ¿Porqué usan un elevador? Pueden volar incluso se pueden teletransportar, en fin creo que eso no importa mucho, así que como siempre salimos de aquel pequeño espacio.

Frente a nosotros se encontraba una puerta, la cual estaba cerrada.

— Creo que está cerrado, será mejor volver.— Di la vuelta para volver al ascensor pero al parecer ya no estaba.

— Creo que no, ahora toca la puerta.

Resignado camine hasta la puerta, la toque de haciendo que sonara, fue entonces cuando la cerradura se movió y salió un extraño monstruo.

— ¿Quienes son ustedes?

—  Somos Samael, Lilith y Asmondeo, tenemos qué pasar.

— ¿Y él quien es? .— La extraña figura me señaló, la verdad no sabía que hacer.

— Necesitamos llevarlo con el amo.

— Entonces será bajo su responsabilidad. — La extraña figura abrió la puerta, haciéndonos pasar por ella. — En el centro se encuentra la puerta al octavo círculo, vayan con cuidado.

Creo que después de todo lo que ha pasado hasta el momento me tengo que acostumbrar a ver cosas extrañas o algo parecido.

— Se lo que estás pensando niño, y no él no es un monstruo, sólo es alguien condenado a pasar sus días aquí abajo.

Un lago de sangre apareció frente a nosotros, y si se preguntan ¿Como sabía que se trataba de sangre? Es muy fácil, el color rojizo y el olor metálico, eran demasiadas pistas como para darte cuenta de que era aquel rojizo lago. Con cosas que parecían lanzas unos hombres con cuerpo de caballo al parecer lo estaban custodiando.

— ¿Qué es ese lago y qué son ellos? .— Dije a la vez que señalaba a los hombres.

— En el lago se encuentran aquellos homicidas, violadores, tiranos y bandidos. Y el lago se llama Flegetonte.