P a r a d i s e

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El cielo siempre ha sido descrito como un paraíso, un lugar para aquellas almas puras en donde pueden gozar de la compañía de ángeles e incluso del propio Dios.
Para Lia era todo lo contrario, el cielo nunca fue su hogar, todo lo que se encontraba ahí era solo una ilusión, una ilusión perfecta creada de la impureza del ser.

Todo era un disfraz, todo era una falsa ilusión, pero nadie lo podía ver, todo aquello se escondía de las vista de las almas mortales, porque claro, el cielo tenía que ser perfecto.


Por desgracia el cielo solo era la cuna del dolor.



72 horas.

72 horas habían pasado, 72 horas en las cuales había sufrido dolores inimaginables.
Acaba de despertar, probablemente se había desmayado por la cantidad de sangre derramada, o por el dolor que le causaba cada tortura.
Levemente levantó su brazo, los cortes y rasguños de la noche anterior se encontraban ahí junto a la sangre seca, en cambio su mano ahora no contaba con un dedo, resultado de una de las tantas torturas recibidas.

Es un gusto volverte a ver Marie. — Una voz se escuchaba desde el fondo de la habitación y claro que sabía de quién era.

Yo también te extrañe Gabriel. — Respondió apenas con un hilo de voz. — Luces diferente a cómo te recordaba.

Gabriel, aquella persona que la había traicionado, que le había jurado guardar cada uno de sus secretos, aquel que estuvo presente en su juicio, aquel que le cortó las alas.

Tú no luces muy bien que digamos. — Frente a ella estaba un ser diferente, con machas de sangre en todo su cuerpo, cicatrices gigantes en el pecho, alas doradas, cabello negro cenizo y ojos dorados.

Así que ahora eres un arcángel, ¿Qué tuviste que hacer para merecerlo?, cierto, traicionar a mi familia.

Cariño, yo no traicione a nadie, nosotros éramos tú familia, tú nos traicionaste con Lucifer, la traidora eres tú.

Lucifer sólo quería el bien para todos, quería que fuéramos libres.

— Y ahora gracias a él, estás condenada al igual que la abominación de tú hijo.

Kaiden.

— ¿Dónde está mi hijo?, ¿Dónde lo tienen?.

— No te preocupes, aún no lo tenemos, los serafines lo están buscando y créeme que cuando lo tengamos serás la última persona que él vea.

𝐈𝐧𝐟𝐞𝐫𝐧𝐮𝐦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora